miércoles, 30 de diciembre de 2009

No lo iba a hacer...

Peeeeeeero, como para Navidad no pude escribir nada porque no tuve tiempo (Ni demasiadas ganas. Sepan disculpar. A esta altura sinceramente ya es un milagro que me levante a la mañana) ahora no puedo no dejarles a ustedes, mis queridos y escasos lectores, un saludo de fin de año; no porque sino quedaría mal y por ahí se me ofenden y dicen “¡Ah pero mirá este roñoso! Todavía que venimos y le leemos las giladas que escribe no es capaz ni de dejarnos un mísero saludo para las fiestas. Que tipo vago y desconsiderado. Que barbaridad. Si no fuera que es tan pero tan atractivo sería una porquería de persona” o cosas por el estilo, sino porque me siento completamente impregnado de amorosos sentimientos y buenos deseos que necesito compartir con aquellos que me han acompañado durante este año.

No, mentira ... Que la inocencia les valga (Si, ya se, el Día de los Inocentes también ya pasó. Bueno, que se le va a hacer ... Peor es nada).

La verdad es que lo hago porque sino queda medio mal y hay que cuidar las apariencias (y tiene que parecer que me importan sus sentimientos y que yo mismo tengo sentimientos y eso. Claro que no es así. Yo soy hombre y los hombres no tenemos sentimientos. Esas son cosas de mujeres y de putos).

De todas formas, si están esperando que me lance ahora a escribir una generosa sucesión de buenos deseos, llenos de optimismo, esperanza, afecto y otras cosas así medias sentimentaloides como hace la mayoría, pónganse cómodos y sigan esperando porque no lo voy a hacer.

Si les voy a dejar, en cambio, una verdad irrefutable, realista y llena de sabiduría.
Una verdad de esas que seguramente no les gusta escuchar porque hace temblar los cimientos mismos de sus pequeños y frágiles mundos de fantasía, llenos de arco iris, unicornios, flores y hadas mágicas.
Una verdad que solo aquí van a encontrar, porque aquí no nos andamos con vueltas ni eufemismos. Mayormente porque no tengo idea de lo que es un eufemismo. Y, dicho sea de paso, tampoco tengo idea de por que puse “andamos” así en plural, si en realidad estoy solo.
Bueno, la cosas es que, les guste o no, esto algo que deben saber.
¡Ya es hora de que crezcan, caramba!

Presten atención:

Por mas que todo el mundo les desee que tengan un feliz y próspero año nuevo, el año que viene va a ser tanto o mas choto y miserable de lo que fue este que se termina.
Y esto es así, simplemente, porque con los deseos solos no hacemos nada, por mejor intencionados que estén.
Que el año que viene sea mucho mejor que este que pasó, depende única y exclusivamente de cada uno, de las decisiones que tomen, de los riesgos que estén dispuestos a correr, y de las ganas, verdaderas ganas, que tengan de cambiar de una buena vez lo que no les gusta de sus vidas.
Si son de los que por estas fechas suelen decir “por fin se terminó este año de mierda” llenos de frustración y sintiendo que siguen estancados y sin grandes perspectivas, sepan que lo único que va a evitar que dentro de un año estén diciendo exactamente lo mismo, es el valor con el que estén dispuestos a vivir cada día del nuevo año que comienza.
Porque que el año que viene sea un feliz año, no depende mas que de lo dispuestos que estén a lograr que así sea.
Porque ser feliz, mas allá de todo y a pesar de todo, es una elección. Nada mas.

Y así, luego de haber iluminado un poco sus caminos, y haberles dejado gratuitamente una enseñanza de libro de autoayuda de sesenta pesos, procedo a retirarme (Levitando, por supuesto, como lo hacemos los seres iluminados).

A todos los que durante este año pasaron por este sitio, gracias por la compañía.

Y espero, sinceramente, que logren hacer del año que viene un verdadero feliz año nuevo.

Será hasta entonces.

viernes, 18 de diciembre de 2009

Yo no soy Papá Noel. No insistan

Desde hace dos semanas, con mi mujer estamos en plena campaña para comprar los obsequios de Navidad para la familia.
Todos los santos años, mas o menos desde Noviembre empezamos a decir que vamos a ir comprando los regalos de a poco, con tiempo, para no tener que andar después a última hora como desaforados, luchando contra esa marea de boludos que también dejan todo para último momento y andan corriendo como desquiciados matándose por alguna chuchería pedorra en cuanto local encuentren con las puertas abiertas.
Obviamente, lo que todos los años sucede es que terminamos como dos desaforados luchando contra la consabida marea de boludos desquiciados porque, al final, jamás compramos nada y debemos andar a las corridas a último momento como el resto de los mortales.

Pero este año no.

Este año nos pusimos la pilas, le pusimos onda, y nos dedicamos desde hace un tiempo a concretar el plan.

Y casi casi lo logramos.

Y digo casi porque hasta hoy, a escasos días de la fecha, tenemos resuelto digamos el 90% de la situación. O sea, la familia está cubierta y tendrá sus obsequios.
Solo se nos quedó en el tintero el pequeño detalle de que nos olvidamos de comprar los regalos para nosotros.
Esto significa que esto va a tener que realizarse en el día de mañana.
¿Y que día es mañana?
Es el último fin de semana antes de la Navidad.
O sea, es el día en que la gran mayoría de la marea de boludos que dejan las cosas para último momento va a salir con los ojos desorbitados y las fauces babeantes a invadir cuanto comercio, calle comercial o sitio de regalos exista en kilómetros a la redonda.
Y en esas condiciones, yo que odio comprar regalos (no porque no quiera regalar, sino porque nunca sé que comprar salvo que me lo pidan directamente), y mi mujer que adora comprar pero que es terriblemente hinchapelotas a la hora de elegir algo, una vez mas debemos lanzarnos a la epopeya de conseguir, sino lo que deseamos, al menos algo medianamente decente (y por mi parte espero que también baratito) para poner al pie del árbol.

Y encima creo que para mañana pronostican lluvia.

Va a estar buenísimo. No puedo esperar a que llegue mañana. Que lindo día va a ser mañana. Uy si ...

(No quiero ser pesimista pero si no paso la Navidad divorciado y en cana, pega en el palo).

Y ya que estamos en tema, y atento a estas emotivas fechas que se aproximan y al profundo sentimiento de paz y bondad que se apodera de los corazones de la gente y del cual nadie puede escapar (excepto yo que sigo pensando que la Navidad es una grasada y una época en la que la mayoría de la gente saca a relucir su mayor grado de hipocresía y falsedad), la pregunta del día es doble y es la siguiente:

¿Qué les gustaría recibir de regalo esta Navidad y que es lo que efectivamente creen que van a recibir?

Aclaro que para la primer parte debe ser un objeto o algo que pueda comprarse con plata. Y algo que deseen mucho. Cualquier cosa, pero material. No me vengan con la paz mundial, el amor al prójimo o una pareja nueva. Esas cosas no las van a conseguir nunca. Asumanló. Ahora sean materialistas y honestos (Papá Noel lee este blog. Aprovechen que por ahí tienen suerte).
La segunda parte creo que se explica por si sola.
Uno mas o menos conoce a sus parientes y tiende a sospechar con que se pueden despachar.
O me van a decir que nunca recibieron un odioso par de medias de parte de una tía vieja.

Bueno, ahí tienen. Tema 1, Tema 2. Los el fondo se callan. Comiencen.

Como es medio temprano todavía no digo que pasen felices fiestas y eso, pero por si no llego a volver a escribir (vieron que soy un tipo muy ocupado) esto vale como saludo.

Por lo pronto, que pasen un buen fin de semana.

jueves, 17 de diciembre de 2009

Disculpá gorda...

Día indefinido. Retorno a mi hogar luego de un agobiante y poco feliz día de trabajo, en el colectivo que, como siempre, viene atestado.
Yo, para variar, parado, ubicado de frente a la fila de dos asientos.
En el asiento del pasillo, sentada y profundamente dormida, una gorda.
En un momento, y producto de los vaivenes del transporte, la gorda comienza a desplazarse. Mas precisamente, se me empieza a venir encima.
Y cuando digo venir encima, me refiero específicamente a que su regordeta cara se inclinaba cada vez mas y mas hacia mi … como decirlo para no decir poronga que quedaría muy feo ... a ver ... hacia mis partes privadas.
Yo, con gente a ambos lados, estaba imposibilitado de moverme y me iba sintiendo cada vez mas incómodo.
La gorda no se despertaba, y cada curva o movimiento lateral del vehículo la acercaba mas y mas.
Finalmente la situación llegó a un punto límite.
La cara de la gorda estaba a tan solo dos centímetros de mi ... bueno ... de ahí.
Irremediablemente, en la próxima curva, el contacto iba a ser inevitable.
Y encima ya había un par de testigos que se habían percatado de la situación y no dejaban de mirar de reojo.
Yo miraba el camino, calculando la distancia hasta la próxima curva. Me sé el camino de memoria. Sabía que no faltaba mucho. Tenía que tomar una decisión. Y la tomé.
Aprovechando un mínimo movimiento, exageré el vaivén y con mi mochila, la cual llevo en la mano y no puesta en la espalda como hacen tantos cabeza de termo, le aplique un ligero golpecito en la gamba a la gorda durmiente.
La rolliza soñadora se despierta sobresaltada y me lanza una furibunda mirada de indignación.
Yo la miro arqueando las cejas y poniendo cara de “¿Qué te pasa Porky? ¿Te desperté?”
“Me diste un golpe con la mochila” me dice la gorda atrevida “Tené mas cuidado”.
“Fue sin querer” dije yo medio caliente “Además te me estabas viniendo encima”.
“Bueno, yo estoy dormida. Hay otras formas de despertarme” retruca la gorda buscaroña.

Y ahí fue cuando, como un flash, una respuesta se me cruzó por la mente.

Una parte de mi me decía “¡No! ¡Ni se te ocurra decirle eso! Decí “Bueno disculpá” y terminá con la discusión. No seas infantil”, mientras que la otra me gritaba “¡¡Siiiiiiiiiiii!! ¡Deciselo, por favor! ¡¡Deciselo que me muero!!”.

Y, por supuesto, prevaleció la segunda voz.

“Bueno disculpá gorda, lo que pasa es que estabas tan cerca que me agarró miedo de que me la muerdas pensando que era un pancho” le dije.

La gorda abrió la boca casi tan grande como los ojos y amagó como a decir algo, pero no le salieron las palabras.

Afortunadamente, justo en ese momento, alguna gente se bajó y pude moverme hacia atrás.

La gorda se quedó ahí con la boca abierta y roja de furia, y yo hice el resto del viaje riéndome solo.

viernes, 11 de diciembre de 2009

No pasa nada no pasa

Habrán notado, supongo (aunque no me atrevería a asegurarlo dado el interés que este sitio está generando últimamente) que no he estado muy activo que digamos.
Para decirlo claramente, estoy escribiendo bastante salteado (y cada vez peor, pero eso es inevitable. Todo no se puede). Cada muerte de avispa, como reza el dicho popular (cosa que no me parece muy acertada. No se cual es la vida media de una avispa, pero no creo que sean bichos tan longevos o tan indestructibles como para que su muerte sea un hecho llamativo. Pero bueno, vaya uno a saber quien inventó el dicho. Viste como son estas cosas).
En fin, la cuestión es que debido a esto yo ahora debería decir, como suelo hacer en estos casos, “y se estarán preguntando ahora el por qué de estas ausencias o se devanarán los sesos especulando sobre las causas de esta merma en la productividad” y todo eso que siempre digo antes de comenzar a relatar lo que pasa, pero, miren lo que son las cosas de la vida, hoy no lo voy a hacer.
No. No digo nada y no cuento nada. ¿Por qué? Porque si. Porque hoy estoy en ortiva y no tengo ganas.
Y porque además entre que se muy bien que mucho no les importa y entre que mi vida está cada vez mas aburrida, tampoco es como que tendría un material así desopilante para desarrollar, así que ni me tomo la molestia.
¿Vieron? Soy una caja de sorpresas. Cuando parece que voy a hacer una cosa, ¡Zaz! Yo agarro y hago otra. Y ¡Plop!, ustedes se quedan así desorientados. Y ¡Paf! Algo se cae en algún lado. Y ¡Guau guau! Un perro ladra en algún lugar. Y ¡Prrrrrrrrrr! Alguien se desgracia y se hace el boludo (o le echa la culpa la perro). Y ¡Pim! ¡Pam! ¡Pum! Yo sigo con esto de los ruiditos aún cuando el chiste ya perdió la gracia.
Es así. Nunca se termina de conocerme.
Eso es lo que me hace tan interesante como persona.
Eso y que soy un organismo bio cibernético venido de una galaxia lejana para estudiar la forma de vida de seres primitivos como ustedes con la orden de destruir este planeta pulguiento si veo que realmente no les da, pero como eso es un secreto intergaláctico que nadie conoce, obviamente la causa de mi atractivo es la otra.

Así que, bueno, la cosa es que no pienso contarles nada.

Por ejemplo, no les pienso contar lo que me pas … lo que le pasó a un amigo mío que el otro día se fue a reunir con unos conocidos a la salida del trabajo para tomar algo y charlar, y que luego de la agradable reunión, cuando llegó el momento de la vuelta, mi amigo, que tiene una increíble facilidad para desorientarse, en lugar de agarrar para el lado de la calle que tenía que agarrar, agarró para el lado contrario y terminó re perdido (porque encima tiene eso de que se autoconvence de que está yendo bien y se larga a caminar como un boludo sin tener la mas mínima idea de donde está o adonde cree que llegará), a las once de la noche, rogando que apareciera un puto taxi porque terminó medio debajo de una autopista, en un lugar bastante poco propicio para estar perdido.

Ni tampoco les pienso hablar del otro día cuando en el colectivo, que venía recontra lleno como de costumbre y con un calor de perros, me tuve que bancar que una gorda espantosa y toda chivada me estuviera apoyando sus enormes, flácidas y húmedas tetas en la espalda durante todo el viaje, y que cada vez que me daba vuelta para mirarla mal, como respuesta recibía una estúpida sonrisita que no pude mas que interpretar como de intento de seducción, lo cual me provocó náuseas de todo tipo y ganas de arrojarme por la ventanilla mas próxima.

No. No voy a contar nada. Se joden.

Y hasta estoy tan así mala onda que ni iba a poner pregunta, pero me di cuenta de que hay un tema de suma importancia que no puedo dejar pasar, así que no me queda mas remedio que hacer el esfuerzo.

Ay Dios. Bue … A ver ….

Como todos sabrán, (porque supongo que habrán tenido la delicadeza de anotarlo en sus almanaques, como corresponde) en el día de mañana se celebra un nuevo aniversario de mi nacimiento. O sea, es mi cumpleaños por si no quedó claro.
Debido a ello, y a pesar de que ya lo he hecho con anterioridad (¿Que quieren? ¿Originalidad? ¿A esta altura? Pssss ¡Por favor!), la pregunta que dejo plasmada en el día de la fecha es la siguiente:

De tener el inmenso honor de poder llegar hasta mi persona en este importantísimo día ¿Qué obsequio me haría?

Para los que ya respondieron la otra vez que lo hice, aclaro que no vale repetir.
Si no se les ocurre nada, dejo en claro que acepto efectivo, así que de última tiren una cifra. O mejor aún, no sean tímidos y mándenla en un sobre.

Y ahora me retiro a disfrutar de mis últimas horas de juventud.

Y me retiro satisfecho, por no haber contado nada. Ja Ja. Soy implacable….