martes, 27 de enero de 2009

Terrible. Me acuerdo y ...

¡No saben lo que me pasó! ¡Estoy indignado! Es una cosa de locos. De no creer. Si les cuento van a pensar que estoy mintiendo, pero no. Fue cierto. En serio. Era lo único que faltaba…
Ay ay ay …





Que cosa che….






Que calentura….







Ah… ¿Están esperando que les cuente? …






¿No? Ah, pensé que si …










Bueno, resulta que ayer, como cada día, luego de madrugar, putear porque tengo que madrugar, putear porque hace calor, putear porque me tengo que poner camisa y corbata, putear porque a los cinco minutos ya estoy transpirando (Esto de ser tan viril a veces es molesto), putear a cuenta por tener que viajar en colectivo, y putear un poco mas porque es mi hobby; me dirijo a la parada y procedo a esperar el arribo del mencionado y odioso transporte público.
Serían tipo las 8:05 a.m..
Espero cinco minutos y no pasa.
Pasan diez minutos mas, y nada.
Se hacen las 8:25 y ni señales.
Eran las 8:30 a.m. y yo seguía ahí esperando, con calor y, si, por supuesto, puteando hasta en japonés, sabiendo que si salgo a esa hora voy a llegar tarde.
Esto lo sé porque la semana pasada (O la otra no me acuerdo. Tengo cosas mucho mas importantes en que pensar), salí a esa hora y llegué como diez minutos después del horario de ingreso. Encima justo cuando estoy entrando lo veo al ridículo imbécil de mi jefe ahí en la recepción (A veces se queda ahí leyendo el diario solo para cagar a los que llegan tarde y hacerse el poronga) que me mira intentando poner una cara intimidatoria como diciendo "Te vi justo. Estás llegando tarde. Espero una buena justificación", a lo que yo le respondí con mi famosísima mirada de "Chupame un huevo" (Disculpen el exabrupto pero mis miradas son muy expresivas y contundentes).
Pero bueno, no me quiero desviar del tema de lo que motivó mi explosivo estado de indignación.
Como les contaba eran ya las 8:35 a.m. y el mugriento colectivo no aparecía.
Cuando se hicieron las 8:40 a.m., gracias a mis increíbles dotes para la matemática deduje que si saliendo y media llego tarde, saliendo a esa hora iba a llegar mucho mas tarde, así que, para variar, me enojé.
Mucho. Muchísimo.
Tanto me enojé que, al igual que aquella otra vez, envuelto en una nube de ira y frustración, me volví para mi casa.
Nueve menos diez, ya estaba en bermudas y musculosa, tirado en el sofá, con el ventilador prendido y mirando televisión.
Ah si, ¡Y con una indignación que no te cuento!
Por culpa de ese colectivo roñoso que jamás apareció, tuve que faltar al trabajo y me tuve que quedar en mi casa todo el día, sin hacer nada, cómodo y fresquito.
¡Que bronca che! Estaba re caliente ¡Me acuerdo y me ponga mal mirá!
Tanto era mi enojo que me agarró como, no se, como un sueño así medio incontrolable, y me tuve que tirar a dormir ahí nomás en el sofá.
Tipo doce y media me despierto, todavía muy pero muy enojado por la situación, como se imaginarán, y me preparo algo para comer, porque tanta calentura hace que el metabolismo se acelere (incluso si se está durmiendo) y da hambre.
Al rato, mientras hacía la digestión, me volví a acordar de lo que había pasado a la mañana (Yo soy de darme mucha manija) y me volvió a atacar tal indignación que me tuve que ir a recostar otra vez para calmarme un poco, porque sino, no se, era capaz de cualquier cosa.
Me desperté a eso de las tres y pico.
Como todavía estaba muy deprimido por no haber podido ir a trabajar, pensé que lo mejor sería aprovechar el tiempo en algo, cosa de no pasar el día haciendo absolutamente nada, así que como una forma de expresar el terrible sentimiento de frustración que me embargaba, me propuse escribir sobre esta experiencia para compartir mi desdicha y hacerla un poco mas llevadera.
La cosa es que, no se bien como, capaz que por algún efecto colateral de semejante estado de cólera o algo así, terminé jugando al póker en línea.
Cuando me quise acordar eran como las siete y media de la tarde, mi mujer ya había vuelto de trabajar, había salido a hacer mandados, había vuelto, se había ido al gimnasio y había vuelto, y yo había perdido mas o menos como diez mil pesos en dinero ficticio (No porque sea horrible jugando al póker, sino porque no me podía concentrar debido a lo afectado que estaba por la situación de la mañana, por supuesto).

Y así, entre una cosa y otra, se me pasó el día.

Un día terrible realmente. Casi traumático diría.

Parece increíble que por un colectivo, por la falta de responsabilidad de un servicio público, yo haya tenido que estar todo un día al pedo en mi casa en lugar de haber estado trabajando. Que horror. No puedo dejar de pensar en lo mal que lo pasé. Tendría que iniciar acciones legales. Decí que soy tan vago y tengo tan poca iniciativa, que sino...

Por suerte ya pasó.

Hoy ya estoy bien.

Pude viajar, vine a trabajar, y todo ha vuelto a la normalidad.

Si me vieran lo notarían en mi cara. La felicidad me desborda.

jueves, 22 de enero de 2009

Se solicitan dadores de onda

Bueno, la cosa es así: Estoy con un humor de perros.
Y perdonen que se los tire así nomás a la cara sin anestesia. Sé que deben estar sorprendidos y casi paralizados ante semejante revelación (No se pongan así tampoco … A ver, a ver… Respiren hondo … Leeeento … Tranquilicensén … Eeeessso ….Ya pasó, ya pasó...) y mas viniendo de alguien tan afable, sereno y bien llevado como yo, pero entiendan que, al fin y al cabo, aunque cueste creerlo, soy un ser humano y estas cosas pueden pasar, así que no es para hacer escándalo.
Sucede que estoy atravesando por un período de crisis al que podría denominar "De pelotas llenas", el cual se presenta generalmente para esta época y que se caracteriza por una marcada hipersensibilidad hacia absolutamente todo, lo cual hace que, rápidamente, ante la mas mínima contrariedad, molestia y/o detalle al azar que acontezca en las inmediaciones de mi atractiva humanidad, me encule como la remismísima mierda y permanezca así alunado por tiempo indeterminado.
Esto no es causado, como seguramente estarán imaginando, por el hecho de que tengo un carácter especialmente volátil (Nada mas alejado de la verdad. Si me conocieran personalmente se darían cuenta de que soy un sol de persona), sino que fundamentalmente se debe al extremo agotamiento psicofísico que suelo padecer a esta altura del año (Agravado, claro, por el hecho de que el mundo no ayuda, de que debo pasar la mayor parte de mi tiempo en lugares que detesto y rodeado de gente que no soporto, y de que, evidentemente, a ninguna de las Divinidades que rigen este Universo les caigo bien y se deben haber juntado todas para hacerme la vida miserable), lo que hace que, además, no tenga ni la mas pálida intención de ponerle un poco de onda a la cosa.
Ustedes estarán pensando ahora "¿Cómo a esta altura del año? Si recién estamos a mediados de Enero y el año recién empieza. Este tipo es una máquina de hablar boludeces. Seguro que debe estar aspirando sustancias prohibidas", porque como siempre les encanta pensar mal y derribar a sus ídolos (En este caso, yo) a fin de darle un mínimo sentido a sus vidas chatas y sin gracia.
Pero dejen. No importa. Yo igual los aprecio y me tomo la molestia de explicarles el por qué de mi afirmación (De paso para que vean que si yo digo algo es porque es así, y ustedes piensan cosas al cuete sin entender mi lógica suprema).
Sucede que para mi, el año laboral no se termina hasta que salgo de vacaciones (Salgo es una forma de decir, claro… Es una metáfora. Una reputísima metáfora).
O sea, defino MI "AÑO" como ese tortuoso lapso de tiempo comprendido entre la finalización de un período de vacaciones y el inicio del siguiente, por lo que, técnicamente, hoy para mi todavía es el año viejo y, por ende, llevo aún sobre mis fornida, musculosa y maltratada espalda, todo el bagaje de porquerías acumuladas durante este tiempo.
¿Se entiende? Sino, para resumir la idea y que sea mas claro, quiere decir que estoy podrido de todo, y que ya no me banco nada ni a nadie.
Quiere decir que todo aquello que me molesta ligeramente en épocas normales, en este momento me provoca un fastidio casi intolerable.
Y quiere decir que nada me haría mas feliz que poder mandar todo, pero todo, al remismísimo carajo en este instante y salir de acá corriendo, montar mi corcel, y cabalgar hacia el horizonte al atardecer hasta perderme en la lejanía (O por lo menos hasta llegar a mi casa).
Pero eso no es todo. Hay mas.
Como si este estado por si solo no fuera ya lo suficientemente dañino para mi frágil salud mental y toda una prueba para mi escasa tolerancia, a esto debo sumarle también el hecho de que otra vez cuento con la certeza absoluta de que, cuando llegue el momento de salir de vacaciones, no voy a poder irme a ningún lado sino que, por otro año mas, las voy a pasar en mi casa, aburrido, cagado de calor, y mirando por televisión lo bien que la están pasando todos los afortunados que si pudieron viajar (Seguramente todos ellos excelentes seres humanos que han sido premiados con ese privilegio por ser buenos cristianos que han vivido haciendo el bien en todo momento. No como yo, que debo ser malísimo y no merezco nada), lo cual, obviamente me genera un enorme sentimiento de amor por la humanidad, como podrán imaginar.
Pero para hacer de esta situación algo todavía mas interesante, además, señora, señor, y esto mas que oferta es un regalo, tengo que tolerar durante estos días a la señorita secretaria embarazada que el lunes retornó de sus vacaciones luciendo en su piel un negro dos tonos mas profundo que el habitual porque ella sí pudo gozar de su licencia yéndose a la Costa a ventilar su escasez de glúteos, y cargada de "desopilantes" anécdotas y comentarios divertidísimos acerca de lo bien que la pasó, los cuales comparte a viva voz con sus cotorras compinches mientras almuerzan en su escritorio.
Además, para finalizar esta racha de cosas encantadoras que hacen mis días en este lugar sean cada vez mas agradables, y esto si que es una oferta, todo por el mismo precio señores pasajeros, debo soportar casi a diario que el miserable engreído de mi superior, con absoluta y notoria premeditación, se ande llenando la boca diciendo que "Está viendo lo de sus vacaciones porque todavía no tiene decidido a que país se va a ir" para, luego, deslumbrar a su mascota administrativa y a quien esté dispuesto a escucharlo, con sus pormenorizados relatos de lo lindo y placentero que es vacacionar en Punta Cana, Cancún, y demás paraísos del Caribe porque, por supuesto, él se los conoce todos.

Así de bien la estoy pasando estos días, rodeado de gente maravillosa y comprensiva.

En otro orden de cosas, y como dato de color, también esta semana me llegó a mi casa una boleta del Ente Recaudador de la Provincia diciendo que supuestamente tengo unas deudas impagas del impuesto Inmobiliario de hace como 6 años que, entre pitos y flautas, suman casi casi mil pesos lo cual, en un primer momento, casi casi me provoca un infarto de miocardio seguido por convulsiones, dificultades respiratorias, braquicardia, fiebre, sarpullido, y lipotimia presidencial; síntomas que, afortunadamente, instantes después solo quedaron reducidos a un enorme y generalizado dolor testicular producto de que me los agarré demasiado fuerte mientras gritaba "¡¡¡DE ACAAAAAA que te voy a pagar!!!".

Así que, bueno, puestos al tanto de lo bien que me va en la vida y lo pum para arriba que arrancó el año, supongo que comprenderán que no estoy especialmente animado como para escribir muy seguido (Además estoy con fiaca, por esto de la calor. Porque no se si les conté lo mucho que odio el calor).
Y lo aclaro no porque piense que ahí del otro lado hay gente desesperada por saber de mi, que espera ansiosa y casi angustiada un nuevo escrito de mi parte (Ya se que no es así. Lo tengo muy claro. No se preocupen), sino porque soy una persona muy educada que le brinda a quienes tienen la deferencia de leerlo la consideración que se merecen.

Y por eso, para terminar, como estoy en todo y sabiendo que aquí se espera siempre algún toque de humor, les dejo un chiste para que no quede flotando en el éter una sensación así como de mala onda:

Resulta que un día que el zoológico estaba lleno de gente, de repente se escapa un león.
El felino comienza a correr entre perdido y perturbado por todos lados lo cual, obviamente, genera un enorme despelote.
En un momento un gran número de personas que se había agrupado en uno de los senderos ve venir al león corriendo hacia ellos a toda velocidad.
Todos, desesperados y presas del pánico, comienzan a correr intentando alejarse del felino, sin prestar atención a que entre ellos se encontraba un pobre hombre que usaba muletas.
En medio de la carrera, algunos, al darse vuelta para ver que tan cerca estaba el león, notan que muy retrasado venía, haciendo un enorme esfuerzo, el señor con las muletas.
En ese momento comienzan a gritar "¡¡El de las muletas!! ¡¡El de las muletas!!"
A lo que el hombre de las muletas, empapado en transpiración y con su cara enrojecida por el esfuerzo contesta "¡¡¿Pero por que no dejan que elija el león?!!".

¡¡Es buenísimoooo!! Me pasé. Soy hilarante.

¿Ah no? Bueno che, es lo que hay.

¿¿No les acabo de decir que no estoy bien y que no tengo ganas de nada??

¿¿Qué mas quieren??

¿¿Qué pretenden de mi??

¡¡BUITRES!!

viernes, 9 de enero de 2009

Crítica de cine: EL DIA QUE LA TIERRA SE DETUVO

Esta película es una remake del clásico de ciencia ficción "El día que paralizaron la Tierra" de 1951 dirigido por Robert Wise y que, justamente por considerarse un clásico, yo debería haber visto. Pero no, no lo vi. O si lo vi era muy chico y mucho mucho no me acuerdo de lo que se trataba, así que si esperan que haga un profundo análisis comparativo entre la versión original y esta última versión, pueden ponerse cómodos y seguir esperando, porque no lo pienso hacer.
De todas formas por lo que pude averiguar después de arduas investigaciones (lo leí recién en Internet), básicamente los lineamientos argumentales de la película se han mantenido bastante fieles a la idea original (capaz que por eso se dice que es una remake), pero cambiando ciertos aspectos de la trama y, por supuesto, adecuando a nuestros tiempos el eje del conflicto central.

Todo comienza cuando un día, unos astrónomos que estaban así medio al pedo mirando por un telescopio, descubren que un objeto de tamaño considerable que viaja a una velocidad de la gran siete, se encuentra en rumbo de colisión con la Tierra.
Luego de hacer cuentas y cálculos muy complicados de esos que incluyen reglas de tres simple, factoreo, y teoría de conjuntos, llegan a la conclusión de que el objeto impactará en el medio de Nueva York en un tiempo aproximado de poco mas de una hora.
"¡¡A coger que se acaba el mundo!!" salieron gritando todos, pero antes, por supuesto, dieron aviso a las autoridades del Pentágono, que, de inmediato, mientras ordenaban bombardear algunos países de Medio Oriente por las dudas, se abocaron a la tarea de reunir un equipo compuesto por los científicos mas prestigiosos del mundo (Vaya uno a saber para que, porque si sospechaban que algo enorme iba a chocar al planeta era obvio que nos iba a hacer moco igual), entre los cuales se encontraba la Dra. Helen Benson, una destacada astrobióloga dedicada al estudio de la posibilidad de existencia de vida (virus, bacterias y ese tipo de batracios) en los ambientes extremos y hostiles que hay fuera de nuestro planeta.
Una vez organizado ese grupo de cerebros de elite, son llevados todos medio de prepo a una base militar donde, luego de cinco minutos de deliberaciones, llegan a la conclusión de que estamos en el horno y que es un buen momento para arrepentirse de los pecados y tratar de quedar bien con el de arriba, porque todos vamos a morir indefectiblemente.
Así estaban todos entonces, rezando, pidiendo perdón, y sacando préstamos a veinte años, cuando notan que el objeto, una enorme esfera muy brillante y medio tornasolada, no solo no colisiona con la superficie sino que, por el contrario, va reduciendo su velocidad hasta terminar aterrizando muy panchamente en el medio del Central Park.
De inmediato es rodeada por las fuerzas militares, el grupo de científicos, testigos ocasionales, algunos periodistas, y Fabio Zerpa que no se la iba a perder, y se quedan todos ahí, medio pasmados, esperando a ver que pasa (menos Fabio Zerpa que los miraba a todos por arriba como diciendo "¿Vieron? ¿Vieron que yo tenía razón?").
De repente la esfera hace como un zumbido y lanza un destello cegador.
Desde su interior emerge una figura humanoide que avanza muy lentamente.
La Dra. Benson se adelanta y se dirige a su encuentro, emocionadísima porque iba a salir en todos los diarios del mundo, mientras un grupo de soldados apenas puede contener a Fabio Zerpa que se había puesto como loco porque él quería ser el primero en saludar al marcianito.
Cuando se encuentran frente a frente, la Dra. Benson extiende su mano hacia el humanoide en señal de saludo. El alienígena intenta responder al gesto, pero es tan incandescente la luz de la esfera que, medio encandilado, en lugar de agarrarle la mano le agarra una teta.
Uno de los soldados que estaba observando la escena, un poco por nervios y otro poco por envidia, le grita "¡¡Eh, marciano atrevido!!" y lo baja de un tiro.
Ahí se arma un flor de quilombo.
Los jefes militares gritan "¡¡Jouliourfaier, jouliourfaier!!" (quiere decir "¿Quién fue el pelotudo que tiró?"), la Dra. Benson llora porque le arruinaron las fotos, Fabio Zerpa grita desencajado que si él hubiera ido a saludar esto no pasaba, el marciano desde el piso y malherido dice "Fue sin querer loco. Me encandilé. No era para que se lo tomen así" y los de Crónica T.V. en placa roja anunciaban "Exclusivo. Marciano acosador herido por gatillo fácil. Está grave".
Al mismo tiempo, y debido al cachengue que se había desatado, desde el interior de la gigantesca esfera surge un enorme robot también de aspecto humanoide y con cara de muy pocos amigos, que parece tener la clara intención de hacer puré a todo lo que se le cruce.
Cuando amaga a pegarle un manotazo a la Dra Benson, que todavía estaba sosteniendo al marciano herido, éste lo detiene.
"¡¡No!!" alcanza a decir el alien "¡Quieto Bobby! Fue solo un accidente. ¡Camine cucha!"
No muy convencido, el robot se para en seco y se queda quieto ahí nomás, no sin antes hacerle un gesto a los militares como diciendo "Ya van a ver".
"Lo que pasa es que es muy guardián y pensó que me estabas haciendo daño" le dice el marciano a Helen "Lo tengo desde que era cachorrito".
Pasado todo el despelote, se llevan rápidamente al pobre visitante estelar herido a una instalación militar, para ver si le pueden sacar la bala y, de paso, averiguar a que cuernos vino.
El cirujano que lo tiene que operar, que en su perra vida había visto un marciano, se pone a cortar medio con desconfianza y temiendo seriamente meter la pata.
De repente, a los pocos segundos de iniciada la operación, la bala es retirada con éxito pero repentinamente el cuerpo del alienígena comienza a caerse a pedazos.
"¡¡Yo no fui¡! ¡¡Yo no fui!!" grita el cirujano y sale corriendo.
En unos instantes, la cobertura orgánica del alien se desprende por completo, y queda algo parecido a un pibe humano medio baboso que comienza a crecer de forma acelerada.
A los pocos días, asombrosamente, llega a su forma adulta, por lo que la Dra. Benson, otro científico, y la Secretaria de Estado de EEUU, se dirigen a verlo para interrogarlo.
"¿Cómo te llamas?" pregunta Helen.
"Su nombre es Neo" responde Morfeo saliendo de entre las sombras "He is the one".
Todos lo miran y se miran entre ellos asombrados, sin entender que carajo está haciendo ahí.
"Ji Ji" dice Morfeo encogiéndose de hombros, y se va.
"Klaatu" dice el marciano "Mi nombre es Klaatu"
"¿Y siempre venis a bailar acá?" interroga Helen que era un poco dipersa y además se nota que hacía mucho que no salía.
"¡Basta de estupideces!" exclama la antipática gorda Secretaria de Estado "Acá las preguntas las hago yo que tengo chapa. Dale pibe, a ver ¿A que viniste a nuestro planeta?".
"Vengo a hablar con los líderes de este mundo en la ONU" dice Klaatu sin que se le mueva un pelo.
"Nononono. Acá tenés que hablár conmigo primero" retruca la gorda agrandada.
"Nop" responde Klaatu encaprichado.
"Ah ¿Sos piola? Bueno, si no querés por la buenas será por las malas querido. Ahora va a ver…" amenaza la gorda, y se va caliente como una pipa.
"¿Me contás a mi a que viniste?" le dice Helen que estaba mil veces mas buena que la gorda antipática y se aprovecha.
"El el es el elegido. El será quien destruya a Matrix y nos libere" dice Morfeo asomándose por una puerta.
Todos se miran, revolean los ojos y resoplan.
"Vine a salvar al planeta" responde el monótono alien "Soy amigo de la Tierra".
"Ah ¿Sos de Greenpeace? Que bueno. Entonces te banco. Yo soy socia" dice Helen entusiasmada.
Así, con la ayuda de la Dra. Benson y merced a sus impresionantes poderes mentales, Neo … digo … Klaatu consigue fugarse casi sin problemas.
Al enterarse de esto, la Secretaria de Estado se pone como loca y moviliza a todas las fuerzas militares y policiales para intentar recapturarlo y, de caliente nomás, también ordena atacar con misiles la esfera gigante de Central Park, encerrar al robot guardián y trasladarlo a un complejo militar para analizarlo y, ya que estaban, bombardear Irak y Afganistán por si acaso.
Mientras tanto, debido a que la Dra. Benson, se ha convertido en su único contacto de confianza, Klaatu no tiene mas opción que buscarla para que lo ayude a completar su misión.
Ella accede y junto con su pequeño hijo adoptivo Jacob (un negrito insoportable cuyo cabello tiene aspecto de lampazo), acompañan al extraño visitante, convencidos de que es una especie de salvador de la humanidad.
Lo que ella no sospecha es que, en realidad, la misión de Klaatu no es salvar a la humanidad, sino salvar al planeta de la humanidad, dado que debido al mal uso de los recursos naturales y al escaso respeto que el hombre demuestra por el resto de las especies, el mundo está al borde el colapso y eso, para los seres estelares de conciencia superior, no es admisible.
A partir de allí y dado que el proceso de aniquilación parece ser inevitable, todo se convertirá en una peligrosa carrera contra el tiempo en la que Helen deberá intentar, por todos los medios posibles, convencer a Klaatu de que la humanidad tiene el potencial para cambiar y, de esta forma, detener el inminente exterminio.

La película, si bien mantiene un ritmo bastante regular y no llega a aburrir, tampoco podría decirse que cuenta con grandes momentos o situaciones de climax que lo mantengan a uno sentado en el borde de la butaca.
Si bien desde lo argumental se sostiene durante todo su desarrollo, algunos diálogos aparecieron algo forzados y poco elaborados, y por momentos la trama se vuelve predecible.
Los efectos especiales, además, aunque están bien logrados y son un elemento importante que sirve de marco para el desenvolvimiento de los hechos y los personajes, no se destacan especialmente ni presentan algo que no se haya visto con anterioridad.
Esto, junto con la resolución demasiado simplista y abrupta de ciertas situaciones hacen que, al final, la película no llegue a concretarse como la superproducción de acción o cine catástrofe que probablemente se esperaba.
Por otra parte, tal vez, esto haya favorecido el hecho de que el punto mas fuerte del film sea el mensaje que pretende dar el cual, a pesar de que en su versión original hacía mas énfasis sobre la violencia y las armas nucleares y en esta última se centra en el abuso del medio ambiente, se torna en un serio llamado de atención acerca de la soberbia y la excesiva desconsideración con la que habitualmente nos manejamos como especie, y el precio que podríamos llegar a pagar por ello.
En cuanto a las actuaciones Keanu Reeves logra un perfecto Klaatu, dado que el personaje es frío y aparentemente imperturbable y eso, a Keanu, le sale muy fácilmente.
En el papel de la Dra. Helen Benson está la bellísima Jeniffer Connelly que logra darle cierta calidez a su peronaje, pero que por momentos, quizás por ciertas deficiencias de dirección, pierde profundidad.
Junto a ellos están Kathy Bates como la soberbia Secretaria de Estado Regina Jackson en una interpretación que consigue ganarse la antipatía del público, Jaden Smith (uno de los hijos de Will Smith) en el rol de Jacob Benson (el pequeño lampazo insoportable), John Cleese como el profesor Barnhardt, Jon Hamm como Michael Granier y la participación estelar de Fabio Zerpa como él mismo.
La película fue dirigida por Scott Derrickson, quien ha dirigido antes cosas como "Hellraiser 2: Infierno" y "El exorcismo de Emily Rose", y que en este caso, a pesar de haber realizado un trabajo aceptable, para lo que podría haber sido esta producción le terminó faltando "punch".

Calificación: 3 Renegados (Buena. Entretenida y modernizada remake de un clásico, cuyo principal protagonista termina siendo el mensaje de alerta para una humanidad que aún no lo escucha).

Recomendaciones: Si a Ud. le gustan las películas de ciencia ficción, vaya, pero no espere salir deslumbrado.
Si Ud. es medio paranoico no vaya, capaz que le hace mal.
Si Ud. es de esos que desperdician agua, cortan árboles, tiran basura y maltrata animalitos, vaya, y piense que aunque sea una película algo de razón tiene y la culpa es de la gente como Ud..

miércoles, 7 de enero de 2009

Crítica de cine: CREPÚSCULO

Esta película está basada en un best seller que lleva el mismo nombre ("Twiligth" en idioma original) de la escritora Stephanie Meyer y, básicamente, narra una apasionada historia de amor al mejor estilo "Romeo y Julieta" (agarrame la camiseta) pero con ciertos ribetes sobrenaturales ya que, en este caso, el muchacho de la pareja en cuestión es, ni mas ni menos, que un vampiro.
Debo aclarar que vi esta película sin haber leído el libro (esos libros así con historias románticas son para las mujeres y los putos) por lo cual no podría juzgar si han realizado una buena adaptación o no.
Lo que si podría decir, y no hay que ser un experto para darse cuenta, es que, por la forma en que se van desarrollando los acontecimientos, se hace muy notorio que quisieron meter toda la historia junta en una cinta de algo mas de dos horas, sin prestarle demasiada atención a algunos detalles boludos como ser, por ejemplo, que quedara algo bien armado.

La trama se centra en las vivencias de Isabella Swan (Bella para los amigos), una joven y medianamente potable adolescente que, gracias a que a su descocada madre le da un ataque de pendejez y decide juntarse con un tipo para irse a revolear la chancleta por ahí, debe irse a vivir con su padre al pequeño, aburrido, siempre húmedo, y gris poblado de Forks.
Allí, luego de instalarse, de pensar mil y una maneras de matarse por tener que vivir en ese pueblucho de porquería, de darse cuenta de que la relación con su padre sigue tan distante como siempre, de reencontrarse con su amigo indio de la infancia que ya creció y se nota que ahora le tiene ganas, y de inscribirse en el colegio para continuar con sus estudios, Bella, poco a poco y no sin cierta dificultad, comienza a adaptarse y a aceptar su nueva vida; tanto que ya en su primer día de clases logra integrarse a un grupo de jóvenes medio aparatos que se le pegaron ni bien puso un pie en el colegio, y a los cuales ya nunca mas se pudo sacar de encima.
Con ellos, durante la hora del almuerzo, la joven se estaba poniendo al tanto de quien sale con quien, quien se mueve a quien, quien está embarazada, quien se la come, quien le mete los cuernos al otro y demás pintorescos chusmeríos del pueblo, cuando llega al comedor un grupo de jóvenes muy particular que llama su atención de inmediato (mas que nada porque eran todos tan pálidos que parecían haberse revolcado en harina antes de salir), en especial uno de ellos, de nombre Edward, que le resulta intrigantemente atractivo y que con solo mirarlo le provoca cosquillas en la chucha.
Sus amigos le cuentan que son los hermanos Cullen, y pertenecen a la familia mas pudiente y aristocrática del pueblo. Un clan bastante cerrado, de costumbres algo extravagantes y muy poco afectos a relacionarse con otras personas pero que, en definitiva, no joden a nadie a pesar de que miran medio raro a todo el mundo.
Un día al llegar a una de sus clases, Bella nota que su suerte cambia al ver que le toca compartir banco con Edward.
"¡Upa la lá! ¡Pelito pa’ la vieja!" murmura mientras se peina un poco y se acomoda en el banco re entusiasmada y caliente como negra en baile.
Pero Edward la mira medio de reojo y empieza como a hacer arcadas y a poner cara de culo.
Bella no entiende nada y se empieza a oler el pelo y los sobacos para ver si tenía olor a mugre, pero no siente nada.
Edward sigue retorciéndose en su lugar mientras la mira como con odio y cara de asco.
La joven, desconcertada, se saca las zapatillas y las huele, se pasa la mano por sus lugares pudendos y se huele los dedos, pero sigue sin entender que cuernos le pasa al pibe porque el olor no es para tanto.
Finalmente Edward se levanta y sale corriendo.
"Será puto" piensa Bella, pero igual se queda recaliente y decide que la próxima vez que lo vea lo va a confrontar para pedirle explicaciones.
Después de varios días, vuelven a encontrarse en la misma clase.
Bella se sienta en su lugar y antes de que pueda decir nada Edward le manda un "Hola linda ¿Qué acelga? ¿Todo viento? Mi nombre es Edward ¿Viste que tiempo loco? Como llueve eh ¿De que signo sos? ¿Estás avivada? ¿Te dejás?" y cosas así con muy buena onda.
La mina no entiende nada, pero está tan caliente con el flaco que le importa tres carajos todo y lo mira haciéndole caída de ojos y poniéndole constantemente caras de gata en celo.
A partir de allí y con el correr de los días, ambos van sintiendo que una extraña e irrefrenable atracción por el otro va creciendo cada vez mas, haciéndose cada vez mas difícil de ocultar y de controlar.
Sin embargo para Bella, Edward aún continuaba siendo un gran misterio. Un misterio que la recontra calienta, pero un misterio al fin.
Un misterio que comenzaría a develarse cuando un día, mientras se estaban haciendo ojitos a la distancia como dos boludos en el estacionamiento del colegio, una camioneta fuera de control amenaza con dejar a Bella hecha puré contra otro auto, y Edward, que estaba como a veinte metros, llega corriendo, se interpone en su camino y detiene la camioneta con una sola mano.
A partir de ese momento, Bella, que era muy suspicaz, comienza a sospechar que hay cosas muy extrañas acerca de Edward, y decide que es hora de saber la verdad, porque está bien que es medio facilonga pero no es cuestión de entregarle el rosquete a un tipo lleno de secretos tampoco.
Así, investigando en Google, leyendo libros, y atando cabos, finalmente la joven llega a una estremecedora conclusión.
Al día siguiente busca a Edward y se van a un sitio apartado en medio del bosque.
Allí, ella le dice "Lo se todo".
"¿Qué sabes?" le increpa Edward.
"Nunca estás cuando hay sol, nuca comes, sos mas rápido que la mierda, tenés una fuerza sobrehumana, los ojos te cambian de color, tu piel de distinta …" dice Bella con decisión "Es obvio".
"Bueno… decilo" dice Edward haciéndose el dramático "¡¡Decilo!!"
Bella, con una mezcla de angustia y temor le dice "Vos sos....... ¡Supermán!"
Edward cae de espaldas haciendo ¡Plop!.
"No nena no. Pensalo un poquito mejor" le dice algo impaciente.
"¡¡Entonces sos un mampiro!!" grita Bella que hablaba como el culo.
"Bingo" dice Edward "Y ahora que lo sabés ¿No me tenés miedo?"
"No" dice ella muy romántica "¿Por qué debería temerte?"
"Porque desde que te vi que te la quiero chupar" dice Edward mientras se relame.
"¡Ay, yo a vos también!" exclama Bella muy regalada y escupiendo el chicle.
"Yo me refiero a tu sangre" aclara Edward un poco nervioso porque era medio nabo.
"Ah perdón" responde Bella un poco avergonzada, mientras se vuelve a poner de pie y se limpia el pasto de las rodillas.
A partir de ese momento Edward y Bella deciden que ya no quieren ni pueden seguir privándose de vivir plenamente su amor, aún sabiendo que deberán afrontar grandes riesgos y peligros, incluso algunos que podrían poner en riesgo sus propias vidas.

La película en general promete mucho mas de lo que termina entregando, y es muy evidente que está dirigida a un público muy determinado, compuesto fundamentalmente por minitas adolescentes que todavía sueñan con amores imposibles y esas cosas así muy mariconas (Apuesto a que el protagonista tiene un Club de Fans cuya presidenta es una gorda de cachetes rosados y anteojos que anda siempre con un poster del chabón en la mano).
Tiene un ritmo lento, aburrido por momentos, y el tono sobrenatural que podría ser el punto fuerte de originalidad, no alcanza como para disimular el tedio que generalmente resultan las películas de tinte decididamente romántico.
El argumento termina siendo bastante pobre y simple, con personajes poco desarrollados, licencias acerca del vampirismo no del todo convincentes, y situaciones que se suceden casi porque si, en un notorio afán por intentar mostrar todo que termina mostrando bastante poco.
Los efectos especiales son de lo mas pobre que se ha visto en los últimos tiempos, y junto con las, por momentos, terribles caracterizaciones y maquillajes, denotan una evidente falta de presupuesto y/o una muy mala producción.
La familia de vampiros parece un grupo de emos afiebrados, y la primera vez que aparece el Dr. Carlisle directamente es una joda. El tipo mas que un vampiro parece una etatua viviente de la calle Florida.
En cuanto a las actuaciones, van muy de acuerdo con el resto de la película por lo monótonas y desabridas.
En el papel de Bella está Kristen Stewart que si bien por momentos resultó convincente, en muchos tramos no logró darle a su personaje la profundidad necesaria. Creo que su mejor momento lo tiene en la escena en la que se patina y se cae de culo en el barro, a la salida de la casa.
Como Edward, el vampiro enamorado, lo tenemos a Robert Pattinson un joven actor que tiene la expresividad de una toalla, y que por alguna extraña razón está convencido que ser un vampiro es ir por el mundo abriendo mucho los ojos y frunciendo los labios como si estuviera constipado.
Junto a ellos están Peter Fascinelli como el Dr. Carlisle Cullen, Billy Burke como Charlie Swan, Elizabeth Reaser como Esme Cullen, Ashley Greene como Alice Culen, Kellan Lutz como Emmet Cullen, Jackson Rathbone como Jasper Cullen (Si ven la película deténganse en la cara de este pibe por favor. Su interpretación es un chiste), Nikki Reed como Rosalie Hale y Cam Gigandet como el malvado James, entre otros paquetes.
La película fue dirigida por la Sra. Catherine Hardwicke que seguramente en su vida debe haber leído mucho a Sidney Sheldon, y que en lugar de dirigir películas debería irse a lavar los platos.

Calificación: 2 Renegados y medio (Regular. Floja adaptación de una novela con demasiadas pretensiones. Intenta ser una gran historia de amor con un fuerte componente sobrenatural, pero termina quedándose a medio camino en todo).

Recomendaciones: Si a Ud. le gustan las buenas películas de vampiros modernos, no vaya porque va a salir re caliente. Acá no hay ni un colmillo.
Si Ud. es una adolescente y sus hormonas hierven como en un caldero, vaya, que seguro la va a pasar bárbaro y va a salir diciendo que es un peliculón.
Si Ud. es un romántico incurable y le encantan las historias de amor vaya, pero sepa que está a un paso de ser gay.
Si Ud. es un vampiro, debería demandar a los que hicieron esta película. Seguro que se gana unos mangos.

lunes, 5 de enero de 2009

Y ahi vamos otra vez...

Bueno, ya está.
Ya se terminaron las benditas fiestas y es hora de volver a la dolorosa rutina de nuestras infelices vidas.
Se acabó el tener que andar pensando en comprar regalos, el permitirse atiborrarse de cualquier cosa en abundantes comilonas sin sentir remordimiento, el beber como si fuera la última vez, el saludar afectuosamente a parientes y conocidos que nunca vemos, y el aparentar ser tan buenas personas que a todo el que se nos cruza le deseamos "Felicidades".
Ahora ya todo vuelve a la normalidad y, al menos, uno vuelve de a poco a ser quien fue hasta mas o menos el 20 de Diciembre del año pasado.
Sin embargo, y disculpen si les escupo el asado, pero esto aún no termina.
Todavía falta algo por atravesar.
Queda una última batalla que librar, antes de dar por finalizada definitivamente la época fiesteril.
Me estoy refiriendo, por supuesto, al reconocido y temido S.P.F. o "Síndrome Post-Fiestas", un verdadero flagelo causante de mas muertes por suicidio que las fiestas mismas.
Por si no están enterados de su existencia, permítanmen que los ilustre.
El S.P.F. es un "algo" (disculpen si uso un lenguaje muy técnico) que suele manifestarse con mayor intensidad en los días posteriores a la finalización de las fiestas, fundamentalmente en ciertos momentos puntuales como por ejemplo en aquellos durante los cuales uno va tomando conciencia de que todo vuelve a empezar, que no cambió nada, y que su vida apesta.
Podría definirse básicamente como una especie de sensación mental residual, mezcla de depresión, melancolía, bronca y dolor de panza, que provoca una necesidad casi inconsciente de retrotraerse al ambiente vivido durante aquellos días festivos, en contraposición con el momento actual, que suele ser muy patético.
Es "eso" (sigo con el lenguaje técnico. Disculpen) que nos impide abandonar del todo lo vivido durante las fiestas y nos remite constantemente a ellas, como un sabroso eructo que nos recuerda ese plato delicioso que comimos hace rato.
Es una "cosa" (Uy, perdón, otra vez. Es que me traiciona mi intelectualidad) que mucho mucho no se entiende, pero que está ahí, y que nos hace sentir bastante miserables.
Lamentablemente, la ciencia hoy no cuenta con un tratamiento eficaz para combatir este azote y todos, en mayor o menor medida, podemos vernos afectados por el síndrome, incluso aquellas personas a las cuales las fiestas no las enloquecen ni las emocionan (Gente así medio mal llevada y un poco amargada, pero no por eso menos encantadora, tipo, no se … yo), y en cualquier momento podemos sucumbir ante sus síntomas (Angustia, sensación de que después de todo las fiestas no son tan malas, ganas de mandar todo al carajo, síndrome de abstinencia de feriados, sueño alterado, baja autoestima por verse tan gordo, odio irracional al volver al trabajo, prurito, mareos, cefaleas, retorcijones de estómago, ganas de llorar por ser pobre y tener que trabajar para vivir, mareos, cefaleas, repetición de cosas que ya se escribieron, acné y, eventualmente, asesinato, suicidio, o ambas en cualquier orden).
Cabe destacar que, si bien el S.P.F. afecta a la mayoría de la población medianamente sana, es mucho mas peligroso (casi mortal si no se trata a tiempo) en aquellas personas que ya en estos días cuentan con la certeza absoluta de que, por otro año mas, no tendrán la fortuna de poder gozar de unas relajantes vacaciones en un futuro próximo, casos estos que pueden detectarse fácilmente por la aparición de unos síntomas muy característicos como ser el "Deseo ferviente de que llueva a cántaros en toda la costa y lugares turísticos" y "Deseos de rompedura de piernas y diarreas varias dirigidos a todos aquellos que inmerecidamente si puedan irse de vacaciones y la puta que los parió".
Según los últimos estudios realizados en la Universidad de Sarassasasasa, la única solución eficaz conocida hasta el momento para el S.P.F. es la paciencia, dado que el síndrome disminuye la intensidad de sus brotes conforme pasan los días y la persona asume que todo es pasajero y que la vida continúa.
Así que, si por casualidad durante estos días se estuvieron sintiendo medio raros y no sabían a que atribuírselo, quedensé tranquilos que no es que se intoxicaron con lechón, o les pegaron mal esas cositas raras que fumaron. Simplemente es el S.P.F. y, con suerte, en unas semanas se termina.

Por eso ¡¡A no desesperarse y a ponerle onda a la cosa!!

¡¡Arranquemos con todo!! ¡¡Vamos!! ¡¡Con ganas!! ¡¡Con fuerza y optimismo!!

¡¡¡Vamos que esto recién empieza!!!

¡¡Vamos con todo!!


Bueno …. Ustedes …. Yo todavía tengo fiaca …



P.D.: Recuerden que en el día de mañana, SI O SI, se debe desarmar el arbolito.
De no hacerlo su hogar será maldecido con alguna de las siete plagas del Apocalicse. En serio. Lo dice la Biblia.
También ya a partir de mañana sería buenos que todo el mundo empiece a retirar los adornos, las lucecitas y los motivos navideños de las casas, jardines, vidrieras, plazas, y lugares públicos, porque no hay nada mas deprimente que seguir viendo todo eso puesto día tras día aún cuando la Navidad ya pasó hace rato. ¡¡Asuman que ya terminó todo por el amor de Dios!!. Gracias.