miércoles, 29 de julio de 2009

Update

Y así, un día, el tipo vuelve como si nada.

Porque el tipo es impredecible y misterioso. Y fugaz. Como toda estrella.
Bueno, todas no, solo las estrellas fugaces. Aunque en realidad no son estrellas, sino fragmentos de materia, aerolitos se llaman, que cuando penetran en la atmósfera terrestre se vuelven incandescentes y se desintegran dejando tras de si una estela luminosa. De ahí que se les llame "estrellas fugaces". Porque se fugacean ¿Entienden? Bueno… No se que tiene que ver … Hoy estoy un poco disperso … Debe ser por el frío … Porque no se si saben que hace un frío de recagarse…

En fin …

Pasando a otro tema, quisiera suponer que no hace falta que explique nuevamente los motivos de mi ausencia, debido a que tuve la delicadeza de anticiparlo en un artículo anterior. Sin embargo como la experiencia me indica que por lo general le dan muy poca pelota a lo que yo escribo, es muy probable que, no solo no lo recuerden, sino que no tengan ni la mas puta idea de lo que estoy hablando, así que para evitarles el enorme esfuerzo físico de tener que bajar un poco en la página y releer el post mientras me insultan resoplando, les resumo rápidamente lo que pasó: resultaqueenplenaparanoiaporlagripeAyoestuveconalergiayconun
estornudosembréelpánicoyelterrorentrelosmariquitasquetengoporcompañerosdetrabajoporlocualmeganéunalicencia"preventiva"recopada
durantelacualmequedéenmicasarascándomelaspelotas.
Por desgracia, esta gripecita de morondanga parece que al final no tenía tanto aguante, la gente dejó de estirar la pata (o al menos dejaron de contarlo diariamente en los noticieros) y todo ya parece estar medio dominado, por lo cual me veo actualmente en la penosa obligación de retomar mis tareas habituales (¡Gripe marica! ¡Vergonzoso lo tuyo eh! Patético. Al final te la re comés. Ya no asustás a nadie. Los otros virus se ríen de vos gripe y dicen que a la gripe aviar no le durás un round, ¡Mantequita!).
De todas formas, si piensan que durante este tiempo la pasé bomba, durmiendo hasta tarde y levantándome solo para tirarme a seguir durmiendo en el sofá, se equivocan.
Y si piensan que ya que estaba tan pero tan tan tan tan al pedo no me costaba nada haberme hecho un tiempo para escribir algo, se equivocan otra vez.
Bueno, mucho no porque la verdad es que la primer semana fue exactamente así, pero después las cosas cambiaron. En serio.
Les cuento…

Resulta que, aprovechando esto de que yo iba a estar esos días en casa, con mi mujer se nos ocurrió (en realidad se le ocurrió a ella y yo no pude hacer nada para evitarlo) llevar a cabo unos trabajitos de electricidad que teníamos pendientes desde hacía bastante tiempo.
Y cuando digo que aprovechamos mi presencia, lo digo de la manera mas literal posible ya que yo simplemente iba a estar ahí con el solo objetivo de atender al electricista y decirle que era lo que había que hacer. Nada mas ¿Qué pensaron? ¿Qué yo me iba a encargar de realizar los trabajos? ¿Están locos? ¡De ninguna manera señores! Yo estaba de li cen cia. Y me lo ordenó la Ley ¿Entienden? La Ley. Y si hay algo que yo soy es respetuoso de las leyes, sobre todo si me ordenan no hacer un pomo.
Además la electricidad tiene corriente. Una vez quise arreglar una plancha y casi me electrocuto, así que tampoco era muy buena idea que digamos el que me pusiera a instalar luces y cambiar enchufes.
Bueno, para resumir el asunto, lo que había que hacer no era nada complicado, pero resultaba lo suficientemente jodido como para que no pueda hacerlo uno mismo (en especial yo), y a su vez lo suficientemente sencillo como para que un electricista experimentado lo lleve a cabo con suma facilidad.
Lo mas gracioso de todo es que como parecían ser cuatro o cinco trabajitos que bien podrían considerarse menores, nosotros, muy cancheros y bananas, ni nos molestamos en pedirle presupuesto al tipo, total ¿Cuánto nos podía cobrar? ¿Eh? ¿Cuánto?
Bueno… ochocientos pesos.
Si, si. Por esas tres o cuatro boludeces que tuvo que hacer, el señor electricista nos abrochó con la bonita suma de ochocientos pesos, la cual aboné dignamente en efectivo luego de sufrir un principio de infarto de miocardio, seguido de lipotimia severa, náuseas, acidez, urticaria, cefalea, llanto, falta de aire, desgarros en los párpados por abrir exageradamente los ojos, dislocación de la mandíbula por abrir exageradamente la boca, pérdida de conocimiento, calambres, llanto otra vez, alopecía, acné, pesadillas recurrentes y, por supuesto, la incómoda y vergonzosa sensación de haber sido vilmente ultrajado.
Como se imaginarán, luego de eso, no hubiera podido escribir ni aunque hubiera querido (Estallaba en una crisis de llanto cada vez que se encendía una luz y me arrojaba al piso en posición fetal repitiendo "Ochocientospesos ochocientospesos").

Pero eso no fue todo.

Días después, cuando por fin pude recuperarme un poco (ya casi no se me baja la presión cuando prendo el tubo fluorescente que ese criminal instaló en la cocina), y pensé que finalmente podría disfrutar del resto de mi muy merecida licencia, se aparece la administradora del consorcio de mi edificio para comunicarme con su irritante voz de pito que, finalmente, se iba a comenzar con los trabajos de cambio de las cañerías del gas que durante tanto tiempo se habían estado postergando y ¿A que no adivinan por donde iban a empezar? … Si, por mi departamento.
Así, a tan solo cuarenta y ocho horas del sorpresivo anuncio, mi cocina parecía una postal de Bagdad después de un bombardeo, tenía el resto del departamento cubierto por una desagradable capa de polvillo y tierra, y yo, que debía quedarme ahí sin poder irme a ningún lado, tapado de polvo y medio duro del frío, parecía una reliquia antigua.
Todo esto sin mencionar, claro, que durante los días que duró la obra me tuve que levantar a las seis y media de la mañana porque los gasistas empezaban a trabajar a las ocho, que tuve que tolerar durante todo el día incesantes golpeteos y ruidos de todo tipo y por supuesto, el simpático detalle de que mientras se hicieron los trabajos, obviamente, se tuvo que cortar el gas.
O sea, por si no queda claro cual es la gracia del asunto les especifico: durante esos días tan pero tan fríos en los que las temperaturas estuvieron por debajo de cero, esos días en los que todo el mundo cogoteaba a cada rato por la ventana esperando que nevara, esos días que probablemente hayan sido los días mas fríos del año, bueno, esos días con sus noches y todo, nosotros estuvimos sin gas.

¿Y terminó ahí la cosa? Se preguntarán ustedes aburridos hasta el desmayo y deseando que les diga que si para irse de una buena vez.
Pero no.

No terminó ahí, porque luego de que los gasistas finalizaron con la colocación de los caños, le tocó el turno de romperme bien las pelotas al albañil que, al día siguiente, debía venir a arreglar las paredes, recolocar los azulejos y poner de nuevo los mosaicos que se habían removido del piso.
Un trabajo relativamente sencillo que este buen hombre, se encargó de hacer como el reverendo ojete logrando una terminación que, en una escala que va de aceptable a no aceptable, podría calificarse de espantosa y que, encima, nos avisó que aparentemente uno de los caños que los gasistas pusieron en el piso quedó muy arriba y no sabe si va a poder volver a poner los mosaicos a nivel.

Como todo esto no fue suficiente, además el calefón empezó a perder agua y a funcionar mal, se detectaron unas pequeñas pérdidas en la cocina y el calefactor ya no calienta tanto como antes vaya Dios a saber por que, lo cual me hace sospechar que es altamente probable que para hacerla completa tenga que terminar gastando plata en reparaciones o artefactos nuevos (De ocurrir esto les anticipo que iniciaré la campaña "Juntos por Renegadito" para recaudar fondos y esperaré contar con sus donativos).

O sea, como podrán ver la situación durante estos días no fue de las mejores y tuve motivos mas que justificados para no haber visitado el mundo virtual, para no escribir nada, e incluso para enloquecer y salir a matar gente por la calle, así que no se me puede reclamar nada.

Ahora volví, si, pero como que mucha mucha onda no tengo; estoy viviendo en una zona de desastre y si la encuentro a la administradora puedo llegar a terminar preso por homicidio doloso, así que no esperen demasiado.

Por ahí nos vemos … O no …. No se.. … No soy adivino …

viernes, 3 de julio de 2009

Pregunta culinaria

Ayer, mientras mantenía una conversación vía chat con mi Sra. Hermana, se puso nuevamente sobre el tapete (un tapete virtual, claro) un tema sobre el que ya habíamos estado intercambiando opiniones el día domingo de la votación.
No fue, como quizás se estarán imaginando, algo sobre política y la actual coyuntura del país.
Tampoco algo sobre la tan temida gripe porcina y la falta de respuesta del sistema sanitario nacional ante esta circunstancia.
No. Nada de eso.
Fue algo mucho mas profundo.
Resulta que, dado que mi padre era el encargado de hacer el asado, y yo como siempre solo estaba allí únicamente dispuesto a comer y nada mas, a mi hermana le tocó encargarse de la guarnición.
"Hago ensalada rusa" dijo.
Y así puso manos a la obra, hirvió papas y zanahorias, y preparó la lata de arvejas.
Cuando todo estuvo listo, colocó todos los ingredientes en una fuente, los mezcló un poco, y para finalizar le puso ... un chorro de aceite.
Yo, que estaba allí observando, la miré con gesto de "¿Y? ¿No falta algo?", a lo que ella respondió con gesto de "¿Que mirás? ¿Querés cocinar vos?" (En mi familia somos de pocas palabras y nos comunicamos así, con gestos y miradas. Somos gente muy especial).
Finalmente, y aún a riesgo de tener que esquivar un tenedor volador por osar entrometerme (En mi familia somos todos de pocas pulgas también), le dije "¿Y la mayonesa?".
"El que quiere mayonesa que le ponga" respondió ella muy segura.
"Entonces no es ensalada rusa" dije yo.
"Si es" dijo ella.
"No, no es" repliqué yo.
Y así, al final, luego de repetir "Si es", "No es" como por veinticinco minutos, tuvimos que dar por terminado el intercambio sin llegar a una conclusión, dado que ya estaba el asado, teníamos que almorzar, y mi padre ya había amenazado con desheredarnos por hinchapelotas e infantiles.

Por eso, aprovechando este espacio y confiando en los amplios conocimientos culinarios de la masiva concurrencia de este sitio (o sea, los tres o cuatro de siempre), la pregunta de hoy es la siguiente:

¿La ensalada rusa lleva aceite?

Y mas aún:

Si no se le pone mayonesa ¿Sigue siendo ensalada rusa o es simplemente una ensalada de papas y zanahoria? ¿Eh?

Espero su derroche de conocimientos.

Buen fin de semana.

jueves, 2 de julio de 2009

Vulgar excusa y postales del 28J

Les resumo mas o menos cual es la situación: el domingo, gracias a la probervial ineficiencia del Registro Nacional de las Personas o de quien cuernos sea, a pesar de haber hecho el cambio de domicilio hace tres años, una vez mas, tuve que ir a votar a mi pueblo natal.
Debido a eso, y principalmente a que si acá hacía frío, allá hacía un frío de recagarse (y quizás también un poquito a que por hacerme el toro fui medio desabrigado) volví medio con la nariz hormigueando y una molesta sensación como de que me estaba por resfriar.
Finalmente no me resfrié, pero el cambio de ambiente mas el ligero enfriamiento, me dejó con un levísimo cuadro alérgico el cual ocasionó que en un muy mal momento tuviera la pésima idea de estornudar en público.
Como se imaginarán, gracias a esta psicosis que se desató por esto de la gripe chancha, por mas que me encargué de decir "No, no, no se asusten. Es que tengo un poco de alergia, nada mas. Por favor guarden esas antorchas" en mi trabajo me empezaron a mirar como si fuera radiactivo, nadie se me acercaba, e incluso hubo gente que ante mi presencia prefería arrojarse por una ventana antes que saludarme (aunque eso ya ha pasado antes, no por miedo a la gripe sino porque mucho no me quieren).
Como resultado me gané una licencia preventiva mas que generosa que me tiene recluido con arresto domiciliario en mi hogar desde hace unos días.
Y, obviamente, estoy indignado. No hace falta que lo aclare.
Ustedes saben lo mucho que me disgusta estar al gas en mi casa, sin nada que hacer mas que mirar televisión, jugar al póker en línea o jugar con la Playstation. Estoy tan ofuscado que entre juego y juego me tiro en el sofá a maldecir mi suerte hasta que me quedo dormido.
Pero bueno, si es por el bien común me la banco. Que le voy a hacer. Lo hago por el bien de la humanidad toda, y como gran hombre y referente para las generaciones futuras que soy, debo dar el ejemplo.
El motivo por el cual hago este pequeño resumen es que, como ya lo he dicho algunas veces, estando en mi casa, y teniendo tantas cosas que hacer y en que pensar, como que esto de ponerme a escribir mucho mucho que digamos no me tira, así que es muy probable que la frecuencia de actualización de este sitio no sea muy frecuente, valga la redundancia, si es que la horrenda composición de esta frase llega a ser una redundancia (ah porque además, cuando estoy solo en casa soy como "Mi pobre angelito" y pongo música fuerte y eso y me cuesta concentrarme para escribir bien. De hecho estoy escribiendo esto mientras escucho Def Leppard... Si, soy viejo y me quedé en los ochentas ¿Y que?).
Igual mucho no se va a notar porque últimamente no estuve muy productivo (y lo digo yo antes que salte algún alcahuete de esos que nunca faltan. JA! Oleeee).

Bueno, así son las cosas. Eso sería todo.

Y para que este post no quede tan pelado y falto de todo (o sea, para rellenar), acá comparto con ustedes algunas imágenes de mi viaje (medio tarde, pero ya aclaré cual es el motivo):

Renegado y Sra. disfrutando de las comodidades del servicio V.I.P. de la línea de ferrocarril Roca camino a la ciudad de La Plata. Eso donde están apoyados los pies se supone que era un asiento, pero se ve que los subsidios no alcanzaron para arreglarlo. Hacía frío y las ventanillas no cerraban o estaban rotas. Dentro de todo menos mal porque todo el vagón olía a caca. Fue un viaje encantador.


Vista de la ruta desde el asiento del acompañante del auto de mi Sr. padre que gentilmente nos fue a buscar a La Plata. Gracias al cielo porque ya tenía el culo congelado y si encima tenía que hacer mas de una hora en micro me iba a poner de muy mal humor.


Instantánea del asadazo que me estaba esperando y del cual di cuenta con gran satisfacción. Solo por eso valió la pena el viaje.


Frente del colegio donde cursé toda mi escuela primaria y donde me tocó votar. Fue emocionante volver a entrar en ese lugar inmundo después de tantos años. Todo estaba prácticamente igual que como lo recordaba. Como dato de color, debo mencionar que mi mesa de votación se encontraba dentro del aula que oficiaba de cuarto oscuro (que encima era una de las mas chicas).
Como división habían colocado un gran nylon negro colgado de pared a pared, pero que ni siquiera llegaba hasta el piso, por lo que todos los que estaban esperando en la puerta para votar podían verle las patas al que estaba votando. El colegio tiene como diez aulas pero habilitaron solamente tres o cuatro. Muy croto todo.


Imagen del frente de la Iglesia del pueblo. No tiene nada que ver pero como la pintaron y quedó linda la pongo. Dato histórico: es la tercera Iglesia mas antigua del país. Chupate esa mandarina.

Si, fue un domingo en el que no descansé, me tuve que levantar temprano para viajar, chupé frío y demás, ¡pero mierda que valió la pena!
Verles la cara a la noche después de haber perdido, a pesar de todas las tramoyas que hicieron, no tuvo precio.

Nos estaremos viendo, si ningún virus nos liquida antes.