lunes, 30 de abril de 2007

Simplemente GRACIAS

Por entender lo que significan los colores, y llevarlos con tanto orgullo.
Por las ganas, las alegrías, los huevos y los berrinches.
Por la gambeta endemoniada, el comentario buscarroña y la sonrisa de atorrante.
Por conservar esa irreverencia de pendejo de barrio que enloquece a cualquiera.
Por ser tan nuestro, a pesar de haber nacido en otra casa.
Por los clásicos de los que te adueñaste.
Por las amarguras que les causaste.
Por la felicidad que nos regalaste.
Por lo que hiciste, lo que diste, lo que provocaste, y lo que ganaste.
Por el respeto, la grandeza, y la dignidad que mostraste, aún en los peores momentos de ingratitud.
Por tener la humildad de los que son grandes de verdad.
Por los goles y los títulos.
Por el orgullo y la gloria.

Por todo ….

ÍDOLO POR SIEMPRE

martes, 24 de abril de 2007

Una noche sin hogar ...

Bueno, creo que ya está bien. Fue suficiente. En serio.
Yo de verdad me siento halagado de que Dios, Buda, Odín. Alá, el Supremo Kaio Sama, o quien quiera que sea la divinidad que esté manejando los hilos de este despelotado y miserable universo, se fije tanto en mi, pero realmente creo que ya va siendo hora de que se ocupe del resto de la humanidad.
No sé. Son un montón. Que elija uno. Cualquiera. El que mas le guste. Pero a mi que me deje un poco tranquilo. De onda.
Yo entiendo que tal vez esté aburrido y que, de vez en cuando, se entretenga jorobando a alguien, pero cuando ese "alguien" es siempre el mismo, como que pierde un poco la gracia (especialmente si ese alguien es un servidor).
Si ya sabe que me enojo fácil, que me pongo nervioso enseguida, y que me caliento como una pipa en cuestión de segundos ¿Para que joderme?
¡Y no!. ¡¡"Porque es muy gracioso" no califica como una respuesta válida señor!!.
Para que se entienda a que viene todo esto, y paso a relatar la situación vivida:
Si leyeron mi artículo anterior, habrán notado que últimamente (mas o menos desde hace como 35 años), estoy teniendo menos suerte que Soldán eligiendo novia. Bien; aparentemente, la racha no da señales de cortarse, para alegría de mi frágil sistema nervioso.
Sucede que, gracias a ese pequeño diluvio que vivimos la semana pasada que convirtió a la ciudad de Buenos Aires en una hermosa y patética postal de Venecia, el sótano de mi edificio (ese mismo por el que tanto me rompieron las pelotas porque una pequeña filtración en mi baño le provocaba humedad), se transformó mágica y trágicamente en una exótica piscina cubierta.
O sea, las napas subterráneas, envalentonadas por la excesiva caída de agua, comenzaron a elevarse violentamente hasta brotar del piso cual manantial del infierno, creciendo hasta una altura de mas o menos un metro por sobre el nivel del mismo (del piso, no del infierno que está un poco mas abajo).
Lo mas gracioso (porque en mi vida todo es una comedia constante) es que a menos de un metro, están los tableros de luz y algunos medidores (el arquitecto que hizo esto se merece morir a manos de una tribu de enanos negros, violadores y caníbales), por lo que todo el cablerío y demás elementos potencialmente mortales en contacto con el agua, quedaron, justamente, tapados por el agua.
Por supuesto, esto no fue detectado sino hasta la mañana siguiente (porque los viejos hinchapelotas que todos los días bajaban a ver mi filtración para quejarse, ahora estaban muy ocupados seguramente viendo Infocampo), cuando una densa, extraña y maloliente neblina blanca, invadió los pasillos, en clara señal de que estaba todo a punto de volar por los aires.
Allí recién cundió el pánico, reinó la desesperación y el cagazo ganó las elecciones por amplia mayoría.
Urgentemente se procedió entonces a cortar la energía eléctrica desde la calle, dejando al edificio completo en un estado similar a la era de las cavernas, o sea, sin luz, sin agua (porque sin luz no andan los bombeadores), y con gente fea y algo roñosa, balbuceando frases ininteligibles a los gritos acompañadas por ademanes grotescos.
Todo esto aconteció el día miércoles a eso de las 8:30 de la mañana, mientras yo me encontraba, ajeno a todo, ya en viaje rumbo a mi asqueroso trabajo.
Luego de pasar un día de calor extremo, muchísima humedad, y febril actividad (esto último es solo una forma de decir), regreso a mi hogar bien entrada la tarde, ya casi oscureciendo, exhausto, completamente transpirado, mugriento, hambriento, y todo despeinado, deseando únicamente darme una linda ducha y relajarme sentado en el sofá, mientras miro televisión y como algo.
Por supuesto que me encontré con la noticia de que nada de eso iba a ser posible, debido a todo lo que había pasado, por lo que de inmediato (justo después de unos 35 minutos ininterrumpidos de puteadas), con mi esposa comenzamos a barajar las alternativas de acción que nos quedaban: Plan A: quedarnos, prender velas, no poder bañarnos, no poder cocinar, seguramente pelearnos y terminar en una tragedia; o Plan B: irnos a un hotel.
No sin algunas reservas, optamos por el Plan B.
Cargamos las mochilas con algunas pocas cosas elementales y nos dirigimos al centro, con la mente puesta en un hotel de pasajeros que teníamos visto y que, de afuera, parecía bastante decente (remarco enfáticamente las palabras "de afuera").
Al llegar nos recibe un señor cuya fisonomía era la típica de esos conserjes psicópatas de las películas que hacen agujeritos en las paredes para espiarte, y que te terminan matando a cuchillazos mientras dormís. O sea tenía una cara de loco que daba calambres.
Le pregunto el precio de la habitación para pasar la noche: -"$ 50 con baño privado"- me contesta con suficiencia.
Dentro de todo y dadas las apremiantes circunstancias, era accesible.
Nos pide los documentos.
Veo un cartel que dice "El Hotel se reserva el derecho de admisión", lo cual me daba la idea de que era un lugar serio y respetable.
El viejo loco nos entrega la llave, dos toallas tan viejas como él, y un jaboncito chiquito chiquito.
-"Segundo piso. Habitación 24. Ahí está el ascensor" – nos dice amablemente, pero sin perder la cara de asesino de película clase B.
Tomamos el ascensor y llegamos a nuestro piso.
Luego de unos cinco minutos de tantear en la oscuridad, finalmente hallamos el interruptor para encender la luz, tan solo para contemplar que la mancha de humedad mas chica que había en el techo del pasillo, era aproximadamente del tamaño de una vaca holando argentina, solo que de color verde amarronado intenso, con pedazos de pintura colgantes cual guirnaldas de cumpleaños, y unas vistosas pelusas negruzcas todo alrededor. Muy lindo.
Dado que la luz era muy pobre, que todas las puertas eran iguales, y que el miedo de que en cualquier momento alguien surgiera de entre las penumbras y nos asaltara, violara, o asesinara por la espalda nos ponía algo nerviosos, dar con el número de la habitación no fue fácil.
Cuando por fin la encontramos, no sin cierta dificultad introduzco la llave (porque la cerradura estaba medio chota), y abro la puerta ayudándome con el hombro ya que, además, estaba un poco trabada.
La habitación no era muy grande. Las paredes eran de un color claro (por supuesto matizadas con manchas de humedad de diversas formas), y contaba con un mobiliario mas o menos de la década del 30, que tenía un olor a museo que volteaba.
El techo se veía de color gris oscuro, no porque estuviera pintado de ese color, sino por la cantidad de mosquitos que descansaban en él, mirándonos con los ojitos desorbitados, casi sin poder creer lo que veían, mientras se colgaban las servilletitas al cuello, relamiéndose y refregándose las manos.
El famoso "baño privado" era mas o menos del tamaño de un placard. Para entrar había que subir un escalón, ya que al estar la ducha a escasos 20 cm. de la puerta, tenía un violento desnivel hacia atrás para que el agua no cayera para el lado de la habitación.
Casi debajo de la ducha estaba el inodoro (mejor dicho, inodorito); pegado, el bidet, y enfrente la pileta. Todo junto. Encimado. Cosa de que si uno quería, podía hacer prácticamente todo junto al mismo tiempo.
Eso si; no tenía toallero, ni perchero, ni ventilación al exterior, y la puerta no tenía cerradura ni picaporte (insisto en que eso antes sería un placard).
Lo que se dice un verdadero lujo.
La cama, tamaño matrimonial, estaba enfundada en sábanas que evidentemente no habían sido cambiadas, y muchísimo menos lavadas, en décadas, las cuales recubrían un colchón tan viejo y húmedo como la cubrecama gris llena de pelotitas que completaba el dantesco cuadro de ese pesadillezco lugar, y que servía de hogar a generaciones de piojos, liendres, ladillas, pulgas, ácaros, serpientes de cascabel, demonios de Tasmania, y demás tipos de alimañas y especies en peligro de extinción que la habitaban.
Ante la imposibilidad de huir, suicidarnos, o comprarnos una casa rodante, y dado que ya se había venido la noche (en todo sentido), no tuvimos mas remedio que quedarnos ahí, y tratar de sobrevivir hasta la mañana siguiente sin pescarnos alguna infección purulenta, o morir de angustia y desolación.
Luego de rezongar, maldecir, orar por nuestras vidas, y escribir nuestros testamentos por si acaso, decidimos salir a comer; en parte porque no hubiera sido cómodo (ni recomendable) comer en la habitación, en parte porque deseábamos con urgencia estar en un lugar mas limpio (o sea, la calle).
Al abandonar la habitación hacia el ascensor, nos topamos con dos personas esperando; aparentemente dos inquilinos. Uno tenía cara de traficante de órganos, y el otro de secuestrador y ladrón de bancos. Ambos nos miraban como tomándonos las medidas, o calculando mas o menos a cuanto nos podrían vender en el mercado negro.
Eso nos llevó a hacernos los boludos y, muy disimuladamente, intentar bajar por las escaleras como si esa siempre hubiera sido nuestra intención.
Lamentablemente, dado que las escaleras no tenían ni una sola luz en toda su extensión, y había que bajar tanteando los escalones en la mas absoluta oscuridad, solo alcanzamos a descender un piso antes de abortar la misión, ya que, de continuar, iba a ser muy probable que termináramos todos rotos en la planta baja luego de caer estrepitosamente.
Salir a la calle fue como encontrar la puerta de salida del infierno.
Juro que si no fuera que no me gusta irme a dormir sin cepillarme los dientes, me hubiera quedado en un banco de la plaza tapado con diarios.
En fin.
Luego de cenar, de vagabundear como dos huérfanos tristes por algunas horas intentando dilatar el momento del retorno, y de pensar una y mil veces si no sería mejor irnos para casa de nuevo, regresamos al hotel (después de todo ya había invertido $ 50 y no creo que me los fueran a devolver).
Me acerco a la ventanilla a solicitar la llave, y el viejo psicópata ya no estaba. En su lugar había un gordo con pinta de presentador de bailanta que tenía los pelos como si se hubiera peinado con petardos.
- La 24 – le digo (no estaba especialmente comunicativo).
- ¿Tu nombre? – pregunta el gordo.
- Bond … James Bond - (Porque cuando salgo me hago llamar James Bond).
Al momento en que me está entregando la llave, mi esposa, casi al borde del llanto, muy tímidamente se atreve a preguntar:
- Disculpe … ¿Todas las habitaciones son iguales?.
- NOOOO - dice el gordo haciendo un ademán exagerado – Tenemos las de $ 55 que son un poco mas grandes y completas.
Una luz de esperanza brilló en nuestros ojos. ¡Por $ 5 pesos mugrientos mas, por ahí conseguíamos una habitación habitable por seres humanos!.
- ¿Nos podemos cambiar?- preguntamos ilusionadísimos como dos niños la mañana de Reyes.
- No. Ya no. Si quieren mañana si, pero ahora no – respondió el gordo sucio hijo de mil puta, que se pensaría que estaba en el Sheraton o el Hilton de París. (De todas maneras si la diferencia eran cinco pesos, imagino que mucho no cambiaría la pieza. No sé. Los piojos serían bilingües, tendrían sábanas lavadas el año pasado, o algo así, pero no mucho mas).
Sumidos en la amargura mas profunda, y deseándole al maldito gordo una dolorosa agonía antes de su muerte, volvimos al antro, para celebración de la multitud de mosquitos que ya habían invitado a comer a todos sus parientes, amigos y conocidos, y nos esperaban ansiosos.
Obviamente, luego de comprobar el lamentable estado de higiene de las sábanas, ni siquiera corrimos el cubrecama.
Colocamos nuestros toallones extendidos por encima (porque siempre llevamos nuestros toallones por las dudas y gracias a Dios), y sin quitarnos la ropa nos acostamos, encomendándonos a la divina providencia, y viendo como la tensión de la luz se bajaba cada vez que alguien usaba el ascensor.
Pocas veces en mi vida dormí tan poco y tan mal.
La noche se hizo eterna.
La pesadilla finalmente terminó a las 6 am. cuando raudamente abandonamos ese lugar, todos contracturados, picados por toda clase de insectos, y de muy mal humor.
Volver a mi casa, aún sin luz, sin agua, con la heladera descongelándose a pedazos, y los viejos hinchabolas de los vecinos jodiendo desde temprano, terminó siendo una bendición.
Obviamente ese día no fui a trabajar porque estaba muy perturbado por todo lo vivido (si ... cualquier excusa sirve), así que me quedé en mi hermoso, cómodo, apacible, y limpio hogar cocinando todas las milanesas que tenía en el freezer para no tener que tirarlas (con lo cara que está la carne).
Ayer a la noche me comí la última. Estaba un poquito seca y gomosa, pero si es para ahorrar está bien y no enferma.
Afortunadamente la electricidad se restableció ese mismo día a la tarde, y todo volvió a funcionar normalmente. Justo a tiempo.

Bueno, eso fue lo que pasó.

¿A que vino todo esto? No me acuerdo.

Que manera de escribir al pedo, para contar algo que no le importa absolutamente a nadie ¿no?.

No importa.

Ya me acordé. Esto venía a que estoy teniendo unas semanitas de mala suerte así seguiditas y ya tengo las pelotas llenas.

Ajá.... ¿Y?

No hay caso. Tengo serios problemas para redondear las ideas.

Bueno, nadie es perfecto.

martes, 17 de abril de 2007

Vacaciones cañeras

La semana pasada estuve disfrutando como loco de unos días que me quedaban pendientes de mis vacaciones.
La pasé bomba.
La verdad es que a veces me siento un poco culpable de tan bien que me van las cosas.
Si hasta me parece que no me merezco tener tanta suerte. Debo ser un elegido o algo así.
Si señor, ¡¡Qué privilegio de vacaciones, por favor!!.
Fue divertidísimo haber tenido que quedarme en mi casa, viendo como el señor plomero y sus ayudantes me rompían el baño a martillazos en búsqueda de una supuesta filtración en mi propiedad, que ocasionaba que el sótano del edificio se llenara de agua y humedad.
Lo mas hilarante del caso (Jajajajaja .. me acuerdo y no puedo evitar reírme a carcajadas), es que esta es la TERCERA vez que me rompen todo el baño ¡POR EL MISMO PROBLEMA!. (Jajaja ¿Se entiende la jodita? Jua Jua Jua Jua). Ay Dio … que risa…
Les explico mejor así nos reímos todos: El año pasado, justo también para la época de vacaciones, había venido un plomero que, obviamente, tan solo para buscar la mencionada falla, me rompió todo el piso y parte de las paredes del baño, luego de lo cual diagnosticó profesionalmente que había que cambiar, si o si, caños y desagües (Yo no vi ni una filtración, ni un caño roto, ni nada, pero claro, yo no soy plomero).
A los pocos días de comenzar el trabajo, este muchacho se da cuenta de que justo justo se le hizo la fecha en la que había reservado un hotel para veranear con su familia, y que no llegaba a terminar ni a palos (se ve que cuando aceptó el trabajo se le pasó ese pequeño detallito), así que dejó todo así nomás y se fue de vacaciones lo mas pancho. (Aahhhjajajajaja ¡¡Qué capo!!. ¡Me levantó todo el piso del baño y se fue de vacaciones! Jajajaja. ¡¡Como me divertí el verano pasado!!).
Acontecido esto, entre risas, carcajadas, y amagues de puñetazos, le digo a la administradora del consorcio que, por mas que la estaba pasando genial, buscara a alguien para que termine el laburo porque no era muy cómodo estar viviendo en un departamento sin baño, y me estaba poniendo nervioso, por lo que su integridad física estaba corriendo un serio peligro.
La mina (que es re jodona también) me trae a un gordo papafrita salido de no sé donde, que no solo se la pasaba quejándose y mandándose la parte, sino que trabajaba como el culo.
Era desprolijo, chapusero, y encima mas llorón que Grecia Colmenares. (Jajajaja ¡¡Desopilante!! Yo me divertía a lo grande viéndolo hacer un chiquero donde antes estaba mi baño.
Y ni hablar de cuando se puso a cortar los mosaicos, medidos a ojo, con sierra eléctrica, adentro del departamento, llenándome absolutamente todo de un polvillo finiiiiiiito que se metía en todos lados y era casi imposible de limpiar. Jajajaja que hijo de puuuuu … ¡¡Gorrrrrdo pelotudo y la reputa que te parió!!)
En fin, así y todo, el gordo inútil este termina el trabajo.
Bueno, termina es una forma de decir, ya que quedó todo como el reverendo ojete; tanto así que algunos meses después, la filtración del sótano seguía gozando de plena salud, ya fumaba y tomaba alcohol, le había salido barba, y continuaba goteando sin pausa y cagándose de risa mientras nos señalaba con el dedo.
Al enterarse de esto, alguna gente del consorcio (viejos al pedo siempre atentos a todo lo que no es de su incumbencia) y la inservible de la administradora, empiezan a joder con que hay que arreglar si o si el problema, lo cual significaba que había que romperme el baño OTRA VEZ. ¡¡Siiii!! ¿No es de locos? Jajajajaja. ¡¡¡Como me reí cuando me lo comunicaron!!! No me podían parar. Jajejijoju. Estaba tan dicharachero que hasta le dije a la administradora que la iba a desollar viva, le iba a romper el cuello, a arrancar el hígado con mis propias manos, y después de todo eso le iba a hacer un juicio por daños y perjuicios. Jajaja.
Ella me seguía la joda y se ponía a llorar poniendo cara de susto. Jajaja. Estuvo bárbaro.
Así estuvimos un montón de meses; los vecinos jodiendo que había que arreglar, la administradora diciendo que no sabía que hacer, y yo jurándole que si me rompían otra vez la casa al pedo los iba a matar a todos, para después incendiar el maldito edificio hasta volverlo escombros porque ya me tenían las pelotas llenas. Jajaja Jejeje Jijiji.
Luego de algunos dimes y diretes, notas legales, amenazas en varios idiomas, y hasta uno que otro intento de homicidio, llegamos a un acuerdo.
Así fue que accedí a que se hiciera el trabajo, pero con la condición de que fuera rápido (un fin de semana máximo) y advirtiendo que esta sería la última vez que permitía que me rompieran todo, cosa que de no ser así, daría lugar a severas acciones legales contra todo el mundo, además de darme el derecho inalienable de pegarle a alguien a elección, hasta que se me acalambrara el brazo.
La administradora aceptó los términos, y me juró que desde ese momento se ponía en campaña de manera incansable para conseguir a la persona mas idónea del universo, para arreglar el problema de una vez y para siempre.
Sin embargo, la muy guachita no pudo con su genio y empezó a posponer la fecha de inicio de las tareas, aludiendo que no encontraba plomero, que no daban los horarios, y cosas así de puro jodona.
Los días pasaban y pasaban, y se acercaba la fecha que mi esposa y yo habíamos convenido dejar pendiente para pasar las vacaciones juntos, ya que como ambos trabajamos, no tenemos mucho tiempo para pasear.
Era una situación muy divertida, sobre todo cuando nos dábamos cuenta de que la administradora no daba señales de vida, se hacía la boluda, y hasta nos cortaba el teléfono cuando la llamábamos. Jajajaja Que hija de pu…. Que loca che... Jajajaja...
Un buen día se aparece con un plomero que aparentemente era tan pero tan bueno, que así a ojo nomás (supongo que tendría visión de rayos X) determina que hay que cambiar toda la cañería de agua caliente, desde el calefón de la cocina hasta el baño, lo cual significaba atravesar (rompiendo, obvio) todo el departamento. Eso si, aclaró que como él no rompe pisos porque es mucho trabajo, iba a pasar los caños nuevos tooooodo por alrededor de las paredes del living, al nivel de los zócalos. ¡¡¡Que genio!!! Me quería romper tres paredes que no tenían nada que ver, así se aseguraba una semana extra de trabajo, y encima había que comprar como veinte metros extra de cañerías. ¡¡¡Qué chorro!!! Jajaja.
Por supuesto luego de reírme a carcajadas y de intentar estrangular a la incompetente de la administradora al grito de "¿¡¿Vos me querés tomar de pelotudo o sos estúpida de nacimiento?!?", le dije que ni en pedo le iba a permitir hacer eso, mientras martillaba mi arma y les señalaba la salida.
Ella otra vez se pone a hacer pucheros (de artista hinchapelotas que es nomásJajaja… ), y yo otra vez le recuerdo que no me enternece, y que va a morir de una forma lenta y muy dolorosa si no soluciona todo el quilombo en el corto plazo.
Así pasaron los días, hasta que en un arranque de desesperación, le ofrece el trabajo al plomero que le hizo el baño a ella, que aparentemente trabaja excelentemente bien (Lo cual me llevó a pensar por qué si conocía a este buen hombre y confiaba en su capacidad, primero me mandó a un chorro deshonesto, después a un gordo incompetente, y después a este otro chanta que me quería demoler todo).
Este señor empezaría el lunes a primera hora (o sea, el primer día de nuestras vacaciones) y culminaría en poco tiempo.
Lamentablemente, el lunes no apareció.
El martes nos levantamos bien temprano (recordemos que estábamos de vacaciones, o sea que pensábamos dormir hasta tarde) porque vendría a eso de las 8 am., y nos quedamos sin salir esperándolo. Pero tampoco apareció.
El miércoles llovió a cántaros y, obviamente, ni nosotros pudimos salir, ni el plomero se dignó a aparecer.
El jueves otra vez nos levantamos a las 7 am. y quedamos a la espera, mientras confeccionábamos unos lindos muñequitos vudú de la administradora, el plomero, los vecinos, y la reconcha de la lora, para luego llenarlos de alfileres y prenderlos fuego.
El señor plomero llegó finalmente a eso de las diez de la mañana, con una parsimonia envidiable.
Fué, miró, consultó unas fotos que habíamos sacado durante los trabajos anteriores, y arregló el problema en cuestión de horas (al menos por ahora eso parece).
O sea, después de todo, se nos había pasado casi toda la semana con eso, y no disfrutamos nada de nada.
Todo por un trabajo que duró solo HORAS. ¿No es divertido? Jajajaja. Me muero de la risa…
A pesar de todo, y decididos a no darnos por vencidos, con la mejor onda del mundo resolvimos irnos a pasar el fin de semana a la casa de mi viejo, a mi pueblo, cosa de cambiar el aire, relajarnos un poquito, tomar algo de sol y pasear por el campo.
Descansar aunque sea un par de días.
Llegamos el viernes como a las seis de la tarde.
Llovió TODO el fin de semana.

Así pasé mi semana de vacaciones pendiente. Casi tan divertida y emocionante como las dos anteriores.

Jajajaja. Que joda.

Cuanta felicidad. Tengo que parar un poco. Tanto jolgorio me puede hacer mal.

lunes, 9 de abril de 2007

Crítica de cine: PRUEBA DE FE

Para variar un poco, y siempre haciendo caso a este irrefrenable impulso que me lleva a buscar nuevas sensaciones y experiencias novedosas, el sábado, como no tenía nada mejor que hacer, fui al cine (si, así de vertiginosos e impredecibles son mis fines de semana).
De todo lo que había en cartel, solamente tres películas calificaban mas o menos como medianamente interesantes de ver, o para decirlo mas claramente, ya que me fui hasta allá, me daba exactamente lo mismo ver cualquiera de las tres.
Las finalistas fueron: Las Tortugas Ninja (si ¿y que?); Tirador, y Prueba de Fe.
Así, apenas conteniendo tanto entusiasmo, y pensando muy seriamente en que mi vida necesita algunos ajustes urgentes, me decidí por Prueba de Fe, fundamentalmente porque, dentro de todo, era la que mas se adecuaba a mis gustos cinematográficos en cuanto a género, realización y reparto (no, mentira … en realidad escribí los nombres de las películas en tres papelitos, y saqué uno sin mirar. Fue lo mas emocionante que hice durante el fin de semana largo).
La cosa es que, evaluándolo con buena voluntad, no me fue tan mal. Podría haber sido peor.
La película no es mala. Tampoco es muy buena. Pero zafa bastante.
Tal vez su mayor problema sea que este género del thriller de horror que involucra cosas religiosas, gente maligna, demonios y de corbatas, ya está medio trillado, y uno mas o menos sabe que esperar.
En este caso, la historia se centra en Katherine Winter, una ex ministra religiosa, que un buen día le cortó el rostro a Dios por considerar que la abandonó miserablemente al permitir que le liquidaran sin piedad a toda la familia, en un viaje a Sudán (la verdad que estuvo flojo Dios… eso no se hace).
Desde ese momento, la mina se vuelca mas a la ciencia que a la religión, y dedica su vida a refutar olímpicamente cuanto milagrito le ponen adelante, sin comerse ninguna, y volviéndose una verdadera autoridad en el tema.
A cada uno que le venía con que había presenciado un milagro, ella le daba la explicación científica de lo que en realidad había pasado y lo cagaba, mientras agitaba su puño señalando al cielo al grito de “¡¡¡En tu cara Dios!!!”.
Tanta fama se hizo, (sobre todo por lo aspaventosa que era) que la vienen a buscar de un pueblucho así medio de morondanga llamado Heaven, donde afirman que luego del asesinato de un pibe, el agua de un río se volvió sangre, y cuyos pobladores (todos ellos molestamente religiosos y cagados hasta las patas) piensan que eso es el inicio de las diez plagas bíblicas.
La mina, después de reírseles en la cara, y de mirarlos mordiéndose el labio inferior mientras arquea las cejas en el típico gestito de “hambre”, accede a visitar el lugar, mas que nada para sacarse el gusto de encontrarle la explicación a todo y hacerlos quedar como unos paisanos papanatas (y además, porque sino la película iba a ser muy corta).
Una vez en el lugar se entera de que, encima, también culpan de todo a una nena, y que la quieren agarrar para hacerla boleta, cosa que no le termina de parecer del todo correcto.
Así se embarca en una cruzada personal por encontrar a la pibita, ver que onda con lo que chusmea la gente, y tratar de sobrevivir a las plagas que efectivamente empiezan a sucederse, sin volverse loca o tragarse una langosta.
La película es medio lenteja mas o menos hasta la mitad, pero después empieza a tomar ritmo y el clima mejora bastante.
En cuanto al reparto, en el rol de Katherine está Hilary Swank, y para mi estuvo bien. Escuché a mas de un “crítico experto” casi horrorizado porque la mina esta había aceptado hacer esta película y, la verdad, no entiendo por qué. Está bien que la flaca se ganó un Oscar y eso, pero convengamos que tampoco es Meryl Streep. Y además si se le canta hacer la película que carajo se tienen que meter a opinar, pobre piba. Déjenla tranquila. Al fin y al cabo es su trabajo.
La acompañan en los papeles principales David Morrissey como Doug (el tipo del pueblo que la va a buscar), Idris Elba como Ben (el morocho ayudante), AnnaSophia Robb como Loren (la nena en cuestión, que en diez añitos va a estar mas buena que una hamburguesa completa) y Stephen Rea como el Padre Costigan (un cura conocido de la familia o algo así).
Todos desenvolviéndose en un nivel parejo, ni muy muy ni tan tan.
El director de la película fue Stephen Hopkins, quien ha dirigido también cosas como Pesadilla V, Depredador 2, Perdidos en el Espacio y otras. En esta ocasión no fue para aplaudirlo de pie, pero tampoco para tirarle tomates podridos.

Calificación: 3 Renegados medio indecisos (Es una película buena, por momentos regular, y por momentos buena de nuevo. Tiene sus altibajos. Sin embargo, en líneas generales entretiene y es llevadera, especialmente la segunda mitad. Nada del otro mundo.).

Recomendación: Si a Ud. le gustan esas películas de horror cuyo recuerdo le impide conciliar el sueño por noches y noches, este no es el caso. Pero ante la falta de algo mejor, puede verla tranquilo.
Si a Ud. es extremadamente miedoso no la vea. Retírese y no moleste, pero debería darle vergüenza asustarse con una película así.
Si Ud. es un joven ansioso por toquetear algo que valga la pena y es medio nabo, lleve a su señorita a verla que algún abracito se puede ligar y ahí aprovecha.

martes, 3 de abril de 2007

Crítica de cine X 2

Sábado. Día feo. Llovizna. No hay un pomo que hacer. En la televisión no hay nada. No hay nada tampoco para cocinar (nada de ganas y nada de provisiones). Todo eso junto solo puede resultar en una cosa: pasar la tarde en el cine.
Y si, suelo ir a las funciones de la tarde, no porque la entrada salga mas barata como seguramente estarán pensando, sino porque … bueno, si, en realidad si, voy porque es mas barato, pero también es porque va mucha menos gente y así me molestan menos.
El caso es que esta vez me sentí especialmente derrochador y no me vi una película, sino que me vi DOS. Soy un loco de la guerra.
Alguno se preguntará por qué si fui el sábado, publico las críticas recién hoy. Bueno, la respuesta es muy simple. Porque ayer fue feriado y no se trabaja, y porque se me da la gana.

¿Alguna otra pregunta? ¿No? Ok.

Primera crítica: EPIC MOVIE o UNA LOCA PELICULA EPICA

Ya alguna vez comenté que cuando voy al cine a ver una comedia, lo mínimo que espero es descostillarme de risa, y si eso no sucede, considero que malgasté mi valioso dinero, y me voy rezongando muy enojado.
Bien; en este caso, ni siquiera encuentro las palabras adecuadas para empezar a describir mi estado de ánimo al finalizar la función.
Podría decir que fue una mezcla de indignación, vergüenza ajena, asombro, furia incontrolable, profundo arrepentimiento, y dolor de panza, con un ligero toque de ganas de romper todo a patadas, mientras grito como un loco enajenado que me devuelvan la plata de la entrada.
Esta película es una PORQUERIA.
El género este de parodiar grandes producciones exitosas con humor tonto, al contrario que a la mayoría, en general a mi no me disgusta, y hasta diría que es uno de los que mas me divierte (cuando está bien hecho, claro).
Pero una cosa es hacer humor "tonto" ("Airplane", "Naked Gun", y hasta "Scary Movie" son buenos ejemplos) y otra muy distinta es hacer una pelotudez grande como una casa, y creer que eso es gracioso.
Aquí se pretende sin ningún éxito utilizar ese formato, parodiando películas tan dispares como "Narnia" (que ya de por sí es un bodrio), "X-Men", "Superman", "Charlie y la Fábrica de Chocolates", "Piratas del Caribe", "El Código Da Vinci", "Nacho Libre", y un montón más; todas juntas, casi amontonadas, sin el mas mínimo sentido de la lógica, la coherencia y el humor.
O sea, se hizo así porque sí y, además, para el carajo.
El argumento (por decirle de alguna forma) trata de cuatro huérfanos bastante boludones que no se conocen entre si, pero que terminan unidos por encontrar unos boletos dorados en el envoltorio de un chocolate, los cuales los hacen acreedores a un viaje épico al interior de una misteriosa fábrica de dulces.
Una vez allí son acosados por el dueño del lugar (que se caía de maduro que iba a ser una mala imitación de Michael Jackson), y por huir de él, se encuentran con un armario mágico que los transporta al reino de Gnarnia, donde se convertirán en los protagonistas de una "aventura" patética y aburrida, llena de chistes comunes y mal realizados, al unirse con los pobremente logrados habitantes del lugar, en su lucha contra una malvada Reina Blanca ( o Bruja Blanca, no me acuerdo bien porque estaba protestando).
La trama es una seguidilla de gags bochornosos, chatos, trillados hasta el cansancio, que no despiertan una risa ni por error, apoyados en un guión flojísimo, lleno de escenas obvias, lugares comunes, humor barato y estupideces gratuitas.
Es la primera vez que me pasa de mirar la hora a cada rato, para ver cuanto faltaba para que terminara.
En cuanto a las actuaciones, casi ni vale la pena analizarlas, ya que con un guión y una dirección tan espantosas y berretas, no queda mucho por hacer, por mas buen actor o actriz que seas.
Lamentablemente en este caso, el elenco, encima, es de medio pelo para abajo. Bastante para abajo. Casi medio vello púbico diría yo cuidándome de no pasarme de ordinario.
Interpretando a los huérfanos protagonistas de la historia tenemos a Jayma Mays como Lucy, Kal Penn como Edward, Adam Campbell como Peter y Faune Chambers como Susan.
Los cuatro bastante poco conocidos, con menos carisma que una ojota, y la gracia actoral de Santo Biasatti describiendo un velorio.
No pegan un buen chiste, ni un buen gesto, ni una buena insinuación en toda la película, y parece no molestarles en lo mas mínimo. Realmente una cosa muy, pero muy amateur.
Sin ir mas lejos, la composición del personaje de Lucy es una clarísima imitación del personaje que hace Anna Faris en todas las Scary Movie, pero muy exagerado, con lo cual pierde mucha gracia.
Del resto del elenco pueden mencionarse a Jennifer Coolidge (la mamá de Stifler) como la Reina Blanca; Héctor Gimenez (el flaco feo ese de "Nacho Libre") como Mr. Tummus; y al actor que hizo una rescatable imitación de Jack Sparrow, porque estaba muy bien caracterizado y fue el único que le puso onda, pobre. Lástima que no me acuerdo como se llama.
Sin lugar a dudas, lo mas destacado en actuaciones, muy por encima del resto y prácticamente evitando que la totalidad de la película sea una basura horrenda, es la interpretación de Carmen Electra como Mystique (y no lo digo solo porque está mas buena que una grande de jamón y morrones ... bueno, si .. en realidad lo digo por eso... dejémoslo ahí ...). Es lo único que vale la pena ver de toda la película. Una vez que pasa su escena, uno se puede retirar tranquilamente de la sala, con la seguridad de que no se pierde absolutamente nada de valor.
Para ir finalizando cabe destacar que los responsables intelectuales de esta bazofia impresentable son Jason Friedberg y Aaron Seltzer, en cuyos currículums ponen orgullosos que son dos de los seis escritores de Sacry Movie y los creadores de "Date Movie", otro pedorro intento de comedia de parodias, en este caso, sobre películas románticas.
Después de ver esto, sería sano que estos dos señores pasen mas tiempo en la sinagoga leyendo la Torá, que en el estudio intentando hacer comedia, para bien del género de la comedia, de la cinematografía, y de la humanidad toda.

Calificación: 1 Renegado con cara de culo. (Malísima. Horrible. No vale la pena pagar una entrada para verla. No vale la pena alquilar el DVD. Y si la pasan en cable, no vale la pena gastar electricidad en verla).

Recomendación: No vaya. Le digo en serio, no gaste su dinero en esta película. Si busca algo para reírse con ganas, consígase a alguien que le haga cosquillas.
Si la ve y se ríe, hágase ver porque seguro que algo le falla en el marote.
Si la ve y sale indignado y pidiendo que le devuelvan la plata, recuerde que yo le avisé.
Si se siente intrigado y, a pesar de todo, la quiere ver, al menos sea vivo y consígase a algún gil que le garpe la entrada, así a lo sumo pierde una hora y pico de su vida y nada mas.




Segunda crítica: 300

¿Cómo empezar a describir esta película objetivamente siendo un fanático de los cómics? A ver … No, no puedo.
Las únicas palabras que vienen a mi mente son grandiosa, espectacular, magnífica, excelente. ¡¡¡Una MASSSSSSSSSA!!!.
"300" es una obra de arte desde el primer minuto hasta el último.
Visualmente impactante, es un disfrute permanente para la vista. La composición de imágenes, el color, los escenarios, la acción arrolladora, la música imponente, los climas, la adrenalina, violencia, sangre, y por sobre todo mucha, pero mucha testosterona.
Esta película es para machos, pero machos machos, de esos que te tienen ahí abajo, y callate la boca porque te doy un sopapo que te hago tragar los dientes.
Que me vienen con el hombre metrosexual que se pone cremitas, y se cuida las uñas y ayayayay es tierno, sensible y fino.
El hombre tiene que ser un espartano como en esta película, que tanto. ¡¡Macho dijo la partera!!
Para que aprendan muchos de esos mariquitas que andan por ahí haciéndose los sentimentales, y mostrándose vulnerables como una princesita de cuento.
Si uno es de los que consideran que el hombre debe ser hombre, como Dios manda, al ver esta película le darán ganas de tener como su barra de amigotes a cinco o seis espartanos para ir a la cancha a agitar los trapos, a jugar al fobal, o simplemente a tomarse unas birras en el cordón de la vereda.
Tipos que con que los mirés feo nomás ya te bajan los dientes de un castañazo, sin previo aviso.
Tipos recios, duros, mal llevados, que no te dan un paso al costado, y mucho menos un paso para atrás.
Una verdadera cátedra de masculinidad.
La película está basada en un cómic de Frank Miller (el mismo de Sin City), y realmente le hace justicia de principio a fin.
Por supuesto, antes de que se estrenara, ya salieron un montón de pseudointelectuales buscarroña a decir que no tiene rigor histórico, que la batalla de las Termópilas no fue así, que Leónidas se la comía, que los espartanos eran malos y no se bañaban, y demás pelotudeces por el estilo, dignas de señoritas en celo resentidas y chillonas.
Me importa tres carajos, si la historia real no fue así.
Ésta es la visión de Frank Miller de esa historia, y en ESTA historia SI fue así, y me encantó, y está bárbara.
A los que no les gusta, pueden retirarse al baño de damas a empolvarse la naricita y retocarse el rímel.
El argumento narra la historia del Rey Leónidas, quien al frente de un escuadrón de 300 espartanos, portando cada uno con dos pelotas grandes como un rancho, se le puso enfrente al rey conquistador Jerjes y su invencible ejército persa, compuesto por mas o menos tres millones de hombres armados, dos millones de asesinos a sueldo, un millón de ninjas, quinientos mil enanos, tres millones de caballos en celo, un millón y medio de elefantes, la barra brava de Cahcarita, ochocientos mil rolingas, el coro Kennedy, un rinoceronte, varios desertores de la Guardia Urbana, un gigante deforme y mas malo que la mierda, ochocientos albañiles paraguayos, y un mocoso maleducado con una gomera.
Así y todo, Leónidas y sus muchachos se le plantaron al gil éste en el pasaje de las Termópilas al grito de "¡¡¡Eeeehhee ... Jerjes comilón, pasá por acá si tenés aguante gato!!!".
Jerjes se recalienta y manda a sus tropas de a montones, pero una tras otra fracasan en su intento de quebrar la férrea resistencia espartana, que se la banca a puro sopapo, lanza, espada y escudo en mano, a lo macho, peleando como se debe pelear, mano a mano. Nada de tirar bombitas de lejos o cosas así medio balinesas.
Un espartano te rompe la jeta mirándote a los ojos, y te atraviesa con la espada bien de cerquita, cosa de sentir que lo salpica tu asquerosa y cobarde sangre de mujercita, y de poder cagarse de risa en tu cara mientras agonizás.
Así estaban las cosas, cuando aparece un jorobado roñoso muerto de hambre, que traiciona a Leónidas, y le buchonea a Jerjes acerca de un pasaje secreto que le permite rodear y sorprender a los espartanos. Todo a cambio de un par de gatos y un bonete ridículo.
Leónidas se entera de esto y se lo dice a sus hombres. Saben que de esa forma están en el horno. Y que hacen. ¿Se van?. ¿Huyen como gallinas? ¡No señor!. ¡¡Se quedan!! ¡¡Se la re aguantan!! Y uno no puede mas que aplaudirlos de pie y corear a todo pulmón "Es- par- tanos!! Es- par- tanos!!" y "Esparta Esparta Esparta Huevo Huevo Huevo".
Con respecto a las actuaciones, están muy bien logradas todas. Prácticamente no tiene puntos flojos en esto.
Todos los que hacen de espartanos, incluso el hijo del capitán que en otra película hubiera dado medio gay, acá tiene pinta de macho que se la banca un paquete.
Para destacar en el papel de Leónidas está Gerard Buttler, que al igual que el resto de elenco se debe haber matado en el gimnasio para esculpir su cuerpo casi hasta la perfección, y provocar una profunda envidia y, por que no, una gran vergüenza, en nosotros los portadores de panzas de fiaca.
En el rol del el Rey Jerjes se luce un irreconocible Rodrigo Santoro, excelentemente caracterizado. Este pibe es un brasileño que ya está haciéndose un lugar entre los latinos cotizados de Hollywood, ya que no solo está en esta película, sino que también actúa en la exitosísima serie "Lost".
La dirección estuvo a cargo de Zack Snyder quien no sé que otras cosas hizo, pero ya solo por haber hecho esta película de esta forma, se merece mis mas profundos respetos y un fuerte aplauso.

Calificación: 5 Renegados aplaudiendo de pie (Excelente. Imperdible. Una historia poderosa que no decae en ningún momento. Tal vez lo mejor hasta el momento en este género).

Recomendación: Si a Ud. le gusta la violencia bien hecha, con sentido, y puede disfrutar de una película de estas sin buscarle el pelo al huevo constantemente, vaya. No se la pierda porque es para ver en pantalla grande con el sonido al palo.
Si Ud. se considera hombre, y viendo esta película no le dan un poquitito de ganas de agarrar una espada y un escudo, y salir a decapitar gente por la calle, le sugiero que vaya a terapia porque se está amariconando.
Si Ud. se considera hombre, y al primer espadazo y chorro de sangre, dice "ay" y tiende a cerrar los ojos, desviar la vista, o pensar que es demasiada violencia, retírese de la sala, póngase un tutú y hágase llamar Rosita.
Si Ud. es mujer y piensa que su novio y/o esposo y/o pareja es hermoso y un hombre como pocos, vaya a ver esta película y llénese los ojos como nunca en su vida, ya que está llena de tipos medio en bolas con los cuerpos perfectamente trabajados y musculosos. Saldrá del cine totalmente deprimida, al comprobar que estuvo equivocada todo este tiempo. (No es el caso de mi mujer, por supuesto, que me dijo que yo debía ser espartano).
Su Ud. es orgulloso padre de un hijito varón, vaya y aprenda como se debe educar a un macho. No sea maricón carajo.
¿Dije que me gustó la película?

Quería estar seguro nomás …