martes, 31 de marzo de 2009

Crítica de cine: PUSH

Debo confesar que no tuve ni la mas pálida idea de que esta película existía hasta que me fijé cuales eran los estrenos de la semana. Jamás vi un avance, ni escuché un comentario, ni vi una publicidad, ni nada. De hecho, ni siquiera sabía que la habían filmado.
Simplemente me enteré que se estrenaba, vi que era sobre superhéroes o algo así y solamente por eso me decidí a verla (Porque soy así, tan impulsivo como buen mozo, y fanático de las películas de superhéroes).
Lo nuevo para mi en un caso como este, es que fui a ver una película de uno de mis géneros favoritos sin haber tenido ninguna clase de información anterior sobre ella, y esto hizo que, afortunadamente, no me haya generado tantas expectativas como en casos anteriores, mas allá de esperar, con cierto entusiasmo de rigor, encontrarme con una grata sorpresa y salir del cine contento.
Y menos mal que fue así.
"Push" es una película cuya línea argumental está mas cercana a ser un capítulo medio pelo de la serie "Héroes" que cualquier otra cosa, con una historia tan poco elaborada como carente de originalidad y un desarrollo que poniéndole un poco de onda, podría haber sido lo que salvara las papas, pero que se quedó en la mediocridad y el amague.
Básicamente la historia trata acerca de unos jóvenes con extraordinarios poderes mentales que deben vivir escondiéndose de una agencia secreta gubernamental llamada "La División" que se encarga de perseguirlos y capturarlos para usarlos en su propio beneficio (Y no, no estoy hablando de la serie "Héroes". Esto es otra cosa. Es una película. Y lo del robo descarado lo dijeron ustedes, no yo. Y si no lo dijeron lo pensaron, seguro. Porque son así, malpensados), con el agravante, además, de que no solo los recluta por la fuerza y les paga un salario re miserable, sino que también los somete a experimentos con una droga que es capaz de incrementar enormemente sus poderes pero que, en la gran mayoría de ellos, tiene un indeseable efecto secundario consistente en que al rato se cagan muriendo.
Debido a esto, generación tras generación de personas con poderes especiales han debido vivir en el anonimato y bajo la constante amenaza de ser capturados, lo cual los fue llevando a convertirse en permanentes fugitivos.
Uno de ellos es Nick, cuya habilidad es la de mover objetos a distancia solo con el poder de su mente (Por lo que se lo conoce como un "mover"), y que heredó ese poder de su padre, quien diez años atrás y antes de sacrificar su vida para salvarlo, le había encomendado una misión que cambiaría el futuro.
En aquel momento y con La División pisándole los talones a ambos, el padre tomo al pequeño Nick de los hombros y mirándolo a los ojos le dijo "Mirá, escuchame bien lo que te voy a decir. Dentro de unos años se te va a acercar una chica y te va a dar una flor ¿Entendés? Y cuando te de la flor vos…"
"¿Me la pongo en el ojal?" interrumpe Nick que era medio pelotudito.
"¡No! No, escuchame … Por favor … Cuando la chica te de la flor vos.."
"¿Le canto contra flor al resto?"
vuelve a interrumpir Nick.
"¡Pero no nene! ¡No! ¡Dejame terminar!" le dice su padre ya medio nervioso y con ganas de darle un bife "Escuchame bien … Cuando esa chica te de la flor vos la tenés que ayudar ¿Entendiste? Vas con ella y la ayudas en lo que te pida".
"Bueno, si vos decís" dice Nick encogiéndose de hombros y metiéndose un dedo en la nariz.
El padre lo mira medio con desconfianza y pensando si no será un error dejarle esa responsabilidad a semejante papafrita, pero ya es tarde para arrepentirse porque La División está ahí nomás, a punto de alcanzarlos.
Entonces usando su poder el padre hace un hueco en la pared y le dice al pibe que se escape.
El pequeño Nick se escabulle por ahí y deja a su padre solo, poniendo pose de héroe y dispuesto a parársele de manos a los que los venían a buscar.
"Una preguntita" dice Nick asomando de nuevo la cabeza por el hueco "La flor ¿Puede ser cualquier flor o tiene que ser alguna en especial? Porque no es lo mismo …"
El padre se pasa la mano por la cara completamente fastidiado mientras murmura "¡Por Dios que pibe pelotudo!", se da vuelta re caliente y le mete un sopapo telequinético que lo manda a la habitación de al lado.
Justo en ese momento los agentes de La División, liderados por un poderoso pusher (Los pushers son telépatas capaces de manipular y controlar mentes ajenas inculcándoles pensamientos y cosas así) llamado Henry Carver, irrumpen en la habitación y, después de un par de tiros, unos cachetazos, algunos gritos y que se yo, Nick se queda huérfano.
Hoy en día (En la película claro, no hoy ahora. Se entiende ¿No?) Nick ha crecido y vive oculto en Hong Kong, convertido en un muchacho medio atorrante que usa su poder para hacer trampa a los dados, pero que como es tan vago y nunca practica, no le sale bien ni eso y siempre pierde y lo terminan fajando.
Un día cualquiera, luego de recibir la indeseable visita de un par de sniffers (O rastreadores, tipos que tienen tan desarrollado el sentido del olfato que olen cualquier cosa tuya, un calzón ponele, y ya con eso te pueden encontrar) que fueron a decirle que ya no se podía esconder mas porque ya sabían donde estaba y que en cualquier momento lo venían a buscar, además recibe la visita de una joven watcher (Los watchers son clarividentes capaces de ver el futuro) llamada Cassie, que le dice que tiene que acompañarla porque vió en el futuro que juntos, de alguna manera, tenían que encontrar una valija que contenía algo muy importante y valioso.
Nick al principio no le cree, pero como es medio muerto de hambre y por las dudas de que lo que hubiera en la valija fuera guita, decide finalmente acompañarla.
Mientras tanto, en otro sitio, La División, aún bajo el control del implacable agente Carver continúa sus experimentos con las drogas logrando, al fin, que uno de los sujetos de prueba, una pusher llamara Kira, sobreviva a la dosis.
La cosa es que la mina sobrevivió tan bien que ahí nomás se les escapó a la mierda y encima llevándose una muestra de la droga, lo cual podría significar el fin de La División si se conociera o cayera en otras manos.
A partir de ese momento las cosas cambian radicalmente, y encontrar a Kira y conseguir la droga pasa a ser la prioridad de todos.
Así, Nick y Cassie deberán correr grandes riesgos y reclutar mas aliados con distintos poderes para llegar a reunirse con Kira y protegerla, mientras huyen de Carver y La División, y también de una familia de chinos mafiosos que también tiene poderes (Papá chino y los dos hijos chinos son bleeders, tipos que cuando gritan te rompen todo; la nena china es una watcher capaz de ver las intenciones, y el hijo menor es un chino gordo que es un pedorrer capaz de matar a unos cuantos al expeler mortales pedos) y que también los quieren hacer boleta vaya uno a saber por que.
Y así mas o menos va la cosa.

La película en si puede resultar entretenida si uno es un adolescente medio pavotón que va al cine a ver efectos especiales y enfrentamientos sin demasiada sustancia, pero la verdad es que el desarrollo de la trama por momentos se torna algo denso y, al final, los 111 minutos de duración terminan pareciendo algo excesivos.
A favor se puede mencionar que los efectos especiales están bien logrados y presenta una estética vistosa y moderna. Esto, junto con una edición quizás un poco vertiginosa y un sonido tal vez demasiado estridente, hace que algunas escenas se parezcan mas a un video clip que a una película pero, como dije antes, es obviamente una película orientada a un público adolescente joven y poco exigente (No es de extrañarse esto sabiendo que la productora es la misma de "Crepúsculo").
En cuanto a las actuaciones son todas jóvenes figuras que cumplen sus papeles con toda la eficiencia que pueden dadas las circunstancias.
En los roles principales encontramos a Chris Evans (La Antorcha Humana de "Los 4 Fantásticos") como Nick Grant, Dakota Fanning (Que como va creciendo se pone cada vez mas rara, y uno cuando la ve no sabe si todavía le inspira ternura o ya considera que está para un tirito) como Cassie Holmes, Camille Belle (Para los que no la recuerdan, hizo de Evolet en ese bodrio que fue "10.000 A.C.") como Kira Hudson y Djimon Hounsou como el excesivamente bronceado agente Henry Carver.
La película fue dirigida por Paul McGuigan que la verdad estuvo medio ladri y podría aunque sea haberse esmerado un poco mas.

Calificación: 2 Renegados (Regular. Una película que pretende demasiado y brinda muy poco, con caras conocidas que no alcanzan para hacerla del todo interesante y que no aporta nada original al género. Para pasar el rato y nada mas).

Recomendaciones: Si Ud. espera encontrarse con una película de superhéroes re pulenta tipo "X Men", no vaya, porque va a salir re caliente.
Si Ud. es un adolescente o está muy al pedo, y tiene ganas de ir al cine porque si, vaya, por ahí se entretiene.
Si Ud. ve la película y encuentra que es mooooy parecida a la serie "Héroes", tiene razón.
Si Ud. es medio vago como yo, vaya y sienta envidia de esos tipos que pueden hacer de todo con la mente sin levantarse del sofá.

viernes, 27 de marzo de 2009

Casi me olvido ... pero no

La pregunta de hoy es:

¿Creen que el destino está escrito o cada uno hace su propia suerte?

Piensenlón.

Que pasen un buen fin de semana.

jueves, 26 de marzo de 2009

Delirios oníricos

Estoy sentado en una silla en un pasillo de lo que parece ser una casa vieja, medio venida abajo, de paredes descascaradas y muebles viejos y desvencijados, esperando que una enfermera venga a sacarme las agujas que permanecen clavadas en mi brazo.
Hay gente que pasa caminando rápido, como desesperada, medio chocándose porque el espacio es reducido.
Cansado de esperar me meto en una habitación a preguntar si faltará mucho para que me atiendan. Es un lugar poco iluminado y tenebroso. Alguien me habla pero no entiendo lo que me dice.
En ese momento, una enfermera pasa caminando apurada por el pasillo. La llamo. Le pregunto si va a tardar mucho mas, y me contesta que está muy ocupada y que no sabe si va a tener tiempo para mi.
Me molesto y le digo que entonces me voy, porque quiero que me retiren las agujas de una vez.
Abandono ese lugar enojado y rezongando.
Atravieso una plaza oscura y de aspecto lúgubre.
Llego a la casa y me tiro en una cama. Siento que el brazo me duele y veo que empieza a sangrar un poco.
La enfermera con la que había hablado antes llega poco después que yo. Me había seguido, preocupada. Hablamos un rato largo. Finalmente me dice que me calme y que es hora de quitarme las agujas.
No sentamos en una mesa, ella me retira las agujas con cuidado, me limpia la sangre y me venda el brazo.
Se levanta y me dice que esta será la última vez que lo haga porque debe irse, y ya no va a volver. Además se tiene que ir a cambiar porque son casi las cinco de la tarde.
En ese momento llegan mis padres y me ofrecen ir a dar una vuelta en el auto, un Ford Falcon blanco modelo 81 al que hacía años que no subía.
De repente estamos viajando por una calle de tierra, con campos de pasto seco a los costados.
Me doy cuenta de que estamos muy lejos de casa y que tengo que volver porque la enfermera se va, y quiero despedirme.
Le digo a mi viejo que volvamos. Él retoma el asfalto medio fastidiado, pero el auto anda muy lento.
Sé que no voy a poder llegar a tiempo, y me angustia no poder despedirme de ella, porque siento que se lo debo.
Dejo el auto. Me subo a una moto y acelero. En la ruta hay autos abandonados en las banquinas, y fardos de pasto seco.
Empiezo a ganar tiempo. La moto es rápida. Pero, de golpe, se levanta un viento en contra muy fuerte que me empieza a frenar hasta casi detenerme. Fuerzo el motor pero no alcanza y apenas puedo avanzar.
Para cuando llego a la casa, alguien me dice que ella ya se fue.
Me siento mal por no haber llegado para despedirme.
Después, pensándolo bien, por algún motivo, sospecho que en realidad fue capturada.
Ahora tengo que encontrarla. No tengo idea de por qué.
Ya es de noche.
Recorro una ciudad que no conozco haciendo preguntas, pero la gente no ayuda y responde cualquier cosa.
Por alguna razón reparo en mi vestimenta. Estoy usando jeans celestes, mocasines de cuero marrones y un sobretodo. Y alguien me acompaña.
Sé que sin ayuda no voy a poder encontrarla a tiempo, así que junto con el hombre que me acompañaba, que era el Puma Goity, vamos a buscar al único grupo capaz de ayudarnos.
Llegamos al estudio de Bon Jovi, que era una puerta como de casa antigua en una cuadra llena de comercios, y tocamos el timbre.
Como tiene un portero visor yo me pongo delante de la cámara mientras el Puma nos anuncia haciendo como que habla en inglés.
Entramos y nos recibe Jon Bon Jovi en persona. Se lo ve avejentado, con arrugas y poco pelo peinado para atrás. Está vestido con un saco muy grueso de color gris y una bufanda. Nos habla muy amablemente sin dejar de sonreír, sin sacar las manos de los bolsillos y algo encogido de hombros, como si tuviera frío.
Estamos todos sentados como en un pasillo. Es un lugar muy chico con una cortina que lo separa de la otra habitación.
En eso llega Richie Sambora. También está viejo. Tiene puesta una boina y un sobretodo. Se sienta con nosotros y se une a la charla muy alegremente.
Mientras les contamos nuestro problema, llega Dave Bryan que ahora es un viejito regordete, de cachetes rozagantes y barba, que no deja de sonreír y hacer bromas.
Finalmente, sin mas preámbulos, la banda accede a ayudarnos.
Nos hacen pasar al estudio, que es un lugar muy amplio, lleno de pantallas con mapas y computadoras.
Jon y Richie vuelven a verse jóvenes y enteros otra vez como por arte de magia.
Se ponen detrás de una enorme mesa en cuyo centro hay una gran pantalla.
Entre los dos murmuran algunas cosas, señalan algunos puntos en la pantalla y deliberan como si diagramaran un plan o algo así.
Finalmente Jon nos mira y sonríe. Richie agarra su guitarra con confianza y nos dice "Ok. ¡Let’s go!".


Y ahí me desperté.

Creo que el omellette con jamón y champignones que cené, me cayó un poco pesado.

Fue eso o es que, realmente, estoy muy hecho mierda.

viernes, 20 de marzo de 2009

¡Atención! Miren, miren...

Como hoy me levanté re loco, con un poco de ganas de hacer algo y, fundamentalmente, porque estoy muy al pedo, en el día de la fecha dejo inaugurada una nueva sección de este blog a la que llamaré "Viernes de preguntas", o "La pregunta de los viernes", o "Por ser viernes te tiro un interrogante", o "Ya que se viene el fin de semana respondeme esto, no te cuesta nada. Total estás tan al pedo como yo" o algo así (No sé, todavía no tengo decidido como llamarla).
Seguramente ya se imaginarán de que se trata (No hay que ser muy brillante para darse cuenta), pero por las dudas de que sean medio mamertos y necesiten mas especificaciones, les cuento bien como es, o será, mientras dure o me acuerde de hacerla.
Básicamente el sistema consiste en que cada viernes (Salvo que ocurra algún caso excepcional que me lo impida como ser, no sé, que esté medio enculado, que se corte la luz, o que me muera un jueves) yo voy a dejar formulada una pregunta para que ustedes, con ese espíritu participativo y buena predisposición que siempre han demostrado, me dejen sus respuestas en los comentarios.
Si, ya sé. Soy un groso. Un innovador de esos que surgen una vez cada miles de años. Son muy afortunados por ser mis contemporáneos, pero bueno, bueno, ya está …. Salgan de su asombro y dejen de admirarme por unos segundos que todavía hay puntos que explicar. Atiendan carajo.
Bien, en cuanto a la pregunta en cuestión, podrá ser acerca de cualquier cosa, dependiendo del lado que me sople el viento el día que la haga, o de los medicamentos que haya estado consumiendo.
Un día podrán encontrarse con un interrogante de carácter profundamente filosófico, y a la semana siguiente con una pelotudez atómica de esas que no se sabe que contestar porque se piensa que es una tomada de pelo.
En cuanto a la parte que les toca (O sea, dejar su respuesta si es que se llegara a dar el extrañísimo caso de que se enganchen y participen) tendrán la libertad de tomárselo en serio y responder con honestidad y absoluta franqueza (Es lo que preferiría), o podrán hacer uso de todo su ingenio e imaginación para elaborar la contestación que se les ocurra (Lo cual será un claro indicativo de que son gente escondedora y con problemas, pero bueno, cada uno sabe lo que hace).
También si quieren, pueden dejar una respuesta que incluya partes en serio y partes ficticias, pero en ese caso deberán aclarar cuando es uno o lo otro, porque sino puede dar lugar a confusiones o malas interpretaciones y yo no quiero quilombos.
Otra cosa que es necesario aclarar es que en este caso (Me refiero a esta sección en general) por ser los comentarios las respuestas de cada uno, mi participación se limitará únicamente al formulado de la pregunta y quizás, si el tema lo amerita, alguna acotación en general, pero no habrá contestaciones a cada comentario individualmente como se suele hacer en los artículos comunes, porque me parece que no da, salvo que se arme un debate interesante (Además no me voy a poner a discutir, sobre todo teniendo en cuenta que yo siempre voy a tener razón y ustedes no).
Y bueno, eso sería todo.
¿Qué? ¿Esperaban algo mas? No, no hay. Peor es nada.
Además esto no tendrá otra finalidad mas que tratar de hacer algo mas o menos participativo y que sirva para conocer como piensa otra gente, que tan chapas están, o que tan bien saben mentir. No hay nada mas allá de eso.

Veremos como sale.

La invitación queda hecha.

Y para inaugurar la sección así bien pum para arriba, la pregunta de hoy es:

¿Qué piensan de la muerte? ¿Creen que existe el mas allá?


Buen fin de semana.

jueves, 19 de marzo de 2009

Hablo yo y pasa un carro....

Pero no un carro común y silvestre, no, no; pasa un carro enorme de ejes oxidados y rechinantes, con maderas desvencijadas y crepitantes, y adornado con cascabeles, campanitas y todo tipo de chirimbolos que hacen ruido. Un carro que es tirado por un caballo con catarro y conducido por un paisano sordo que se la pasa gritando porque transporta a seis integrantes de una murga que van ensayando con sus bombos y redoblantes.
Es un carro que aparentemente hace tanto, pero tanto ruido, que logra que mis palabras se pierdan para siempre en la inmensidad del vacío y no lleguen jamás a destino.
Y por destino me refiero, mas precisamente, a los oídos de mi mujer.

Permítanme que les cuente.

Resulta que desde hace, pongámolse, un siglo, mi mujercita me viene rompiendo las pel … perdón, me viene insistiendo en reiteradas oportunidades, conque era necesaria, casi indispensable, la adquisición de un "mueble con cajones" para el dormitorio, con el propósito de guardar algunas cosas que teníamos ahí dispuestas en dos o tres cajas y que, según ella, hacían que la habitación "parezca una villa".
"¿Pero que clase de mueble?" preguntaba yo en cada oportunidad.
"No sé. Cualquiera. Uno con cajones" respondía ella con soltura.
"No, cualquiera no, oh amada mía" acotaba yo "Debes tener en cuenta de ha de ser un mueble que mas o menos combine con los que ya poseemos. De lo contrario quedará, a la vista, como una patada en los huevos ¿Entiendes, luz de mis ojos?".
"¡Pero que importa eso! ¡Cualquier cosa! Uno con cajones ¡Yo quiero un mueble! ¡Yo me voy a comprar un mueble!" decía finalmente ella inflando los cachetes y frunciendo el ceño.
Y así, esta situación se mantuvo durante un buen tiempo.
Ella insistiendo en comprarse "cualquier cosa con cajones" y yo intentando hacerle comprender que, si bien no íbamos a encontrar una cómoda accesoria (Porque un mueble con cajones para dormitorio se llama "cómoda"), exactamente del mismo estilo que nuestro juego de dormitorio (El cual, debo reconocerlo, no es muy combinable debido a que fue adquirido hace mas de una década, cuando éramos jóvenes y la decoración mucho mucho nos nos importaba), había que procurar encontrar algo que, al menos, no desentonara demasiado.
Así, cada vez que salíamos y de casualidad pasábamos por una mueblería, la escena se repetía. Ella se pegaba a la vidriera intentado divisar cualquier cosa que tuviera cajones y exclamaba "¡¡Ese!!" ,y yo resoplando le respondía "No. No pega. No tiene nada que ver. Va a quedar como el orto".
Entonces ella refunfuñaba, ponía trompa y murmuraba por lo bajo "Yomevoyacomprarunmuebleigual", y no nos volvíamos a hablar por unas cuantas cuadras.
Esto siguió así hasta que un día, hará como dos meses atrás, y pasando por una mueblería con pinta de ser muy moderna y paqueta (Lo cual inevitablemente me hacía sospechar que sus precios podrían provocarme un peligroso preinfarto ), vimos una cómoda de cuatro cajones que parecía adecuarse a lo que aparentemente estábamos necesitando con tanta urgencia, con la salvedad de que era de color blanco y líneas muy rectas.
"¡Esa me encanta!" exclamó mi querida con peligroso entusiasmo.
"Mmmse, si fuera negra … Y si no fuera tan recta …. Y si no fuera porque no pega con nuestros muebles que son de bordes redondeados… Y..." dije yo mientras amagaba a seguir caminando y preparaba mis ya bien sabidos argumentos de "por qué no lo vamos a comprar".
Lamentablemente no llegué a exponerlos del todo dado que, de repente, me di cuenta de que a mi lado ya no había nadie y estaba hablando solo.
Me di vuelta y alcancé a ver, casi con terror, que la puerta de la mueblería se cerraba detrás de mi mujer que ya había ingresado al local con aires de estar muy decidida.
Si hubiera sido una película, ese hubiera sido el momento en el que la escena pasa a ser en cámara lenta y yo intento detenerla gritando "¡¡NOOOOOOOOOOOOoooooooooooo!!.
Pero por desgracia, no era una película.
Ya era tarde.
Para cuando llegué a su lado ya se había acercado un vendedor, y ella ya lo estaba interrogando mientras señalaba el mueble con su inapelable dedo índice.
Y la experiencia me enseñó que cada vez que ella señala algo con su dedo, significa que, inevitablemente, a mí me van a doler los bolsillos.
Y así fue.
Resultó que la mueblería podía conseguirnos ese modelo de cómoda en color negro y que, según el "vendedor", como eran fabricantes, además hasta podían hacerle algunos retoques cosa de que quedara mas combinable con nuestros muebles.
En ese momento los ojos de mi mujer se llenaron de alegría, y mis bolsillos se llenaron de lágrimas.
"¿Y cuanto saldría?" preguntó ella.
El vendedor nos dijo el precio y, como yo medio perdí la conciencia por la impresión, le dio todos los datos a mi mujer, y nos fuimos.
"A mi me gusta" espetó ella muy contenta en cuanto pusimos un pie en la vereda.
"Pero no pega. Es muy cuadrado. Va a quedar como el culo" insistí yo.
"¡Yo lo quiero. Además es mejor que tener esas cajas ahí tiradas. Es una mugre eso!" siguió ya con cara de empacada.
"A mi me parece que va a quedar mal. Además por ese precio…"
"¡¡No me importa!! Ya que no nos fuimos a ningún lado en las vacaciones podemos invertir la plata en eso. A mi me gusta" repetía ella con los cachetes inflados y con un tono de voz que me indicaba que esta vez no iba a claudicar.
"Bueeeeno, si vos querés lo compramos" le dije en un suspiro.
Fuimos a mi casa, tomamos las medidas en base al escueto esquema que nos había proporcionado el "vendedor" y, como el destino de verdad me odia, el espacio parecía ser el adecuado.
Nada parecía impedir que ese armatoste pasara a formar parte de nuestro mobiliario.
Sin embargo, hice un último intento.
"Mirá" le dije "Va a ir acá. Tratá de visualizarlo en tu mente. Fijate como quedaría al lado de nuestra cómoda. Va a ser hasta acá de alto (se lo señalé con la mano) y como hasta acá de ancho ¿En serio te parece que va a quedar bien?"
"Si. A mi me gusta" respondió ella sin siquiera pensarlo, y mucho menos realizando el ejercicio de visualización que le había propuesto.
"Bue, listo. Si vos decís" dije con un aire de resignación. Después de todo era una batalla perdida. Y ya estoy acostumbrado.
Una semana después, fuimos a hacer la reserva.
Nos atiende un rengo que no tenía ni la mas pálida idea de lo que habíamos arreglado con el otro supuesto "vendedor", el cual resultó ser simplemente uno de los pibes que sube y baja los muebles del camión que los reparte y que, vaya uno a saber por qué, el día que fuimos nosotros quiso experimentar la vertiginosa vida de los vendedores tomando el lugar de uno de ellos.
Por este motivo hubo que renegociar casi todo de nuevo con este vendedor, aclarar algunas cosas, asegurarnos que el precio fuera el convenido y demás detalles que, creía yo, ya estaban superados.
Uno de los puntos de discusión fue el "retocado" del mueble en cuestión para adecuarlo mas o menos al estilo de los que ya teníamos, algo que el anterior "vendedor" nos había asegurado que se realizaría sin problemas y por el mismo precio, pero que ahora parecía ser algo imposible de hacer.
"O sea, se podría hacer, pero eso ya es otro precio" me dijo el rengo muy orondo.
Minutos después, cuando recuperé la conciencia (Porque esta vez directamente me desmayé), y evaluando la situación rápidamente, llegué a la conclusión que, de dejarme llevar por mi primer impulso (El cual me ordenaba salir de allí pateando cosas y gritándole al rengo que se meta el mueble bien en el orto), después tendría que soportar los quejidos, rezongos, reproches, y hasta pucheros de la quetejedi durante años, con el agregado además de un dramático "Claro, al final acá yo no puedo decidir nada", por lo cual y en nombre del mal menor, no tuve mas opción que tomar, quizás, la peor de las decisiones.
"Bueno, lo llevamos así nomás entonces" dije medio caliente.
Y ahí nomás, minutos después, con dolor, con mucho dolor, le estaba entregando al rengo la mitad del importe convenido. En efectivo.
Y por dentro ... lloré.

Eso fue hace dos meses.

Hace unas semanas nos llamaron para comunicarnos que nuestra cómoda ya estaba lista, y que podíamos pasar a pagar el saldo y a confirmar el día de la entrega.

Quedamos en que la llevaran ayer por la mañana.

A eso de las 10 a.m. recibo un mensaje de texto en mi celular. Era mi mujer.
"Tenías razón. Queda como el orto. Perdón" decía.

Cuando volví a mi hogar y entré en la habitación, lo vi, ahí en el rincón, al lado de la cómoda. Nuestro nuevo mueble.
Inmenso. Guarango. Cuadradísimo en un ambiente de muebles de bordes redondeados.
Una verdadera patada en los huevos al buen gusto.

Pero mi mujercita estaba ahí, contenta con sus cajones.
"Bueno, no queda tan mal. Si lo mirás muchas veces te acostumbrás" me dice con una sonrisa casi infantil.

Pienso en decirle algo, pero sería en vano.

Y además, por la calle pasa un carro…

miércoles, 18 de marzo de 2009

Crítica de cine: EL TRANSPORTADOR 3

Luego del éxito conseguido con sus dos primeras partes ("El Transportador" del 2002 y "El Transportador 2" del 2005), y para regocijo de los amantes del cine de acción sin mas pretensiones, llega a los cines la tercera parte de esta serie creada por Luc Besson, y con la cual el pelado Jason Statham consiguiera ganarse un lugar en el mundo de los nuevos duros del cine contemporáneo.
Supongo que a esta altura no debe quedar mucha gente que no conozca al personaje o no sepa de que se trata la historia, pero como hay de todo en el Jardín del Señor, y no quisiera que se queden en bavia, o babia, o … bueno, no sé como se escribe … para que no se queden en pelotas bah, les resumo mas o menos como es la cosa.
La historia básicamente se centra en las actividades de Frank Mártin, un ex – operativo de las Fuerzas Especiales, extremadamente profesional, experto en artes marciales, diestro en el manejo de armas y eximio conductor de todo tipo de vehículos, que se gana el mango laburando como transpotador de entregas de alto riesgo. O sea el tipo lleva cosas de un lugar a otro y por eso te cobra (Viene a ser como un delivery, pero en lugar de llevar pizzas o un pollo al spiedo lleva cosas mucho mas grosas, y en lugar de andar en ciclomotor maneja un Audi A8 que es para demayarse).
Además, también te marca unos ángulos bárbaros …. Porque es un transportador ¿Se entiende? Un transportador … Jojojojojojo Soy una tormenta de gracia. Que loco.
Bien, la cuestión es que este muchacho no es cualquier transportador, es el mejor, el mas capo, el mas poronga de los transportadores, y por eso siempre lo buscan para las misiones mas difíciles (Por suerte, porque sino las películas serían de lo mas aburridas).
En esta oportunidad, sin embargo, nos encontramos al inicio de esta última entrega con un Frank que, ya medio hinchado las pelotas de andar llevando cosas de acá para allá y terminar siempre metido en algún quilombo porque el asunto se le complica (Y encima nunca recibir una propina), decide retirarse del negocio por un tiempo para dedicarse a rascarse las pelotas.
Así, cuando un tipo lo busca para ofrecerle un trabajo él lo rechaza, le recomienda un suplente, y se va a pescar unos bagres con su viejo amigo el Inspector Tarconi,
Un par de noches después, estaba Frank lo mas pancho en su casa, medio amodorrado en el sofá después de haberse clavado unos vinos, cuando inesperadamente recibe la visita del muchacho este que lo había suplantado en aquel trabajo quien, demostrando una total falta de educación, llega sin llamar antes y se le mete en el living sin permiso, con auto y todo.
Cuando ya iba a cagarlo a pedos por manejar tan mal y a decirle que es la última vez que lo recomienda, se da cuenta de que el pobre pibe está bastante mal herido y mas cerca del arpa que del violín por lo que, luego de llamar una ambulancia, intenta ayudarlo.
Sin embargo, aún con las pocas fuerzas que le quedaban, el muchacho se niega rotundamente a abandonar el vehículo.
Frank medio que lo empieza a tironear, pero el pibe se empaca y se agarra de todos lados mientras balbucea "No…auto. El auto … El auto" al tiempo que intenta señalarle un extraño brazalete metálico que tiene en la muñeca.
"Si, si, muy linda la pulserita .. y el auto también, pero bajate, dale…" le dice Frank, que todavía estaba medio caliente porque le habían cortado la digestión.
Mientras estaban en eso llega el servicio de emergencias, y al ver las condiciones en las que estaba el pibe, determina que debe ser trasladado de urgencia a un hospital, por lo que, aunque el herido seguía pidiendo por favor que no lo alejen del auto, lo cagan a pedos, le dicen que no es momento de ponerse caprichoso, lo sacan de ahí y lo cargan en la ambulancia.
Cuando Frank vuelve al auto para ver si entre los papeles del muchacho está el carnet de la Obra Social de los Transportadores y pasarle los datos a los ambulancieros, se aviva de que en el asiento de atrás hay una pelirroja medio desmayada.
"¡A la marosca!" dice Frank "¿Y esto? Me parece que acá pasa algo raro".
En ese momento, mientras le estaba mirando las tetas, de casualidad nota que la chica también tiene puesto un brazalete metálico idéntico al que llevaba el muchacho, y en un alarde de lucidez cae en la cuenta de que quizás eso algo tenga que ver con la desesperación del pibe por no abandonar el auto.
Sale corriendo para intentar detener a la ambulancia que ya se iba, pero antes de poder alcanzarla ésta explota en mil pedazos.
"Que lo reparió. Hoy no me sale una bien" protesta Frank, mientras se sacude la tierra y vuelve a la casa a ver a la mina.
Justo cuando se asoma al auto para ver que onda, la piba se despierta.
"Uy papirri ¿Estoy en el cielo?" le pregunta medio reglada.
"No querida. ¿No ves que es un auto, o sos tonta vos?" le replica Frank que no estaba del mejor humor, e inmediatamente alguien lo duerme de un garrotazo en la cabeza.
Al despertarse, se encuentra acostado en una camilla, en calzones, en una habitación extraña y con uno de esos vistosos brazaletes metálicos adornando su muñeca.
"Me parece que me cagaron" piensa Frank mientras encuentra su traje y se viste.
Momentos después ingresan en la habitación unos hombres con pinta de pocos amigos, encabezados por el que parece ser el jefe y que se presenta a si mismo como el Sr. Johnson.
Estos hombres resultan ser de una banda de mercenarios que fueron contratados por un grupo de empresarios corruptos para que secuestraran a la hija de Leonid Vasilev, un influyente político ucraniano defensor del medio ambiente, con el propósito de mantenerla cautiva hasta que el funcionario les firmara unos papeles que autorizaban el volcado de desechos tóxicos contaminantes en lugares prohibidos.
Johnson le explica a Frank que, dado que el reemplazante que él les había recomendado no pudo cumplir con su encargo satisfactoriamente y el plan medio que se les estaba yendo a la mierda, ahora era su responsabilidad el llevar a cabo el trabajo.
"¿Ah si? No me digas ¿Y si no quiero?" responde Frank arqueando las cejas y cruzándose de brazos.
"Te meto un plomo en el balero ya mismo" dice Johnson con cara de loquito y apoyándole el fierro en la cabeza.
"Ah bueno, si me lo pedís así, si" dice Frank, que era valiente pero no boludo.
De esta manera, ya con las cosas claras, Johonson ordena que carguen el auto de Frank con dos misteriosas bolsas que deben ser transportadas desde Marsella hasta Odessa, en el Mar Negro, siguiendo las instrucciones que se le irán comunicando durante el trayecto.
"Bueno, listo el pollo, voy saliendo" dice Frank medio fastidiado.
"Nononono, momentito pelado, piano piano que todavía falta algo" replica Johnsosn "Te tenés que llevar también a la colorada".
"¿¡Qué!? ¡No, ni en pedo! Los colorados son yeta. Mirá si me pasa algo" retruca Frank agarrándose el huevo izquierdo.
"Si ya se, pero acá el que manda soy yo y por mas yeta que sea, te la tenés que llevar".
"¿Par que no se vasen los dosen a la reconchen de sus mamasen?" interivene la ucaraniana medio ofendida "Yeta sus hermanasen".
Finalizada la discusión y viendo que no le queda otra, Frank accede de mala gana y puteando bajito.
Pero aún había mas.
Como último detalle Johnson le explica a Frank que esos brazaletes tan paquetes que ambos llevan en sus muñecas, son en realidad poderosos explosivos conectados a un dispositivo especial y que se activarán si cualquiera de los dos se aleja a mas de veintitrés metros del auto.
De esta manera y bajo estas peligrosas condiciones, Frank debe emprender forzadamente esta nueva misión, sin saber que contienen las bolsas que está transportando, y enfrentándose a lo largo de todo el camino tanto a los criminales que lo forzaron a aceptar el trabajo, como a los agentes del Gobierno ucraniano enviados para rescatar a Valentina que, para colmo de males, resultó ser una consentida insoportable, medio alzada y bastante rompepelotas.

La película en general sigue el mismo esquema básico de las anteriores; es entretenida, dinámica, y ofrece exactamente eso que uno va a buscar cuando elige ver una película de acción.
Si bien la trama no presenta una gran profundidad ni mayores complicaciones, no aburre en ningún momento y permite que la película mantenga un ritmo con algunos altibajos pero muy llevadero.
Sin dudas que el punto mas alto lo brindan las excelentemente coreografiadas escenas de pelea (realmente muy cuidadas y bien ejecutadas), juntamente con las extraordinarias persecuciones automovilísticas (el momento del "enfrentamiento" entre el Audi y el Mercedes es fantástico), y si bien en algunos tramos se ha apelado a los efectos digitales, estos no sobresalen en ningún momento ni se vuelven protagonistas de la escena, lo cual por momentos brinda un cierto aire de realismo que es muy bienvenido.
Mas allá de esto, es necesario aclarar también que, en mas de una ocasión, se recurre a la espectacularidad y la exageración, con lo cual se logran momentos tan impactantes como inverosímiles (Hay acrobacias dignas de Meteoro y en la parte del auto en el agua medio que se fueron al carajo), pero en este tipo de películas esto es abolutamente esperable y hace también parte del género.
En cuanto a las actuaciones Jason Statham cumple con su rol ya de memoria y está completamente identificado con el personaje de Frank Martin.
Una vez mas vuelve a mostrar sus pulidas habilidades marciales, y su estampa de tipo prolijo y varonil (Y hablando de mostrar, muestra su lomo innecesariamente mas de una vez para delirio baboso de las mujeres en la sala), y aunque por momentos se vuelve algo monocorde en la manera de recitar sus diálogos, se banca muy bien el trabajo de cargar con la película sobre sus espaldas.
Lo acompañan François Berlèand como su viejo amigo el inspector Tarconi, Robert Knepper como el Sr. Johnson, Jeroen Krabbe cmo Leonid Vasilev y la colorada Natalya Rudacova que actuando es medio de madera y que tiene tantas pecas y le hacen tantos primerísimos planos que casi molesta (Tiene tantas pecas que una vez se fue a confesar y cuando el cura le preguntó "¿Pecas hija?", ella contestó "Y si Padre, hasta en el culo" ….Jojojojojo.... Soy un huracán de comicidad).
La película fue dirigida por Olivier Megaton que no se que otras cosas hizo, pero con esta le fue mas o menos bien.

Calificación: 3 Renegados (Buena. Una típica película de acción que no dista demasiado de sus dos predecesoras. Buenas peleas, buenas persecuciones y una trama simple que sirve de excusa para desarrollarlas. Una buena propuesta para entretenerse).

Recomendaciones: Si Ud. gusta de la acción simple, directa, y sin pretensiones vaya a verla, este es su tipo de película.
Si Ud. busca un policial profundo con un argumento enredado, elija otra. Pero a esta véala igual que es entretenida. No sea ortiva.
Si Ud. es mujer y está cansada de verle la panza de su marido, vaya, véalo a Statham y póngase a llorar.
Si Ud. es hombre y se cree que tiene buen lomo, vaya, véalo a Statham y póngase a llorar.

viernes, 13 de marzo de 2009

Turismo de emergencia

Aunque creo que, anteriormente, ya he dejado entrever sutilmente que mis vacaciones no fueron exactamente una montaña rusa de emociones y nuevas experiencias, debo decir también que, dado que una de mis incalculables virtudes (Además del evidente atractivo físico) es la de ser una persona que no gusta de dar las batallas por perdidas con facilidad, he realizado mis buenos y sinceros intentos para torcer ese destino de monotonía aparentemente infranqueable al que parecían estar destinados aquellos días.
Y cuando digo "buenos y sinceros intentos", me refiero a que hice UN intento.
Una especie de manotazo de ahogado surgido en un momento de desesperación, al darme cuenta de que mi mujer estaba llegando al final de sus vacaciones (Ella tiene solamente dos semanas pobrecita) y yo no la había llevado a pasear a ningún lado, lo cual, como cualquier hombre sabe, me dejaría expuesto a un largo futuro de reclamos y pasadas de factura en cada oportunidad que se presentara.
Ante esta situación, con el tiempo apremiando y firmemente decidido a evitarnos el tener que mentir descaradamente cuando alguien nos preguntara que habíamos hecho durante las vacaciones, a falta de mejores opciones, no se me ocurrió nada mejor que decirle de ir al zoológico (Si. Soy un loco bárbaro para hacer propuestas. Vivir conmigo es un vértigo constante).
Sé que no es para decir "¡Faaaaaa que locos estos pibes! ¡Son re extremos. Mirá el viaje que se hacen!" ni nada por el estilo, pero bueno che, peor es nada (Y además recuerden que el principal objetivo de esto es el de evitar el tener que escuchar una y otra vez "Porque en las vacaciones no fuimos a ningún lado y blablablablablablabla").
Además no es un mal paseo.
Recuerdo que ya habíamos ido hace unos años atrás, fue entretenido y la pasamos bastante bien. Pero, claro, todo puede cambiar. Hace años éramos mas jóvenes.

En fin… Luego un viaje no exento de contratiempos, y de hacer una necesaria parada para almorzar en un Burguer King (Cuando salimos así no nos privamos de nada), llegamos a destino a eso de las dos de la tarde.
Antes de entrar, surgió la primer cara con trompa de mi mujer ante mi tajante negativa a su pedido de dar un paseo en Mateo (¡Mirá si voy a pagar para que un tipo me lleve a dar una vuelta en carro en el medio del tráfico! ¡Por favor! Está bien que estábamos haciendo de turistas pero tampoco hay que exagerar. Además es un quemo. Me puede ver alguien conocido) pero, afortunadamente, el incidente no pasó a mayores ya que la onda era tratar de pasarla bien y disfrutar el día (Y además estábamos medios amodorrados por las hamburguesas que nos habíamos comido y por el terrible calor que hacía, y no daba para ponerse a discutir).
Luego de superado el pequeño incidente, de volvernos a sonreír y de llamar al abogado para decirle que suspendiera todo que al final no nos íbamos a divorciar nada, nos dirigimos alegremente hacia la entrada.
Allí, inmediatamente comencé a sospechar que quizás haber elegido ir al zoológico un Sábado en pleno Febrero no fue precisamente la mejor idea que se me podría haber ocurrido.
Había gente y, lo que es peor, niños. Muchos niños. Por todas partes. Estaba lleno. Se veía desde el portón y se escuchaba el griterío adentro.
Miré de nuevo al señor que nos había ofrecido el paseo en carro y por un momento dudé, pero ya era tarde para cambiar de planes, y pasear en Mateo me seguía pareciendo demasiado gay.
Ya estábamos ahí y no había marcha atrás.
Actuando lo mas relajado que pude, me dirigí a pagar la entrada, mentalizado en que no debía dejar que ese enjambre de coloridas y chillonas criaturitas me alteraran y terminaran arruinarando nuestro paseo vacacional de emergencia.
Sin embargo, allí nomás en la ventanilla ya me encuentro con la primer poco feliz novedad.
Resulta que ahora para entrar hay dos opciones: el Pase "Común" que sale $ 9,50 y que te permite únicamente andar caminando y mirando los animales, y el "Pasaporte" que sale $ 15,90 y que te permite además entrar al Acuario, al Serpentario, a la "Selva Tropical" y dar un "paseo en barco".
O sea, antes pagando solo la entrada entrabas en todos lados; ahora ya no. Se ve que se avivaron. Acá el que no corre, vuela, y el que no vuela te caga seguro.
Como mi mujer no aceptó mi propuesta de sacar un Pase Común para ella y un Pasaporte para mi para ahorrar (Total yo entraba a los lugares y después le contaba), e incluso me miró medio mal y me trató de "miserable muerto de hambre", pelé los petrodólares y saqué dos Pasaportes. Después de todo, esa probablemente iba a ser nuestra única salida así que no iba a andar pijoteando (Además me quedaba la esperanza de que quizás en la entrada de alguno de esos lugares hubiera algún niño que se tuvo que quedar afuera por tener solo el Pase Común, lo cual me permitiría pasarle por adelante con mi Pasaporte en la mano y haciendo "¡Ejem ejem!").
Por si se ya están preocupando y en este momento tienen ubicado su puntero sobre la crucecita roja dispuestos a cerrar la página, pensando que voy a ponerme ahora a hacer un relato pormenorizado de lo que fuimos viendo a cada paso hasta matarlos del aburrimiento, pueden relajarse porque no lo voy a hacer.
Sin embargo, hubo ciertas cosas que creo que merecen ser mencionadas.
Por ejemplo, que el Acuario tiene, fácilmente, la mitad de los peces que recuerdo.
No se si se les murieron, se los comieron, o alguien dejó la pecera abierta y se les volaron, pero que hay muchos menos, hay muchos menos. Y los que quedaron no son precisamente de los mas vistosos. Algunos hasta están medio desteñidos y todo.

Pez con cara de orto. Me simpatizó de inmediato. Casi podría apostar a que estaba pensando "¿Que miran forros? ¿Por qué no me miran essta? ¡Si tuviera brazos en lugar de aletas los cagaría a trompadas giles! ¡Odio estar acá y los odio a todos ustedes!"

A pesar de ello la gente se agolpa frente a cada pecera, y tarda un siglo en moverse hacia la siguiente, fotografiando una corvina con el entusiasmo de estar registrando un Celacanto o un Ictiosaurio, mientras sus horribles niños corren, gritan, golpean los vidrios y se aferran a la baranda molestando al resto del público (Que en ese caso era yo).
Con el Serpentario pasa algo similar.
Convengamos que las víboras, serpientes, y demás batracios que se exponen ahí no son de los bichos mas alegres y divertidos que hay, pero tener que pagar mas para ver a un animal que parece un tronco o una soga enrollada, que no mueve ni un músculo durante horas, que no hace ninguna gracia, y que en algunos casos directamente ni se ve porque está escondida en un agujero, me parece un abuso .
Está bien que algunas son de un tamaño impresionante y, especialmente para alguien como yo que siento un gran respeto por los ofidios (No, no les tengo miedo. Yo no le temo a nada. Es respeto solamente. Y si cuando veo una vivorita salto, grito y lloro como una niña es por el respeto que siento nada mas), puede resultar hasta un poco perturbador verlas de cerca, pero tampoco es la gran cosa.
Encima le pregunté a la chica de la entrada si se podía alimentar a las pitones con uno que otro niño que andaba por ahí molestando, y me dijo que no la muy ortiva. Le mostré mi Pasaporte y todo, pero igual me dijo que no, que no era para eso, y que iba a llamar a seguridad.
A esa altura ya me estaba arrepintiendo de haber sacado el bendito Pasaporte. Al final no me servía para nada.
En cuanto al resto de los animales, realmente fue muy entretenido e interesante ver como la gran mayoría duerme la siesta, ya que a la hora en que fuimos eso era lo único que estaban haciendo.
Recuerdo especialmente lo fascinante que resultó ver la guarida del leopardo (que estaba durmiendo adentro y jamás lo vi), o las bolas del león albino que estaba durmiendo tirado a la sombra, o la majestuosidad de la pantera negra que supuestamente estaba durmiendo detrás del vidrio polarizado de su jaula (por lo cual resultaba casi imposible distinguiría. Los del zoológico son unos hijos de puta) o la jaula vacía donde supuestamente hay un cóndor (que quizás sea de la especie "Cóndor Andino Invisible" porque yo no vi nada).

Foto de la pantera negra detrás del vidrio polarizado de su jaula tomada por mi mujer, quien con la máquina fotográfica en sus manos no acepta que nada la detenga.

(Y hablando de jaulas vacías aprovecho la oportunidad para dejar constancia por este medio que el Aguará Guazú no existe y nunca existió. Fui hace años y su hábitat estaba vacío. El bicho brillaba por su ausencia. Fui ahora y estaba igual. Siendo el animal como un perro pero bastante mas grande, con patas notablemente mas largas y de pelaje rojizo aunque sea una vez debería haberlo visto, pero no. O es un Aguará Guazú ninja maestro del camuflaje o lo cierto es que esa jaula está y siempre estuvo vacía. Que dejen de mentirle a la gente).

Foto de la jirafa tomando un helado. El helado no se ve porque justo en el momento de tomar la imagen se le cayó, pero si miran con atención verán que el animal está sacando la lengua. Después se puso a llorar pero eso no fue fotografiado por una cuestión de respeto.

Finalmente, luego de un recorrido que lleva su buen tiempo, de caminar mucho, de ver liebres patagónicas, carpinchitos y patos que andan sueltos por todos lados (Creo que dentro de poco los van a empezar a regalar como souvenir. Hay un montón), de ver a los elefantes, los ciervos, la jirafa, los mandriles, los rinocerontes y unos monos muy tristes que te miran como diciendo "¿Qué carajo mirás gil? ¿Te gusto?", se llega a la famosa "Selva Tropical", último sitio al que podía acceder con mi Pasaporte y confirmación absoluta de que soy un ganso y lo compré al pedo (Mas teniendo en cuenta que ya había entrado la otra vez que había visitado el zoo y sabía lo que era. Encima no había ningún niño en la puerta que no pudiera entrar como para disfrutar del momento).
Resulta que es un edificio que a la entrada simula una gruta o algo así, con plantas medio podridas, y una exposición de bichos disecados. Después el trayecto te lleva a subir por una escalera que da a una especie de escenografía que pretende representar árboles, algunos con cubículos de vidrio donde hay arañas y bichos desagradables, y que desemboca en el centro de la edificación donde hay una cascada artificial y un puente que luego de ser atravesado te lleva al colmo del robo descarado: "La cueva de los murciélagos", que es como una pieza toda oscura con dos vidrios detrás de los cuales supuestamente hay murciélagos, cosa que es imposible de comprobar debido, como ya dije, a que está completamente oscuro y de quedarse allí para intentar descubrir si de verdad hay un puto murciélago, uno puede terminar robado o, peor aún, embarazado.
Un fiasco total. Si la primera vez que entre me pareció medio chota, ahora está mucho peor. Antes por lo menos me acuerdo que había unos monitos. Ahora no hay nada.

Foto del elefante mientras realiza un sorprendente movimiento consistente en arrodillarse sobre sus patas delanteras, mientras eleva su parte posterior hasta quedar casi en vertical y cuya finalidad es la de recoger los restos de alimento que caen en el foso que rodea su espacio. Lamentablemente la fotógrafA tomó toda la secuencia olvidándose de quitar el zoom, por lo que en todas las imágenes solo se aprecia un primer plano de la cabeza del animal.

En cuanto al famoso "Paseo en Barco" al cual teníamos derecho con nuestro Pasaporte, ni nos molestamos en hacerlo.
Había que hacer como una hora de cola al rayo del sol para subirte a un lanchón pedorro, todos apretados, y solo para que te lleven a dar una vuelta alrededor de una islita de porquería. Era un choreo.
Además a esa altura yo ya estaba medio cansado, me dolían las patas de caminar y seguro que ahí tampoco dejaban arrojar a los niños al agua, así que directamente no tenía ninguna gracia.

Y eso es todo.

El resto todo normal. Mucha gente maleducada, mucho niño malcriado, muchas palomas, mucha cámara de fotos, muy pero muy escasos conocimientos de zoología y especies animales de la población en general (He escuchado cada comentarios que no se pueden creer), refrigerios caros, y no mucho mas que hacer que lo que se suele hacer en un zoológico: mirar animales y decir "Oh que bárbaro".
Para finalizar se podría decir que, en líneas generales, como paseo, el zoológico no deja de resultar interesante por el solo hecho de poder ver en directo a especies que habitualmente uno solo ve en Discovery o en Nat Geo, pero, por lo menos yo, no pude dejar de sentir de inmediato una gran empatía por esos pobres animales.
Que tengan que estar ahí encerrados, lejos de su medio ambiente natural, notoriamente aburridos, algunos muy solos, algunos visiblemente descuidados, y todo solamente para que nosotros, que somos tan animales como ellos, vayamos a mirarlos y a sacarles fotos, a mi me dio lástima.
Además a muchos se los nota como bastante tristes. Basta con observarlos un rato para darse cuenta.

Pero bueno, lo importante es que gracias a la pateticidad de mis vacaciones, hoy les puedo brindar un servicio de información gratuito por si estaban pensando en visitar este lugar.

Y estén atentos porque por ahí un fin de semana largo me enolquezco de nuevo, rompo todos los esquemas y me mando un flor de tour por el Botánico.

Eso si que va a estar dívertido.

martes, 10 de marzo de 2009

Volver...

Bueno, heme aquí nuevamente.

Si, si, pueden aplaudir si quieren. No hay problema. … Gracias. Gracias… Bueno, ya está. Mucho no me gusta que me aplaudan, así que basta.

En fin … Seguramente estarán pensando que luego de haber tenido un mes de vacaciones (Si, si, tuve un mes de vacaciones ¿Y qué? Hace mas de diez años que hago como que trabajo para esta Institución ingrata y roñosa. Es lo mínimo que me merezco), estoy de vuelta con las energías renovadas, pletórico de ideas y con un entusiasmo desbordante que apenas puedo contener ¿Verdad amigos?.
Pues bien, están equivocadísimos. Nada mas alejado de la realidad. Ustedes como adivinos se morirían de hambre.
La verdad es que en cuanto puse un pie en este lugar, fue como si nunca me hubiera ido.
Hace apenas unas horas que llegué y ya estoy cansado, deprimido, luciendo mi tradicional cara de orto, con un humor de perros y fantaseando con salir a matar gente por la calle; todo gracias a que acá no cambia nada, mas que el horrendo peinado de la vieja de contaduría que, aunque parezca imposible, está cada día mas fea.
A esto, claro, debo sumarle el hecho de que, luego de un mes de la mas absoluta y poco elegante comodidad de vivir luciendo únicamente bermudas y musculosa (De hecho solo me ponía un jean, remera y zapatillas cuando tenía que salir a la calle, y nada mas que porque cuando uno es un sex symbol famoso debe cuidar su presencia en público), hoy tuve que volver a vestirme con ropa y, lo peor de todo, ponerme zapatos, lo cual me provoca un sentimiento de incomodidad y opresión muy similar a la claustrofobia (Vendría a ser una claustrofobia pero con dolor de pies) que me tiene bastante molesto.

En cuanto a mis vacaciones, fueron tal y como lo había anticipado cuando me fui.
Si bien pude gozar del glorioso y para nada despreciable hecho de no tener que venir a trabajar y tener que ver gente que no quiero ver, no pude descansar ni disfrutarlas tanto como hubiera deseado, o como me hubiera merecido si la vida fuera un poco justa.
Si bien pude dormir mas, o pasarme uno que otro día practicando mi actividad favorita de toda la vida que es estar al pedo, el solo hecho de no contar con una absoluta libertad de horarios y obligaciones hace que el descanso termine resultando notablemente insuficiente (Porque por si no lo sabían, el descanso fundamentalmente debe ser mental para que resulte efectivo. Y que sea continuo también ayudaría, claro…).
Para decirlo mas claramente: descansé mas o menos, me divertí casi nada y disfruté muy poco.
Todo eso logró que, a pesar de la esporádica felicidad que me provocaba el poder mantenerme alejado del trabajo, no consiguiera estar especialmente motivado como para ponerme a hacer todas las cosas que había planeado hacer durante este tiempo, como leer los libros y cómics pendientes, mirar todas las películas que me fui comprando a lo largo de año, jugar con la Playstation, cocinar, cazar jabalíes salvajes, cultivar sandías, o conquistar el mundo.
Entre estas tareas también incluyo, por supuesto, el hecho de atender este sitio, el cual, como habrán podido notar, ni toqué.
Juro que tuve la intención de escribir un montón de veces… Bueno, unas cuantas ….. Bue, dos o tres veces …. Ta bien, ta bien … Fue un día solo pero, lamentablemente, por algún fenómeno que aún no llego a comprender (Pero que podría llamar "Pffffff no tengo ganas"), en lugar de escribir, automáticamente ingresaba al sitio de Póker y me ponía a jugar.
Con esto quiero decir que en todo este mes, fiel a lo que había declarado durante mi partida, aproveché cada momento libre que tuve para no hacer un pomo.
Porque yo soy hombre de palabra y si digo que me voy a rascar y no voy a hacer nada, no te muevo un pelo así se me esté quemando la casa (Bueno, por ahí tanto no. Tampoco me voy a quedar en la calle por vago, pero se entiende la idea ¿No?).
Aún así, debo reconocer que estas deben haber sido las vacaciones que menos disfruté en mucho tiempo.
Mas de una vez intenté forzarme a mi mismo a pasarla bien, cerrando los ojos, y apretando fuerte los puños mientras me repetía entre dientes "¡¡Dale!! ¡¡Disfrutá imbécil disfrutá!!", pero mucho no me resultaba.
Además cuando me trato mal me enojo conmigo y después no me hablo mas por un rato, y no quería pasar las vacaciones enojado conmigo.

Como todos ponen fotos de lo que hicieron en sus vacaciones, yo también. Vista panorámica del techo de mi depto desde el sofá

Pero bueno, ya todo terminó. Es pasado. Hoy estoy volviendo a mi dolorosa rutina habitual y eso es lo que cuenta.
Vamos a ver como viene la mano en este nuevo año que comienza (Supongo que no hace falta que repita como cuento yo los años ¿No?).
En cuanto a este sitio, ojo porque se vienen muchas novedades y cosas así re locas que les van a volar el bonete. Tengo unas ideas que mamita querida si les cuento se caen de culo.


Bueno, no … Mentira … Va a seguir como siempre …. Pero quedó lindo decirlo … Por un momento me sentí como si tuviera iniciativa … Ya pasó, ya pasó …Comprendan que recién estoy arrancando…

Si ... Recién estoy arrancando …. Falta todo un año para las próximas vacaciones ….

Ay Dios….

Chau … Me voy a llorar al baño ….