miércoles, 8 de septiembre de 2010

Crítica de cine: THE EXPENDABLES

Lo primero que habría que decir de esta película es que, sin dudas, es un producto ciento por ciento honesto, sin mas pretensiones que entretener, y brindar todo aquello que uno espera encontrar en producciones de este tipo.
Es, ni mas ni menos, que un fantástico despliegue del mas puro y duro cine de acción con reminiscencias ochentosas, llevado adelante por un elenco integrado por las estrellas mas legendarias del género que simplemente se encargan de hacer lo que mejor saben hacer: cagarse a piñas, matar a los malos, y hacer volar todo lo que puedan, soltando cada tanto alguna frase memorable o un chascarrillo irónico.
Es simplemente eso. Y, afortunadamente, no hace falta mas.
Para los amantes del género que transitamos nuestra adolescencia en los 80’s y supimos fanatizarnos con este tipo de cine esta, definitivamente, es una película para disfrutar sin culpas y pasarla bien. Realmente muy bien.
Es una película “de cancha”, de esas para ver con amigos, tomando cerveza y comiendo pizza con la mano.
Una película que tiene algunos momentos en los que, realmente, dan ganas de aplaudir y gritar parado en la butaca.
Seguramente, habrá quizás muchos críticos pretendidamente “serios” que con sus consabidas frases rebuscadas y sus narices fruncidas, se encargarán de destrozarla, argumentando acerca de la liviandad del argumento, o lo pobre del guión y los diálogos, o lo poco elaborado de los personajes pero, sinceramente, eso, a mi, me importa tres pepinos.
Afortunadamente los críticos “serios” no representan al público y, para mi, como público, este fue un peliculón que me brindó un gratísimo momento y que hizo que saliera del cine contento y con una enorme sonrisa en el rostro.
No vale la pena en absoluto ponerse a hilar fino, buscando realismo o pretendiendo encontrarle un sentido metafórico o profundo a lo que se muestra en la pantalla.
Esta es una película, como dije antes, para pasarla bien sin culpas y, entendida de esa manera, es un espectáculo imperdible.


Sipocnspis

La historia se centra, como no es difícil de imaginar, en un grupo clandestino de mercenarios autodenominados “The expendables” (Los prescindibles) compuesto por veteranos ex militares de elite, especialistas en distintas disciplinas de combate que, en la actualidad, subsisten llevando a cabo misiones que nadie mas se atreve a realizar a cambio de generosas sumas de dinero.
El equipo está conformado por el líder y hábil tirador Barney Ross, su amigo y especialista en lanzamiento de cuchillos Lee Christmas (con quien mantiene una especie de amistosa rivalidad en cuanto a quien es el mas rápido y el mejor), el oriental experto en artes marciales Yin Yang, el combatiente sueco Gunnar Jensen, el armamentista Hale Caesar y el técnico en explosivos Toll Road.
A manera de introducción del tipo de trabajos que realiza el grupo y como preámbulo de lo que vendrá después, la acción se traslada a un buque en medio del océano (claro, porque generalmente allí es por donde andan los buques) en el que un grupo de piratas somalíes mantiene secuestrada a toda la tripulación, amenazando con comenzar a asesinarlos de a uno frente a una cámara debido a que el Gobierno aún no les ha enviado el dinero del rescate.
En un momento, justo cuando el primer rehén estaba a punto de ser degollado a manos del líder de los piratas, como de la nada cae un bolso, al mismo tiempo que tres precisas miras láser hacen blanco en el morocho.
-¡A la pipeta! ¿Quién anda ahí?- grita el negro medio pálido por el cagazo después de ordenarle al resto de sus secuaces que no muevan un pelo porque sino lo van a dejar como un colador.
-Eso no te importa. Ahí tenés la guita del rescate- responde una voz desde la oscuridad –Ahora liberá a los rehenes y tomatelás.
-Momentito A ver ¿Y cuánto es?-
pregunta el negro bastante desubicado.
-Lo que habían pedido. Tres palos- responde Ross (porque la voz era la de Ross).
-Si, bueno, pero no. Como tardaron mucho en pagar, ahora quiero cinco- retruca el morocho, cuya avaricia aparentemente le impedía tomar conciencia de la precaria situación en la que se encontraba.
-¡No! ¡Te doy seis!- grita Barney que como soldado era buenísimo pero para negociar era un salame.
-Psst. Se supone que tenés que ofrecerle menos- le corrige por lo bajo Ying, que como todo oriental sabe mucho de negocios y de currarte con el cambio.
-¡Uh loco, que aburrido se puso esto!- dice Gunnar que no era muy paciente para las negociaciones y ahí nomás hace un “disparo de advertencia” (que no pienso detallar para no arruinar el momento, que es grandioso).
Es ahí entonces cuando se arma un flor de tiroteo, hasta que solo quedan en pie un reducido grupo de piratas con rehenes, frente a frente con los integrantes del equipo.
-Bueno- dice Ross canchereando –Se rinden por la buenas o por la malas. Ustedes deciden.
-Eh rescatate vieja-
grita uno de los piratas –Uno de ustede' que se mueva y me cargo a este gil eh, mirá que lo mato eh, a mi no me torié vieja eh que nosotro no nos comemo ninguna guacho eh…
-Che, que te juego que yo liquido mas piratas que vos- le dice Lee por lo bajo a Barney.
-Ni en pedo. Te juego cien pesos a que no- responde este acariciando su revolver.
En ese momento, uno de los rehenes, quizás por los nervios, no puede evitarlo y expele un sonoro gas, lo cual, quizás debido a lo tensa que se había puesto la situación, ocasiona que se desencadene un veloz intercambio de disparos, del cual, obviamente, resultan victoriosos (de una manera fantástica) Ross y su equipo.
Finalizada la misión, estaban todos juntando algunas cosas y preparándose para volverse cuando notan que el gigante Gunnar, que parece que de tanto darle a la papusa ya estaba medio loco, andaba muy entretenido en una de las cubiertas superiores disponiéndose a colgar a uno de los piratas solo por diversión.
-¡Eh che, dejá eso que nosotros somos los buenos y nos hacés quedar mal!- le grita Barney bastante molesto.
-Chupito el pame- responde Gunnar entre carcajadas mientras sigue en lo suyo.
En eso llega hasta él el oriental Yang y, con intenciones de detenerlo, le pega un par de patadas.
Gunnar medio que se lo toma a mal y ahí nomás se empiezan a cagar a piñas hasta que, finalmente, y justo cuando el grandote estaba por hacer fetas de chino con el machete que tenía por cuchillo, Barney interviene y pone fin a la disputa, dándose cuenta, además, de que Gunnar quizás ya no está en condiciones de seguir perteneciendo al grupo.
Tiempo después, ya nuevamente en la ciudad y en el taller de su viejo amigo y ex integrante del equipo, Tool, mientras se hacía terminar un tatuaje de Bob Esponja en la espalda, a Barney le llega la propuesta de una nueva misión.
A fin de interiorizarse del caso accede a reunirse con un misterioso hombre que se hace llamar simplemente “Sr. Church”, quien le ofrece una mas que importante suma de dinero a cambio de que el equipo vaya hasta una islita medio pedorra de Centro América que se encontraba bajo el control del General Garza, un milico dictador que parece que andaba rompiendo las pelotas por allá, maltratando a la gente, vendiendo drogas, diciendo que Mac Donald’s era el demonio y cosas así, lo cual, por supuesto, no podía permitirse, por lo que era necesario ver si se lo podía hacer boleta.
Ross acepta la misión (mas que nada porque le encanta el Big Mac y no tolera que hablen mal de Mac Donald’s) y al poco tiempo, junto con su compañero Lee, agarran su hidroavión y se van los dos de incógnito para la isla para ver que onda y, además, encontrarse con un contacto local que les iba a proporcionar el resto de la información necesaria para programar bien los detalles del caso.
La cuestión es que el contacto resulta ser una morocha bastante potable, llamada Sandra, y que no es otra que la hija rebelde de Garza, que está muy en desacuerdo con todo lo que está haciendo su padre, y cuyo mayor interés es el de liberar a su pueblo cueste lo que cueste.
Así, mientras los tres andaban por la isla dado una vuelta, conociendo un poco y sacando fotos haciéndose los turistas, Barney y Lee se desayunan de que, como era previsible, el General no estaba solo en sus negocios, sino que era bancado y hasta presionado por un cruel ex agente corrupto de la CIA llamado James Monroe, que lo único que pretendía era hacerse rico con la comercialización de drogas.
Por desgracia, en un momento son descubiertos e interceptados por un grupo de soldados que, de muy mala manera, intentan llevárselos a todos prisioneros, por lo que a Ross y Lee, no les queda mas opción que hacerlos moco a todos en quince segundos y escapar llevándose a Sandra con ellos. Obviamente, esto llama un poco la atención y hace que sean perseguidos por toda la isla por los hombres de Garza y Monroe pero, finalmente, logran evadirlos y llegar a salvo hasta el hidroavión. La macana es que justo cuando ya estaban a punto de escaparse y empezaban a cantar “Lalala no nos agarraron lalala”, Sandra se les retoba y decide que se quiere quedar, desaprovechando su única oportunidad de escapar y aún sabiendo que ahora era buscada y considerada como una enemiga del régimen.
Esto desconcierta a Barney, que se queda medio de mal humor por lo desagradecida que resultó la mina y, de caliente nomás, pega una vuelta con el avión y caga a tiros a los soldados que estaban en el muelle, pega otra vuelta y prende fuego todo y, después pega otra vuelta y los escupe a todos de pasada.
Ya de regreso, luego de mantener una profunda conversación con Tool acerca de lo que había pasado y de lo que son las cosas y de las vueltas de la vida, Barney comienza a replantearse los motivos que lo mueven a llevar la vida que lleva, y decide que, aunque sea solo, debe volver a la isla para completar la misión, ya no por dinero, sino por una cuestión de honor personal (y además porque todavía la película no había llegado ni a la hora y si terminaba ahí quedaba medio corta).
Por supuesto, al enterarse de esta decisión, el resto de los miembros del equipo, aún sin estar del todo de acuerdo con los motivos de Ross, en nombre de la lealtad y la amistad que siempre los ha unido, no permiten que su líder se embarque solo en esta cruzada y, como siempre y a pesar de todo, deciden acompañarlo.
A partir de allí, entonces, este grupo de veteranos dará comienzo a una espectacular y riesgosa operación clandestina cuyo principal objetivo es el de rescatar a Sandra pero, de paso, además, intentar poner fin a la tiranía del General Garza y acabar con el sucio negocio de drogas regenteado por Monroe, para lo cual deberán enfrentar solos a toda la fuerza militar de la isla y poner sus vidas nuevamente en juego en una misión que, quizás, sea la mas peligrosa que les haya tocado realizar.

Por supuesto que, desde el punto de vista argumental, la película no ofrece nada que no haya sido visto antes, pero es mas que evidente que, para el caso, el guión no hace mas que convertirse en una mera excusa para el desarrollo de los hechos y de la, por sobre todo, espectacular acción que explota en numerosas y grandiosas escenas magníficamente realizadas, las cuales, si bien en muchos casos fueron mejoradas con efectos digitales, en su mayoría se realizaron a la manera de la vieja escuela del cine de acción clásico.
El ritmo es constante y si bien hay algunos diálogos que pueden llegar a resultar algo extensos y en los que parece que la velocidad de los acontecimientos se vuelve algo lenta, esto queda inmediatamente superado con las impresionantes secuencias de violencia de gran factura que se suceden a continuación.
La película cuenta, además, con todos los ingredientes esperables del género, lo cual hace que, en algunas escenas, uno como espectador pueda prever lo que va a suceder y entusiasmarse y saborearlo de antemano (como por ejemplo en la secuencia que se desarrolla en la canchita de básquet).
Lo mejor de todo, también, es que, teniendo en cuenta los nombres que integran el reparto, cada protagonista cuenta con sus buenos minutos de lucimiento personal, y en algunos casos esto se logra con buenos toques de humor (que los hay, y bastantes) que no solo no desentonan con el tono general de la cinta sino que, por el contrario, le agregan un plus adicional que resulta muy bienvenido.
En cuanto a las actuaciones, no hay nada que decir, ya que queda todo dicho simplemente con mencionar al reparto de lujo que se reunió para la ocasión, con el gran Sylvester Stallone como Barney Ross, Jason Statham como Lee Christmas, Jet Li como Yang, Dolph Lundgren como Gunnar Jensen, Randy Couture como Toll Road, Terry Crews como Hale Caesar, Eric Roberts como Monroe, Mickey Rourke como Tool, y Steve Austin como Paine entre otros.
Por supuesto que, además, no se puede dejar de hacer una mención especial para los fantásticos cameos de Arnold Schwarzenegger como Trentch y Bruce Willis como Mr. Church quienes, a pesar de estar en pantalla solo por unos minutos, logran una escena memorable.
La película fue dirigida por el Sr. Sylvester Stallone que, sin importar lo que digan sus detractores, sigue demostrando que es un grande y que les pinta la cara a todos, en lo que respecta a la manera de hacer acción en el cine.

Calificación: 4 Renegados y medio (Muy buena. Una tremenda película de acción pura protagonizada por un reparto de estrellas que hace honor al género y que brinda todo lo que podría esperarse de ella, y aún mas. Imperdible).

Recomendaciones: Si a Ud. le gusta el buen cine de acción, vaya a verla. No se la pierda por nada. No sea nabo.
Si Ud. es de esos que andan fijándose que a los buenos nunca se le acaban las balas o que los tiros apenas los rozan y le gusta decirlo, no vaya, porque probablemente alguien lo haga callar de un castañazo (y lo bien que haría).
Si Ud. es mujer y en este momento se está preguntando si Jason Statham en alguna escena se saca la remera, bueno, lamento informarle que no. Pero igual vaya a ver la película porque está buena.
Si a Ud. es de esos imbéciles que se llena la boca ensuciando este tipo de películas y diciendo que son una garcha porque las compara, por ejemplo, con “El Origen” trate de que no lo tenga cerca porque lo emboco. Me tienen podrido.