viernes, 30 de marzo de 2007

Te estoy mirando ...

Por mas que uno quiera abstraerse, resulta prácticamente imposible hacerlo.
Salen artículos, extensos a veces, en diarios y revistas de actualidad, los programas lo comentan y hasta le dedican bloques especiales, los intelectuales lo analizan, los analistas lo intelectualizan, la gente lo consume masivamente, levantás una piedra y está ahí, y aparentemente se ha convertido en una parte importantísima en la vida de muchas personas.
¿Estoy hablando del problema con los radares?
Nooo!!. ¿A quien le puede importar que se hagan mierda un par de avioncitos, con unos cientos de tipos a bordo?.
¿Me refiero acaso a la truchada de los índices del INDEC puestos a dedo por el gobierno, para que se los crea la gilada?
Noooo!!!. Eso no existe. Este gobierno es transparente como el cristal mas fino.
¿Estoy haciendo alusión a las trágicas consecuencias de la falta de gestión en las provincias que están tapadas por el agua, a pesar de que hace no mucho tiempo esto ya había pasado?
Nooooo!!!!. Para que hacerse problemas si, tarde o temprano, el agua se va a ir.
De lo que estoy hablando, es de ese verdadero fenómeno cultural, llamado Gran Hermano.
Y digo fenómeno, porque es fenomenal el grado de pelotudez mental que debe padecer una buena parte de la población, para colgarse a ver lo que hacen un grupo de muertos de frío rascándose las pelotas encerrados en una casa.
Si me dijeras que son gente interesante, que se yo, tipo un asesino serial, un travesti esquizofrénico, un enano caníbal, un chino pirómano, un guerrero Klingon, y un teletubbie, bueno, te concedo que sería algo digno de verse; pero estos son unos nabos de lo mas común, silvestre y sin gracia que se puede encontrar cualquier día, en cualquier esquina de cualquier barrio.
Y ya se lo que mas de uno estará pensando en este momento (además de "¿cómo es que este tipo insiste en escribir tantas pelotudeces?" y si se diera el caso de que haya mas de una persona leyendo esto): "Ahhh, lo critica, lo critica, pero lo mira"; y esto dicho seguramente poniendo carita de superado entendedor de todo, torciendo así la boquita y levantando una ceja.
Bien, querido lector mal pensado y gesticulador, le diré que si, lo he visto de tanto en tanto, primero porque no soy de los que critican algo sin conocimiento de causa (como hacen muchos), y segundo porque soy muy curioso y me intriga saber que carajo es lo que tiene de interesante (y también porque haciendo zapping, una vez enganché a una que se estaba bañando y me quedé mirando un rato).
Además, tal vez todavía haya personas por ahí que desperdician su tiempo mirando un documental, o una serie pedorra, o un noticiero, o quizás algún degenerado que en su tiempo libre ¡lee un libro! y no saben de que se trata; y dado que este es un blog de servicios, debo proceder a ponerlos al corriente para que no se queden afuera de esas conversaciones de oficina tan interesantes, merced a las cuales pierden la mayor parte del día laboral para después quejarse que no les alcanza el tiempo para hacer lo que tienen que hacer, y por lo que se les paga el sueldo.
Bien, yendo directamente al tema en cuestión, así a primera impresión, de acuerdo a lo que he visto, parece que cuando entraron a la casa eran unos cuantos, y después como que los fueron echando, no se bien si porque tenían olor a pata, porque no echaban desodorante después de ir al baño, porque expelían gases en la mesa, porque hablaban con la boca llena, o por qué motivo, pero les fueron dando el olivo.
De esta forma, se quedaron afuera uno rubio de pelo largo que se cree un adonis y es mas feo que apretarse la poronga con un cajón; una minita que tira las cartas y habla con los ángeles (una loquita... pobre); una que andaba con Sergio Denis, y que como lo extrañaba mucho le regaló una flor de cornamenta para que se acuerde de ella, dos o tres pibes con cara de boludos que se creen re interesantes, una mina con cara de Droopy que aparentemente es mas mala de la fiebre amarilla, y que tiene un tic muy raro que la lleva a pasarse la mano por delante de la cara repetidas veces, (otra tocada..., pobrecita), una morochita tetona portadora de un lomazo que está para darle hasta ponerse viejo, y no se quien mas. Pero hay más, eso seguro.
Estos especímenes, hoy por hoy y gracias a su estadía en "la casa", viven de sacarse fotos medio en bolas para revistas berretas de chusmerío, y de hacer notas y contestar pelotudeces en cuanto programejo medio pelo haya en pantalla.
Los que quedaron adentro, en cambio, se han convertido en las nuevas estrellas del firmamento mediático de nuestra televisión.
Son nuestros héroes modernos. Nuestros gladiadores de la convivencia.
Los nuevos modelos para nuestros hijos, que se pasan el día mirando esta boludez porque los papás también lo miran y lo comentan.
Ellos son (y averigüé los nombres en internet, porque no los conozco a todos, salvo a la tetona):
Diego: un groncho ex convicto, mas ordinario que un canapé de mondongo, que vive en calzones, puteando, escupiendo en el piso, hablando todo así con la "eshe" muy fiel a su idiosincrasia y pretendiendo ser bueno, gracioso y simpático.
Sebastián: un flaco gay confeso, con mucha pinta de gay, poses de gay, movimientos de gay, cara de gay, voz de gay, y que si no confesaba, igual se iba a notar que se la comía porque es muy puto.
Gabriel: un flaquito cara de nada que se la pasa (ad)mirándose en los espejos y que es mas intrascendente que una galleta de arroz.
Juan: un cordobés que parece Robbie Williams después de haberse excedido en una cama solar, adonde fue luego de haber sido cagado a patadas en la jeta.
Y Jonathan: un flacucho puro ojo, puro pelo, cara de hambre, y con menos onda que una bandera de chapa, con pinta de ser uno de esos roñosos que hacen malabares en los semáforos y después te piden monedas.
Las chicas, por su parte, son:
Mariela: una morochita oriunda de Salta, bastante potable, y en apariencia bastante rapidita, ya que se comió a un par de compañeritos sin ningún pudor ni miramiento.
Marianela: una flaca (por decirle de alguna manera) cachetona así tipo Quico, que se come todo lo que le ponen enfrente que sea comestible y que, aparentemente, se ha convertido en la heroína del pueblo, vaya uno a saber por qué.
Jessica: una gordita petera muy alzada, a quien llaman "Osito" (no se si porque es gorda y petisa como un panda, o porque es mas peluda que yo), que vive en celo y que no tiene empacho alguno en andar mostrando su gigantesco culo, el cual bien podría trabajar de doble de riesgo de la cara de Toti Cilliberto gracias a su notoria y excesiva celulitis.
Claudia: una rubia con cara de gato semi fino, que parece que estaba afuera pero la metieron de nuevo porque había que poner un culo mas o menos agradable a la vista, ya que la repetida visión del culo de la gordita estaba espantando al público.
Bien, este es el elenco de esta auténtica obra maestra de la televisión moderna.
El programa consta en ver que hace esta gente durante todo el día, las 24 horas.

…………………………………

Bueno. Eso.

...……………………….……..

¿Qué? ¿Esperaban algo mas complicado? No, no. Es ESO el programa.
A veces sale una voz (será Dios, no se bien) que les hace hacer cosas a cambio de comida, como si fueran monos de circo o focas de Mundo Marino, y cada tanto los encierran en un cuartito para que hablen mal de los otros y los nominen para ser expulsados de la casa, fomentando así la mala convivencia, el rencor, la traición, la falsedad y la mentira; pero mas allá de eso, no hay mucho mas para contar.
En base a eso (si, si … es eso solo … no le busque mas vueltas señor), se hace un programa semanal conducido por un gordito canoso que se cree recontra gracioso, y que cuenta con un panel de "notables" que intercambian opiniones y profundas filosofías sobre el fenómeno psicosocial que conlleva la experiencia, poniendo cara de serios y entonando las frases como si estuvieran discutiendo el desarme mundial.
A su vez, creo que una vez a la semana, hay otro programa especial donde "el público" (supuestamente), mediante un SMS vota para sacar de la casa a uno de los participantes que resulten nominados por sus compañeros, programa éste que es conducido por esa alimaña rastrera, desagradable, y absolutamente carente de todo talento, que es Jorge Rial (¿¿¿¿Y por que carajo mira para los costados cuando habla???? ¡¡Qué tipo insoportable y asqueroso!!!).
Cuando sale el eliminado, debe caminar por una especia de pasillo o plataforma rodeado por todo tipo de gente que lo vitorea, lo alaba, lo admira, e intenta tocarlo como si fuera una especie de objeto milagroso.
Varias decenas de señoritas pronuncian su nombre dando grititos, chillidos, y alaridos procurando que se acerque y las salude, en un espectáculo realmente patético y decadente que roza la vergüenza.
Todo esto fruto del enorme mérito de haber permanecido un tiempo determinado confinado en una casa, haciendo absolutamente nada productivo ni importante.
Una verdadera joya, que pinta de cuerpo entero los valores de esta sociedad en la que nos encontramos inmersos.
ESO es todo el programa.
Eso, es de lo que habla todo el mundo.
Gracias a eso, hay algunos que la están juntando con pala.
Eso, es lo que hace que yo me pregunte "¿Por qué a mi no se me ocurren cosas así?".
En fin, hasta ahí mi modestísimo aporte sobre el tema, como para que no se queden con cara de nada en las ruedas de charla de la oficina, el club, o el té de las cinco con amigos paquetes.
Mucho mas no sé.
Si quieren averiguo algo mas (porque como ya he dicho, yo me debo a mi público), pero no demasiado porque tengo otras cosas mucho mas importantes que hacer, como por ejemplo rascarme la oreja o dormirme en el sofá.
Y ahora me retiro porque ya empieza Gran Her….. ejem … digo … un documental muy interesante en Dicovery sobre la influencia de la civilización pituitaria en la cultura entomigraica de las sociedades hipotenuzas occidentales.


Porque yo miro esas cosas culturales.

No como otros …

Adiós.

martes, 27 de marzo de 2007

Cuentitos infantiles ( se acaba...)

Y si. Todo lo que tiene un principio, tiene un final. Y esta obra no es la excepción.
Este es el último capítulo de esta apasionante (y cuando digo apasionante quiero decir "larga, incoherente, y patética") historia.
Y es lamentable ya que, gracias a ella, he logrado el reconocimiento público, y uno se acostumbra muy rápido al afecto de la gente por la calle, a los gritos de aliento, los saludos cordiales y a esos apodos cariñosos como "atorrante", "nabo", "horrible" y demás.
"¿No te da vergüenza atorrante?" me grito un señor el otro día.
Y no, le respondería yo, no me da vergüenza escribir un éxito. Me llena de placer.
"¡¡Sos horrible flaco!!" exclamó una señora desde la vereda de enfrente, al tiempo que me arrojaba una naranja.
Y si, puede ser. Con esto de escribir tanto he descuidado mi alimentación, y he perdido peso. Pero la gente se preocupa por mi salud, y me lo hace ver de esa afectuosa manera, alcanzándome alimentos.
"¡¡No escribas mas que das asco!!" alcancé a escuchar desde un automovil que me pasó finito, pisando un charco y llenándome de salpicaduras de lodo.
Seguramente lo que el señor quiso decir es que mejor que deje de escribir un poco, para darle la oportunidad de dar a conocer sus obras a otros autores. Seguro que lo que dijo fue "das cátedra", pero yo escuché "das asco" por el barro que se me habia metido en la oreja. Es que suenan parecido.
En fin; así está la cosa. Esto termina hoy.
Lo siento, pero algún día se iba a acabar. Por favor no se pongan melodramáticos y llorones.
No prometo nada, pero puede que en algún momento retome esta nueva vocación de escribir cuentos, ya que como autor, me debo enteramente a mi público, de la misma manera que como usuario me debo a la compañía de luz, a la de gas, al cable, a la telefónica, y demás chupasangres usureros que insisten con eso de que debo darles dinero a cambio de sus intangibles servicios. (Como se abusa alguna gente, por favor.)
En el caso de que esta vez sí haya alli algun nuevo lector (algo que dudo muy seriamente), y dado que hoy me levanté mas bueno y comprensivo que de costumbre, aquí dejo los links a las primeras partes: Capítulo I, Capítulo II. (La segunda es medio al gas ya que está acá abajo nomás, pero es que cuando estoy bueno no tengo límites).

Y concluye de esta forma (hagan silencio y apaguen los celulares):

- ¿¿Qué significa esto?? – increpa la vieja, turbada ante la dantesca escena y abriendo los ojos como el dos de oro.
- ¡Te juro que esto no es lo que parece! – se ataja Ernesto, mientras hace equilibrio intentando ponerse los pantalones.
- Claaaaaaaaro. Ahora me negás, ¡después de lo que pasó entre nosotros!.– reclama el lobo que ya ni sabe quien es.
- ¡¡¡Ah nooooo!!! ¡¡¡Pero vos sos un hijo de puta!!! – grita la abuela ofendida.
- No Chochita, dejame que te explique … - dice el leñador mientras recula – Te juro que no me di cuenta, me confundí, fue un error …
- ¡¡Ah bueeeeno!! … ¿¿Así que ahora soy un error?? ¡¡¡Sos una basura Ernesto!!! – dice el lobo, antes de ponerse a llorar de nuevo a los gritos tirado en la cama.
- ¡¡Sos un cretino!! ¡¡Yo te corto los huevos!! – amenaza la despechada abuelita, cogoteando en busca de algo con filo.
- ¡¡¡No Chocha, esperá … no hagas una locura!!! – grita Ernesto sintiendo un vértigo en la entrepierna.

En ese momento alguien golpea la puerta. Todos hacen silencio.
La vieja se pone una bata (gracias a Dios) y contesta por el portero eléctrico.

- ¿Quién eeees? – pregunta la vieja con voz temblorosa.
- Soy yo. Tu nieta. Abrí. – responde Capita de mala manera.
- ¡¡Es Capita!! – dice sobresaltada la abuela.
- ¡¡Escapemos!! – dice el leñador.
- ¡¡Escarapela!! – dice el lobo dando un saltito, pensando que estaban jugando a formar palabras que empezaban con "esca".
- Abrime que me estoy meando – grita Capita siempre tan fina.
- Si, si... Ya te abro querida – responde la abuela medio nerviosa.
- Bueno, yo me voy yendo eh. Te llamo Chochita – dice el leñador haciéndose bien el sota y voleando una pata por una ventana.
- Claro, andate así nomás. Ni un beso, ni una flor … Nada … Total … – gime el lobo haciendo pucheros y ya poniéndose medio pesadito.
- ¡¡Vos no te vas a ningúna lado infeliz!! - lo ataja la abuela – Ahora despacho a mi nieta enseguida y vamos a arreglar esto.

La vieja se arregla un poco los escasos pelos que tiene, se acomoda mas o menos la bata y abre la puerta poniendo su mejor cara de pelotuda.

- ¿Qué hashé veterana? Tomá. Acá mi vieja te manda muñuelo y bola de fraile – encara la horrible niña.
- Aaaahhhh, ¡¡Pero que amablesss!! Bueno. Gracias. Chau querida. Saludos a tu mami – dice la vieja entrecerrando la puerta con claras intenciones de dejarla afuera.
- ¡¡Eeehhh pará vieja loca!! ¿Qué hacés? ¿No escuchaste que te dije que me estaba meando? Dejame pasar que me tengo que echar un cloro – dice Capita.
- N-no, es que … ¿Sabés que pasa? Se me tapó el inodoro ¿Viste? Y, y … Esteeemm … Y es un desastre ¿Viste? – miente la vieja.
- ¡¡Pero yo me estoy meando!! – dice la niña entrecruzando con fuerza sus velludas piernas.
- Y bueno, n-no se … Andá allá atrás de las plantas. ¿Qué sos fina ahora? – increpa la anciana.
- Pero, pero … ¡¡Ta bien!! ¡¡Metete tu baño en el orrr…!! – rezonga Capita mientras corre presurosa y dando pasitos cortitos hacia los arbustos del bosque.

La vieja cierra la puerta y encara al leñador y al lobo, que siguen discutiendo bajito sentados en la cama.

Lobo (sollozando de brazos cruzados y dándole la espalda): Sos igual a todos …
Ernesto: No, te juro que no … No te quise hacer daño … Estaba borracho … Entendeme …
Lobo (puchereando): Si, si, claro … Siempre hay una excusa … Y "la tonta" siempre tiene que comprender todo ¿no? … Claro … Siempre es así …
Ernesto (con la voz quebrada): Perdoname… Estaba confundido … No va a volver a pasar...

- ¿¿¡¿¡¿¡Pero que carajo le tenés que andar dando explicaciones a él Ernesto??!?!?! ¿¿Qué te pasa?? – interrumpe la anciana.
- N-no, no se, me da pena verlo así – dice el sensible leñador.
- ¿¿¿Pena??? ¿¿¿¿PENA???? ¡JA! Ahora resulta que estás conmigo por ¿¿¿PENA??? ¿Cuánto mas me vas a lastimar Ernesto? Decime por favor, a ver ¿¡Cuánto mas!? – grita el lobo re dramático y ya muy trolo.
- No… perdoname … No fue lo que quise decir – dice el leñador, que no deja de meter la pata.
- ¿Y a mi caradura? ¿A mi no me vas a pedir perdón? – increpa la vieja.
Si, si … Perdoname vos también Chochi … Perdoname – repite el buen hombre.
- Esto no puede seguir así Ernesto. Decidite. Es ella o yo – dice el lobo completamente desubicado.
-¿¿¿Y quien carajo sos vos para darle a elegir? ¿Qué mierda te pasa??? – le chilla la vieja medio sacada.

El lobo la mira en silencio y haciendo trompita.
El leñador mira al lobo y mira a la vieja. Mira al lobo. Mira a la vieja. Piensa. Mira al lobo. Piensa. Mira a la vieja.

- ¡¡Ah nooooooo. No me digas que encima hasta tenés el tupé de pensarlo!! – grita la anciana.
- No, no … Claro que no – dice el leñador. Baja la vista, y toma a la anciana de la mano.
- Está bien. Entiendo... – dice el lobo con la voz entrecortada – Está muy claro que aquí hay alguien que está de mas, y esa... soy yo.

Intentando disimular sus lágrimas y conservar la poquísima dignidad que le queda sana, el derrotado animal decide partir.
Coloca algunos conjuntos de lencería, un par de zapatos de taco aguja, maquillajes, y un secador de pelo en una cartera y se dirige cabizbajo hacia la puerta.

- ¿Qué hacés? ¡Esas cosas son mías! – reclama la abuela.
- ¡¡¡Pero por favorrr!!! Ya me quitaste al amor de mi vida, ¡¡Y ahora además te preocupás por estas pequeñeces!!. ¿Por qué me odiás tanto Ofelia? ¿¿Por qué?? – dice el lobo sollozando novelescamente.
- ¿Qué? ¡¿¡¿Pero que te pasa loco de mierda?!?! – contesta la sorprendida vieja.
- ¡¡¡Nosotras éramos como hermanas Ofelia!!! ¡¡¡Como hermanas!!! – continúa el lobo a los gritos, entre mocos y llanto.
- ¿¿¿¿Queeé???? Pe-pe-pero... ¡¡¡Estás completamente desquiciado!!! – exclama la nona mirándolo de arriba abajo con cara de no entender un comino.
- Dejá … Dejalo así … Ya está … Ganaste … Espero que estés feliz. Algún día Ofelia … Algún día … – dice el lobo mientras abre la puerta.

En el preciso instante en que el lobo abre la puerta, se encuentra cara a cara con Capita que volvía de hacer sus necesidades, secándose las manos con la falda de su vestido.

- ¿Qué hacé vo' acá? – pregunta la niña, manoteando inmediatamente su arma.
- Nada. Ya me voy. – dice el lobo emocionado, mientras dirige una última mirada al leñador que está de pie junto a la abuela, en silencio – Adiós para siempre....

Ante la atenta y callada mirada de todos, el entristecido animal camina lentamente hacia su ciclomotor, arrastrando las patas y ya sin poder contener el llanto.
Muy lentamente se coloca sus guantes y el casco, y se monta.
Inmediatamente en su rostro se dibuja un gesto de profundo dolor, y de sus entrañas surge un agónico gemido.
Se baja, y decide irse caminando, ya que le resulta imposible sentarse por obvias razones.
La tarde va cayendo en el bosque, una suave brisa hace danzar algunas hojas secas por el aire, y de fondo suena un tema triste de Evanescense.
De repente, un grito rompe el silecncio.

- ¡¡NO!! ¡¡¡ESPERÁ!!! – exclama el leñador con sus ojos enrojecidos, y echándose a correr.
- ¡¡¡¡¡¡ERNESTO!!!!!! – grita la abuela sorprendida.
- ¡¡¡¡A la marosca!!!! – dice Capita re-moderna.

El leñador llega donde el lobo. Ambos se miran en silencio, diciéndose todo con la mirada. Se sonríen, con un dejo de timidez. Se abrazan.
El leñador seca suavemente una lágrima de la mejilla del lobo.
Se toman de las manos y se marchan juntos, hacia la puesta del sol.

- Uuuuhhh. ¡¡¡Tu novio es puto abuela!!! – comenta Capita, muy oportunamente.
- No … no … No puede ser … Ernesto …. ¿Por qué? ¿Cómo? …. N-no puede ... – tartamudea la abandonada abuelita.
- ¡¡¡Que cagada eh!!! – dice Capita riendo a carcajadas, muy poco solidaria con su nona.

La abuela se queda mirando al horizonte en estado de shock, mientras las dos figuras se desvanecen en la distancia.

- Bueno, ya fue veterana. ¿Qué le vas a hacer?. Vení. Vamos a tomarnos unos mates – dice Capita tomándola de un brazo y sin dejar de reír.

Ambas entran a la casa.
La abuela se sienta a la mesa sin emitir sonido, y con la mirada perdida en el vacío.
Capita pone la pava en el fuego, y prepara el mate. Busca su canastita y comienza a sacar los buñuelos y las bolas de fraile que su mamá le había mandado traer.
En ese momento comienza a reír nuevamente. Primero despacito. Después mas fuerte. Hasta que finalmente larga unas carcajadas bastante guarangas mientras golpea la mesa con la palma de la mano.

- ¿De que te reís? – reacciona mas o menos la abuela.
- No nada – dice Capita casi sin aliento por la risa – Que si sabía que iba a pasar esto, en lugar de muñuelos y bolas de fraile… ¡te traia unos buenos CUERNITOS!.

La abuela se pone a llorar desconsoladamente.
Capita rie desaforadamente agarrándose la panza.
De fondo suena la música de Calabromas.

Y colorín colorado, esta pelotudez atómica, por fin se ha terminado.

THE END

jueves, 22 de marzo de 2007

Cuentitos infantiles (si ... sigue)

Dado el arrollador éxito de la primera entrega, y el incesante clamor de las masas enardecidas que no piden, sino que EXIGEN, que continúe la apasionante historia de Capita Azul, me veo en la obligación de hacer pública la segunda parte mucho antes de lo previsto. (Bueno, tal vez esté exagerando un poquitito. En realidad esto no le importa a nadie, pero ya lo empecé, y ahora lo tengo que terminar y asumir que como escritor soy un fiasco. Por ahí poniéndolo así alguno se lo cree y lo lee, así que sigo …).
No suelo responder a presiones, pero en este caso voy a hacer una excepción, dada la gravedad del caso, y las continuas amenazas a mi integridad física recibidas.
Lo que no llego a entender es por qué, si evidentmente lo único que pretenden es que no demore mas el descenlace de la historia, es que por la calle me gritan "Pagá lo que debés turro", "Andá a laburar atorrante" y "Si te vuelvo a ver cerca de mi mujer te rompo el alma gusano". ¿Qué tiene que ver? No sé. La gente está loca.
Esa irracionalidad y esa violencia sin fundamentos que sale a relucir ante la deseperación, francamente no la entiendo, y me asusta un poco.
En fin, por si hay algún leyente nuevo, le comunico que la primer parte está debajo de esta (de esssta… ), así que no pretendan que ponga un link. Bajen con la flechita, o con el RePag que es mas rápido, o con la ruedita del mouse si es que su mouse tiene ruedita, no sean vagos por favor. No se van a herniar por mover un dedo.
Y siéntanse libres de obviar la introducción si lo desean, y lean solo el cuento. Yo no me ofendo. Los detesto, y si los tuviera enfrente los escupiría en la cara, pero no me ofendo.

Bien. La historia continúa así:

Por supuesto, el lobo llega mucho antes a la casa de la abuelita.
Se acerca a la puerta y toca el portero eléctrico.
- ¿Quién es? – pregunta del otro lado la vieja.
- Cartero señora – dice el lobo.
- Pase la carta por debajo de la puerta – dice la vieja.
- Vieja de mierda – piensa el lobo. - Es una encomienda señora – le dice, reaccionando con buenos reflejos.
- Bueno, déjela ahí al costadito nomás que ahora viene mi nieta y la entra – retruca la vieja.
- Vieeeja hija de putaaaaa – dice por lo bajo el lobo fastidiándose.
- No puedo señora. Me tiene que firmar el recibido - contesta el cánido, que se ve que ya había trabajado repartiendo cosas antes.
- Bueno, ahí voy – dice por fin la anciana.

Veinticinco minutos despues llega hasta la puerta, y quita el seguro.
El lobo, encima re caliente por haber tenido que esperar tanto, se abalanza sobre la puerta tirando a la vieja al piso.

- ¡¡¡Vieja del demonio!!! ¡Hace una hora que me tenés ahí en la puerta! – aulla el lobo.
- ¡Por favor! ¡¡Por favor no me haga nada!! – implora la anciana, mientras ella sola comienza a desabotonarse el vestido.
- No, no te voy a hacer nada, pero … – dice el lobo.
-¡¡Ay por favor no!! ¡¡No me toque!! ¡¡No se atreva a abusar de mi!! – grita la vieja, sacándose el vestido y arrojándose culo para arriba en la cama.
- Ya te dije que no te voy a hacer nada. Y por favor vestite que recién comí – dice el lobo medio asqueado ante el deplorable espectáculo.
- Nooo, noooooo … ¡Por favor no!. ¿Qué pretende usted de mi, canalla? – exclama la anciana quitándose el corpiño y franeleando sus alicaídos pechos con sus manos, mientras gime y se refriega en la cama mirando al lobo de reojo.
- ¡¡¡Señora por favor!!! – grita el lobo medio descompuesto – ¡¡Vístase, tápese, cálmese, tápese, tápese!!.
- ¡AAAaaaahhhhh yeeesssssss!. ¡¡Ooohhhh my Gooooddd!! ¡Yes! ¡¡Yes!! ¡¡¡Yeeeeeessss!!! … ¡¡¡Aaahhhh!!! ¡¡¡Right there baby!!! ¡¡Oh yeeahh!! ¡¡¡Do it Do it!!!
– dice la vieja incontrolable y frenética, mientras realiza distintas poses sobre la cama.
- ¡¡Oh por Dios, que cosa espantosa!! – gruñe el lobo desviando la mirada y conteniendo las arcadas.

Luego dirigiéndose a la heladera, toma un sifón y comienza a rociar medio de lejos a la enardecida abuela con soda helada.
La vieja recupera mas o menos la cordura, y se tranquiliza un poco.
El lobo aprovecha el momento y, cubriéndola con una frazada para no tener que seguir viendo ese rugoso, añejo y desagradable cuerpo desnudo, la encierra en un armario ordenándole que haga silencio.

- ¡Lobo puto! – le grita la vieja.
- Te dije que no hagas ruido – rezonga el lobo.
- ¡Comilón tragaleche! – insiste la abuela.
- ¡Dije que te calles! – gruñe el lobo.
- ¡Tragasables, adorador del cañon de carne, trolo, soplanucas, homosesual, petero! – continúa la provocadora viejecita.
- Bueno, ¡basta! – grita el lobo, al tiempo que le aplica un violento cross de derecha al mentón que deja inconsciente a la erótica abuela.

De inmediato el lobo se viste con las ropas de la vieja, aprovechando que las habia dejado tiradas por ahí durante su número de streep tease, y se mete en la cama a la espera de la pequeña Capita.
Diez minutos despues tocan a la puerta.

- ¿Quién eeees? – pregunta el lobo aflautando la voz.
- Soy yo mi reina – contesta una voz muy gruesa del otro lado.
- ¿¿¿Quién??? – vuelve a preguntar el lobo desconcertado.
-¡¡¡Yo guachita!!! ¡¡¡Tu macho!!! – gritan del otro lado, al tiempo que abren la puerta de una violenta patada.

El lobo observa estupefacto desde la cama y tapado hasta la nariz, al enorme y musculoso leñador que cruza bamboleante la habitación en un muy evidente estado de completa ebriedad y ya con los pantalones desabrochados.

- ¿Quién es usted? – grita el lobo todavía aflautando la voz, con lo cual no hace mas que empeorar su ya muy comprometida situación.
- ¿¿Que quien soy?? ¡¡Como te gusta hacerte la dificil mami eh!! Jejeje ¡¡¡Ahora vas a ver quien soy!!!! – gruñe el enorme chongo, mientras se quita la ropa y la espuma chorrea de su boca.
- ¡¡No, un momento. Usted está confundido!! – dice el lobo, que en lugar de darse a conocer insiste en hablar afalutando la voz.
- Confundida vas a quedar vos viejita trola. No vas a saber ni como te llamás – le responde el leñador, ya completamente desnudo y subiéndose a la cama.

El aterrorizado lobo, ante la visión de semejante peligro acercándose, decide abortar urgentmente el plan, ya que es preferible dejar la venganza para mas adelante, que perder íntegramente su dignidad junto con su ahora terriblemente fruncido totó.

- ¡Momentito flaco! – grita el lobo ahora si con su voz original – Yo no soy quien vos creés. Así que ojito con ….

El infortunado lobo no llega ni a compeletar la frase.
Todo transcurre veloz y dolorosamente.
El leñador gruñe. La cama cruje. El lobo aúlla como nunca en su vida mientras deja las marcas de las uñas en la pared. La casa se estremece. Las aves se alejan del lugar espantadas.
Todo termina en custión de unos pocos minutos.
El leñador resopla, se prende un faso, y se dirige a la heladera a ver si hay algo para picar.
El lobo solloza aferrado a las sábanas.
El leñador vuelve con un sánguche de mortadela y queso, y un vaso de vino tinto.

- ¿Querés un cacho reina? – ofrece caballerosamente.
- ¡¡NO!! – chilla el lobo entre lágrimas y con voz finita.

En ese momento, el leñador que ya se encontraba algo mas lúcido, se queda observando detenidamente a su "amante".

- Que cambiada que estás Chocha – dice el leñador (la abuela se llama Ofelia pero le dicen Chocha). - ¿No te depilaste hoy no?.
El lobo sigue sollozando sin decir nada.
- ¡Que ojos tan grandes que tenés! – nota el leñador.
- Me quedaron así ¿Qué querés que haga? – grita el lobo llorando.
- ¡Y que nariz tan grande tenés! – continúa el leñador.
- ¡¡Dejáme en paz!! – dice el lobo en medio de una crisis de llanto.
- No, pero … ¡que orejas tan grandes que tenés! – insiste el leñador.
- Claaaaaaro. Ya te sacaste las ganas y ahora resulta que soy fea y tengo defectos ¿no? – grita el lobo un poco confundido.
- Pero fijate, ¡que boca tan grande que tenés! – repite el leñador mientras se termina el sánguche y eructa con la boca llena.
- ¡¡Basta hijo de puta!! ¿¿¿Ahora resulta que ya no te gusto??? ¡¡Andate!! ¡¡No te quiero ver mas!! – grita el lobo histérico y ya completamente poseído por el personaje.

En eso, de repente, desde dentro del placard surge la abuelita medio en bolas y tambaleante todavía por los efectos del piñón que le había metido el lobo.

- ¡¡Ernesto!! – dice la abuela sorprendida (el leñador se llama Ernesto).
- ¡¡Chocha!!
– dice le leñador poniéndose pálido.
- ¡¡Vos sos una vieja reventada!! – acusa el lobo señalándola con el dedo.


(continuará...)

martes, 20 de marzo de 2007

Cuentitos infantiles

Estábame yo el otro día manteniendo una muy entretenida charla vía MSN con mi señora hermana, cuando en un momento ella me sale con que, ya que me gusta escribir, podría inscribirme en uno de esos concursos literarios para escribir cuentitos infantiles porque, siempre según ella que aparentemente dejó de tomar sus medicinas, tengo una gran imaginación sumada a un "toque infantil" (¿?) lo cual me haría apto para dicha tarea.
No conforme con eso, sugirió también que, aprovechando mis dotes para el dibujo, podría realizar además las ilustraciones yo mismo.
Ahí mismo la frené, por temor a que se embalara y me propusiera también que elabore mi propio papel, construya un edificio donde ubicar mi editorial, me fabrique una imprenta, los imprima, encuaderne, y salga a venderlos en bicicleta por los barrios, para luego compartir las ganancias con ella porque me dio la idea.
Por eso, luego de reírme alevosamente en su propia cara, señalándola con el dedo, y burlándome hasta el cansancio de su sugerencia (todo virtualmente por el MSN claro), le expliqué que no creo tener las condiciones necesarias para escribir cuentos para niños por varios motivos fundamentales: el primero de ellos es que no me gustan los niños, el segundo es que me molestan los niños y el tercero es que no soporto a los niños.
Además, no puedo ver el mundo de forma tan pelotuda e inocente como lo ven los niños por mas toque infantil que tenga (y todavía quisiera saber que cuernos me quiso decir con eso).
Después de un rato, y ya en soledad dado que mi hermana me mandó al carajo y se fue, estuve pensando en el tema mas detenidamente, hasta que finalmente me dije "¿Por que no?".
"¿Por qué no que?" Me contesté.
"¿Por qué no que que?" Me dije.
"¿Qué?" Me pregunté.
"¿Que de que?" Me volví a contestar.
"¿Me estas cargando gil?" Me increpé.
"¿Qué te pasa? ¿Sos malo?" me dije de mala manera.
"Si, soy malo ¿queres probar?" Me dije dándome un empujón.
"¿Qué empujas boludo? ¿Querés cobrar mamerto?" Me contesté mientras me sacaba el reloj poniendo cara de loquito sacado.
"Bueno basta" me dije por fin, separándome antes de que la cosa pasara a mayores, y alguien resultara herido (por ejemplo: yo).
Ya un poco mas calmado, me puse a pensar a que había venido todo este quilombo, pero como generalmente no me doy mucha bola, no pude recordarlo.
Después de un rato, de mirar televisión, de tomar mis pastillitas para la esquizofrenia, y de dormirme una horita tirado en el sofá, recordé que era por este tema de los cuentitos.
Ahí nomás retomé el hilo de mis pensamientos y continué reflexionando y sopesando las diversas alternativas, ventajas y desventajas, pros y contras, yings y yangs de la cuestión, hasta que por fin … de nuevo me quede dormido debido al aburrimiento y el cansancio que me genera pensar tanto.
Al despertar unas cuantas horas después, y mientras me secaba la babita de la comisura de los labios, decidí que podría hacer la prueba, pero siendo siempre fiel a mi particular estilo literario que tantos años de perfeccionamiento me llevó.
Total, una boludez mas, una boludez menos, no va a hacer la gran diferencia en el balance de mi vida.
Como ya no tengo muchas ganas de andar pensándolo mucho, mas que nada por temor a volver a quedarme dormido, para empezar escribiré lo que me vaya saliendo en el momento, así que es altamente probable que termine siendo un enorme bolazo incoherente.
Obviamente, y antes de que algunos empiecen a quejarse y a lloriquear patéticamente, lo voy a ir publicando por partes porque seguramente me voy a ir al carajo y va a ser largo. O tal vez lo ponga todo así de una, no sé.
Después de todo el blog es mío y puedo hacer en él lo que me plazca.

Bien niños y niñas, esta mágica historia comienza así (imaginar una musiquita infantil bien pelotuda, y leerlo poniendo vocecita de maestra de jardín de infantes para completar el efecto):

Había una vez (si no empieza así no es un cuento) una niñita muy muy fea que vivía con su mamá en medio del bosque.
Era tan tan feita, que siempre usaba una capita azul con una capuchita, que mas o menos le ayudaba a ocultar esa cara de bicho canasto con hemorroides que portaba de nacimiento, la cual asustaba a los pobres animalitos y hacía que se secaran las plantitas.
Todos la conocían en el bosque como "Capita Azul" y la saludaban de lejos haciéndole chau con la mano.
Un día, estábase la mamá de la niña recalentando un guiso de lentejas que había sobrado de la noche anterior, mientras se afeitaba las patas, cuando le llega un mensaje de texto al celular.
Era de su mamá (o sea la abuela de Capita), y decía: "Ety jdda d L Kdra. Mndme L nna p q m ayde c css d l ksa. Slds". (Traducción: Estoy jodida de la cadera. Mandame a la nena para que me ayude con las cosas de la casa. Saludos.). Era ventajera y mandaparte la vieja, como toda vieja.
Por supuesto la mamá accede y, presurosa, envía a Capita a casa de su abuelita encargándole además que, ya que va para allá, le lleve una canasta con buñuelos y bolas de fraile para el mate.
Luego de una breve pero intensa discusión, y algún que otro intercambio de golpes y escupitajos, Capita sale de pésimo humor y murmurando entre dientes algo así como "vieja del orto y la reputa madre que te recontra mil parió" o algo por el estilo.
Ya en camino por el sendero del frondoso bosque, Capita camina alegremente mientras pisotea intencionalmente cuanta florcita silvestre encuentra a su paso, se fuma un Parissienne, y juega a entonar el tema musical de la película "Tiburón" con sus gases corporales.
De repente (acá impostar la voz y abrir mucho los ojos) se escuchan ruidos detrás de unos arbustos.
La pequeña Capita se sobresalta, y por reflejo le quita el seguro a la Bersa Thunder 9mm que portaba en su cintura.
-¿Quién anda ahí? – grita con voz de macho y apuntando el arma hacia los arbustos.
Pero nadie responde.
-¡¡¡Dije que quien anda ahí, carajo mierda!!! – repite Capita ya medio sacada y con el dedito nervioso en el gatillo.
Los arbustos se mueven suavemente.
-¡¡¡Salí de ahí o te descoso a balazos la puta que te parió!!! – grita Capita apretando sus amarillentos dientes.
Lentamente, de entre los arbustos aparece, tembloroso, un joven y fornido cazador con sus manos en alto y sus pantalones abajo.
-¿Qué carajo estas haciendo ahí? ¿Por qué estás con los lienzos abajo? – pregunta Capita apuntándole a la cabeza.
-E-e-eeee-estaba c-cc-cagando – contesta el atemorizado señor.
-¡Uh! – dice Capita bajando el arma – Disculpa flaco. No sabía. Pense que me ibas a atacar sensualmente o algo así.
-E-e-está bien … N-nno hay problema. Ha-aay que ser p-p-precavido. je je - dice el cazador intentando no mirarla demasiado a los ojos porque parece muy nerviosa, está armada, y encima es muy muy fea.
-Bueno, disculpá. Chau … Te dejo porque se ve que tenes mucho frío – dice Capita mirándole el pirulin al chabon.
Y se aleja dando saltitos al grito de "Almanimaniiiiiiii" entre risotadas.
Sigue entonces la niña su camino por unos kilómetros mas, practicando puntería con los conejitos y los pajaritos del bosque que se le cruzaban, cuando descubre que otra sorpresa la estaba aguardando.
Debia cruzar un profundo arroyo, pero el puente estaba cortado por aldeanos piqueteros que, como de costumbre, reclamaban una "solución" para todos sus problemas.
Estaban allí exigiendo ruidosamente que el gobernador de la comarca les proveyera de vivienda, dinero, comida, vestimenta, aguinaldo y vacaciones pagas en Mar del Plata, porque sí, porque ellos eran pobres y tenían derecho a pedir.
Capita intenta amablemente convencerlos de que la dejen pasar porque debía ir a ayudar a su abuelita enferma, pero no la oyen.

Aldeano Piquietero: Ehhhe ¿qué? po’acá no pasha´vo’ eh .. Acá tamo cortando tamo poque tenemo hambre tenemo’. Y queremo’ que las autoridade nos escuchen y no’den lo que no’corresponde no’den.
Capita (algo impaciente): Pero y yo que mierda tengo que ver.
Aldeano Piquetero: Vo’, vo’ sheguro sho oligarca sho. Vo’ votaste a Mene. Vo’ esta’ con el imperialimo yanqui y Bushs y Maldonal y la empresas estranjera multinashionale’ que se llevan la riqueza nuestra se llevan mientra’ noshotro’ tenemo’ hambre tenemo – balbucea mientras se toma un generoso trago del tetra brick de tinto que sostiene en su mano.
Capita: Basta, dejame pasar.
Aldeano Piquetero (revoleando el garrote que sostiene en la otra mano por "seguridad"): ¿Adonde va’ loca? ¡¡¡Vo’ por acá no pashá. Por acá no pasha nadie!!.

Capita de inmediato manotea nuevamente el fierro en su cintura.
En ese instante llega un carruaje, trayendo noticias del gobernador de la comarca.
Un vocero baja y anuncia a viva voz:
-Aldeanos: El gobernador ha escuchado sus reclamos y viendo sus necesidades, ha concedido a todos los aquí presentes la posibilidad de TRABAJAR en las huertas y los establos de la comarca a cambio de una paga".
Los manifestantes quedan en silencio por un segundo mirándose entre ellos.
Acto seguido se echan a correr despavoridos, huyendo aterrados ante la sola mención de la palabra "trabajo". Algunos incluso se arrojan al arroyo, prefiriendo morir ahogados antes que agachar el lomo o tocar una pala.
Un reducido grupo con las caras tapadas con trapos arroja piedras y bombas molotov al carruaje, lo cual desencadena un flor de quilombo, que Capita aprovecha para escabullirse y así cruzar el puente.
Luego de evadir cascotes, balas de goma y gases lacrimógenos, y de dar una nota para Crónica TV ocultando su cara (porque sino las cámaras estallaban en llamas), Capita retoma su sendero, ya un poco fastidiada, con dolor de pies y olor a goma quemada en la ropa.
Camina un par de kilómetros mas, pensando si no le hubiera convenido tomarse el colectivo, cuando de improviso, de atrás de un gran árbol sale un enorme lobo y se interpone en su camino.
-¿Adónde vas tan apurada nena? – le dice el lobo.
-A vos que carajo te importa – responde Capita con su habitual simpatía - ¿Y como mierda estas hablando si sos un perro?.
-Es que esto es un cuento boluda. Y además soy un lobo, no un perro – contesta el lobo acomodándose los anteojos negros, haciendo un globo con el chicle y mostrándole el DNI.
-Ah. Voy a casa de mi abuelita que está enferma – dice Capita con su manita apoyada en el chumbo por si acaso.
-Ah ¿Querés que te acompañe? – le dice el lobo que, evidentemente, o no ve un carajo, o es un bagayero importante.
-No, pichicho, voy sola – responde Capita muy sorprendida, ya que es la primera vez que alguien no huye o vomita llorando al verla.
-¿Y queda lejos la casa de tu abuelita? – insiste el lobo.
-Si, queda en la reconcha de la lora ¿Me dejás pasar perro roñoso? – arremete Capita desenfundando discretamente el fierro.
-Bueno, bueno, no hace falta ser tan grosera tampoco. Andá nomás – dice el lobo haciéndose a un lado.

Capita sigue su camino, mirando al lobo de reojo.
El lobo la ve pasar, también mirándola de reojo.
Un ojo gigante los observa a ambos. Es un re-ojo. (Chau . .Me fui al carajo).
Luego de que Capita desaparece a la distancia, el lobo corre hasta un tronco hueco de las cercanías, en donde tiene escondido un ciclomotor.
Lo monta, se coloca el casco, los guantes de competición (era un poco exagerado el lobo) y se dirige velozmente (o sea como a 30 km/h o lo que da un ciclomotor) hacia un atajo secreto que sabe que lo deja a dos cuadras del barrio donde vive la vieja.
-Ahora va a ver esa pendeja. Yo le voya enseñar a tratarme así, maleducada de porquería – murmura el lobo re caliente y acelerando al máximo (32 km/h) mientras de fondo se escucha música de Linkin Park.

(continuará...)

lunes, 19 de marzo de 2007

Crítica de cine: GHOST RIDER

En mi última critica, no sé si recuerdan (seguramente si, ya que no he escrito mucho desde entonces), aclaré al comenzar que no iba a ser del todo objetivo dada mi simpatía por el protagonista.
Bien, en este caso, se da la misma situación, no porque me simpatice Nicholas Cage (es mas bien todo lo contrario), sino porque soy declarado fanático y coleccionista de cómics de superheroes, y cualquiera que tenga la hidalguía, la voluntad y el buen tino de llevar a alguno de estos personajes a la pantalla grande, ya solo por eso merece mi aplauso, mi gratitud, y mi invitación a tomarnos unas cervezas bien frescas con maníes, si alguna vez me lo cruzo por la calle.
La parte positiva de esto, es que esta vez puedo opinar con amplios conocimientos en la materia, y no de caradura como en otras oportunidades. Lo negativo, es que soy extremadamente hinchapelotas cuando se trata de calificar un cómic hecho película. Siempre le voy a encontrar el pelo al huevo, por decirlo de una manera muy poco delicada.
Y bueno, soy así, cuando algo me gusta mucho quiero que sea perfecto, y sino me enculo.
En esta oportunidad debo decir que quedé bastante conforme con lo que vi.
Ghost Rider narra la historia de Johnny Blaze (o Juancito Llamarada), un acróbata en motocicleta que en su temprana juventud, por pelotudo, y casi sin darse cuenta de la cagada que se estaba mandando, firma un contrato con el Diablo y le vende su alma a precio de oferta.
La cosa fue así:
Resulta que Juanchi, se entera de casualidad que su padre, el Sr. Llamarada, con quien él comparte el acto acrobático, está enfermo de cáncer.
Obviamente, el pibe se pone re mal, piensa en que ahora sí va a tener que laburar en serio, en que no tienen obra social, y demás problemas que le esperan cuando el viejo estire la pata.
En eso está, cuando se le aparece un tipo así medio siniestro, ofreciéndole curar al padre a cambio de algo.
"Sí dale loco. Te firmo lo que sea" le dice Juancito, que era medio atropellado y un batato para los negocios.
El tipo le alcanza un contrato medio sospechoso. Juan lo agarra y mientras lo está leyendo, el muy bolas tristes se corta el dedo con un borde, con tan mala leche que una gota de sangre cae justito justito en la línea de puntos.
El tipo se lo saca de las manos al grito de "¡¡Alpiste!!", y riendo maliciosamente.
"No lo terminé de leer" dice Juan, con una inocencia que raya la estupidez.
"Me importa un carajo" le dice el tipo. "Cuando te necesite te vengo a buscar, gil de papel glacé". Y se va cagándose de risa.
Al otro día, se levanta Johnny y lo ve al padre hecho un pendejo.
La macana es que ese mismo día durante el acto acrobático, el viejo se hace torta y se muere.
Recién ahí el bobina de Juan se da cuenta de la cagada que se mandó y se manda a mudar.
Pasan los años, y Johnny crece hasta convertirse en la más grande estrella de las acrobacias en moto del mundo (el mundo es EEUU obvio).
Lo raro es que siempre se estrola contra los obstáculos, come fiambre vencido, se corta con papel, y vive dándose unos porrazos de puta madre, pero nunca le pasa nada grave.
Un buen día, estaba por salir de rotetium, cuando se encuentra de nuevo con el tipo siniestro con el que había firmado el contrato, que venía a cobrar la deuda y a darle trabajo.
"No, ni en pedo" le dice Juan haciéndose el malo.
"Vos firmaste loco, tenés que cumplir" dice el tipo. "Además me saliste una fortuna en ART con esto de andar cagándote a golpes por todos lados. Es hora de amortizar mis gastos pibe".
Sin poder hacer nada para evitarlo, Johnny Blaze se convierte en ese momento en el Motociclista Fantasma, un engendro medio de aspecto no muy agradable pero que en el fondo es bueno, y además tiene toda la onda.
Su misión es la de ser el caza recompensas del Diablo, solo que en lugar de buscar bandidos comunes, tiene que cazar demonios fugados del infierno y almas pecadoras.
También tenía que cazar evasores de impuestos, pero de eso se encarga un tal Montoya.
En este caso, deberá enfrentarse a un poderoso demonio, hijo del mismísimo Diablo, llamado Blackheart (Corazón negro) y su séquito de ángeles caídos, quienes pretenden abrir una sucursal del infierno acá en la tierra sin pagar fondo de comercio, ni ingresos brutos, ni nada.
Bueno, hasta ahí la historia. Muy cómic, muy lineal, nada complicada ni retorcida. Entendible hasta para las mentes menos luminosas.
En cuanto a las actuaciones, en el papel de Johnny Blaze lo tenemos a Nicholas Cage, que se piensa que darle humanidad al personaje, es pasarse la película poniendo una gran variedad de caras de pelotudo. No es que el chabón esté mal del todo, pero es como que algo le faltó. Por ejemplo no tener la cara de papanata de Nicholas Cage.
Eso si, hay que reconocerle el compromiso con el papel, ya que no cualquiera se deja prender fuego el marote para caracterizarse. Realmente un ejemplo.
Como Roxanne, la novia de la juventud de Johnny que reaparece convertida en periodista para molestar y ser el punto débil del héroe, la tenemos a Eva Mendes, una morocha latina que está más buena que comer una pata de pollo con la mano, y que cumple bien con un papel no demasiado exigente. Igual la actuación es lo de menos, lo importante es que está muy buena.
En el rol de Mefistófeles (nombre artístico del Diablo), está un viejo Peter Fonda, que cumple a la perfección con su parte.
Como el hijo del demonio, Blackheart, actúa Wes Bentley, un muchacho con una soberbia cara de pendejo hijo de puta, lo cual lo hace perfecto para el papel.
Por último, en el personaje del Caretaker, encontramos a Sam Elliott, un veterano que se luce en cada aparición, sobre todo por la entonación y el tono de voz cowboy que pela.
Merece una mención especial la actuación de la motocicleta, que realmente se roba algunas escenas demostrando una aptitud actoral pocas veces vista en un vehículo.
En cuanto a los efectos especiales y la caracterización del Motociclista Fantasma, fueron espectaculares y muy bien logrados, excepto la primera aparición que a mi gusto mostró cierta falta de cuidado en las proporciones entre la cabeza y el cuerpo, pero el resto de la película fue perfecto.
La dirección estuvo a cargo de Mark Steven Johnson, quien ha dirigido Daredevil y producido Elektra, por lo cual ya me cae bastante simpaticón, y que ha realizado un trabajo mas que decente y aceptable con esta película.

Calificación: 4 Renegados (Muy buena. Como presentación del personaje cumple holgadamente y si bien el guión es simple, resulta entretenida y llevadera, incluso para aquellos que no son aficionados a los cómics. Tampoco esperen una obra profunda y llena de intrincadas metáforas. Se basa en un cómic. ¿Se entiende?).

Recomendación: Si Ud. es seguidor de los cómics, obviamente no debe dejar de verla y además, un día podríamos juntarnos a hablar del tema durante horas y horas como dos nerds.
Si Ud. no es aficionado a los cómics pero le entretiene el cine fantástico y de acción, vaya que le va a gustar.
Si Ud. es una persona amargada y vieja, que no solo no gusta de los cómics, sino que además no los entiende, no vaya, no moleste, no opine, y no rompa las pelotas.
Si Ud. odia los cómics, sepa que yo lo odio a Ud.

Agradecimientos: A todos los que compartieron la función conmigo, (incluso al señor gordo que se sacaba los restos de pochoclo de entre las muelas con un palito de chupetín con un entusiasmo digno de admiración), por no haber molestado durante la película.
Así da gusto.

martes, 13 de marzo de 2007

Martes 13 II

Otra vez es Martes 13. Como aparentemente no era suficiente con tener UN día de mala suerte en el año, alguna divinidad se sintió generosa y nos enchufó tres.
Tres martes treces en un año. Hubo uno el mes pasado, hay otro hoy, y hay otro mas en Noviembre.
O sea, si no nos pasó nada el mes pasado, quiere decir que la desgracia nos puede estar esperando hoy, a la vuelta de la esquina, en cualquier momento, lista para convertirnos en sus víctimas y reírse en nuestras caras mientras lloramos y suplicamos por piedad como unas vulgares mariquitas.
Y, aún así, si hoy de puro culo la evitamos nuevamente y terminamos el día ilesos, ¡cuidado!, porque seguramente en Noviembre somos boleta. La desgracia es rencorosa y vengativa, va a estar enojada, y encima tuvo ocho largos meses para planear cuidadosamente una emboscada infalible que nos arrastre sin misericordia a los lúgubres abismos de su seno, ofendida en su orgullo por habernos escapado estas dos veces.
No es que yo sea mal agüero ni mala onda, pero es así.
En Noviembre, probablemente todos vamos a morir … o al menos vamos a tener un día de mierda de aquellos, no sé; pero lo que es seguro es que algo nos va a pasar. Inevitablemente.
Esto tiene que ser así, porque de lo contrario sería una pésima publicidad para el Martes 13, una de las supersticiones mas populares y con mas trayectoria de la historia.
Tengamos en cuenta que si con tres oportunidades en un año no se lleva por lo menos a un cuarto de la humanidad, y le caga la vida a otro tanto, sería una verdadera vergüenza (y además un incumplimiento laboral ya que ese es su trabajo).
Se convertiría así en la burla de sus compañeras supersticiones promotoras de la mala suerte. Quedaría tristemente rankeado por debajo de romper un espejo, e incluso por debajo de pasar por abajo de una escalera. Sería un bochorno.
Se reirían en su cara, le pondrían sobrenombres hirientes, le mandarían a poner pasacalles con la leyenda "El Martes 13 no tiene aguante", lo dejarían de lado; y así el Martes 13, que alguna vez fue tratado con respeto y temor, puede llegar a convertirse en el gordito gil de la clase.
Por eso es que sospecho que, a fin de salvaguardar su buen nombre y honor, y conservar intacta su credibilidad, este Martes 13 va a ser peor que el del mes pasado, y el de Noviembre va a ser muchísimo peor que estos dos juntos.
Bien, luego de estas alentadoras noticias como para empezar el día con todas las ganas y la mejor energía, pasemos directamente y sin escalas al tema que nos compete.
La historia del origen de la superstición del Martes 13 ya la he contado (aquí) y lamentablemente no puedo robar de nuevo con eso, así que hoy, continuando con estos ciclos intitulados "Desasnando al leyente medio burro", procederé a explanifisiar los orígenes de las distintas "cábalas" que tradicionalmente se utilizan para alejar la mala suerte, tema que adquiere especial relevancia dado que, como ya dije antes, quizás hoy o tal vez en Noviembre todos podemos llegar a morir de una manera horrible y repentina.
He aquí algunas cosas que pueden ser de utilidad (o no … no me hago responsable):

Cruzar los dedos

Este gesto se realiza colocando el dedo mayor sobre el dedo índice (de la misma mano, no sea nabo por favor), y se realiza en ocasión de formular un deseo ("como me gustaría curtirme a esa minita"), cuando se dice una mentira ("no mi amor, te juro que no duele") o cuando se está ante un peligro ("por favor Don Cosme, baje esa escopeta que yo a su hija no la toqué").
Se dice que esto evoca la forma de una cruz, para conjurar la mala suerte y alejar los maleficios (aunque viéndolo bien, hay que tener mucha imaginación para verle forma de cruz a eso, a mi me resulta mas similar a una cadena de ADN, pero bueno, mis dedos son medio chuecos).
A este gesto, además, se le conoce popularmente como "pido gancho el que me toca es un chancho" y se lo utiliza para forzar una pausa en juegos muy modernos como la mancha venenosa, la mancha congelada y el poliladron.

La pata de conejo

En realidad, en sus orígenes la pata que se utilizaba no era de conejo sino de liebre (que viene a ser mas o menos lo mismo … la liebre es un conejo callejero).
La creencia de que llevar una pata de conejo encima trae suerte, nos viene de las regiones medievales de Europa, donde se decía que las brujas se convertían en liebres para tomarse la leche de las mujeres que habían dado a luz hace poco. (¿O_o?).
¿Lo qué? A ver… vamos por partes.
La cosa es así: en la antigüedad y por esas regiones, la gente vivía con los animales adentro de la casa por esto de que no tenían caloventores ni tiros balanceados y en invierno se recagaban de frío. Algunos tratados de la época, mencionan que las mujeres embarazadas y en períodos de lactancia, se sentaban en un rincón de la casa, agarraban una liebre y se la ponían a upa para calentarse. A cambio, las dejaban que le tomaran un poco de leche (directamente de sus tetas obvio). Eran unas mugrientas.
Los hombres de la casa hacían también algo parecido con las ovejitas o las chivas, pero eso es otra historia.
En fin, sabiendo esto, las brujas, para ahorrarse el viaje al super a comprar el saché de leche, se convertían en liebre y, haciéndose las boludas, se metían en las casas donde había minas lactoreando con el fin de mamar de garrón. O sea, se ve que además de ser muy amarretas, las brujas tenían una fuerte inclinación lésbica.
"¿Qué cuernos tiene que ver todo esto con la buena suerte?" Se estarán preguntando ustedes aburridos como una ostra.
"No tengo ni la mas puta idea", les respondo yo, ya que en realidad lo de que la pata de conejo (o liebre) trae suerte, es porque antes se creía que sus huesos curaban la gota, el reumatismo y los calambres.
En fin … sigamos …

Levantarse con el pie derecho

Se dice que para que el día empiece bien, hay que apoyar primero el pie derecho cuando uno sale de la cama (medio difícil si uno duerme del lado izquierdo).
Esto puede tener su origen en los pescadores del siglo equis palito equis, quienes por nada del mundo se subían a un barco por babor (por la izquierda), vaya uno a saber por qué. Es mas, cuando el barco estaba estacionado sobre la izquierda, los tipos se tiraban a agua, nadaban dando toda la vuelta y se subían por el otro lado.
Esto se debía a que en esa época todo lo relacionado con la izquierda era antinatural, dado que la mayoría de las personas eran diestras.
Y hay mas; en la Biblia dice que a la derecha está el Paraíso (allá, a la derecha … no, no, más allá … al fondo a la derecha) y también que a la derecha del Señor están sentados justos. Que se yo, no habría mas lugar.
Ah! no ... Es "están sentados los justos". Había entendido mal. Perdón.
Hoy por hoy, los banquitos esos de la facultad tienen la maderita para apoyar del lado derecho, el mouse por defecto está configurado para derechos, el cuchillo se agarra con la derecha, y la tía Polola vive de acá … derecho.
Resumiendo, hay que levantarse con la pata derecha por marketing, y el marketing trae suerte.
Dejémoslo así …

Colocar una herradura en la puerta

Se considera como el mas universal de los amuletos. Es tan universal que hasta los marcianos cuelgan una herradura en las compuertas de sus platos voladores aún sin saber lo que es un caballo.
Se atribuye su origen a la leyenda de San Dunstan, que dice mas o menos así:
Un día estaba el herrero Dunstan ahí herreando, cuando se le presenta un tipo medio raro a pedirle que le haga unas herraduras para sus pies.
Dunstan lo mira con cara de "¿Me estás tomando el pelo gil?" y amaga con partirle un fierro en el marote.
El tipo lo detiene al grito de "¡¡Pará loco pará!! Es en serio. Mirame las patas!!", al tiempo que le enseña sus extraños, deformes, horribles y hediondos pieses que, efectivamente, tenían forma de pezuña.
Dunstan, que era herrero pero no boludo, al toque se da cuenta de quien era ese tipo (supongo que ustedes también) y le dice que con mucho gusto le va a hacer las herraduras, pero que necesita, si o si, encadenarlo a la pared para que se quede quieto y así tomar bien las medidas.
El tipo, que era bastaaaante boludín, acepta ser encadenado mientras durara la tarea (hay gente que hace cualquier cosa por un par de zapatos nuevos).
Hete aquí que Dunstan agarra y, a propósito y con todas las ganas, le hace el laburo sin anestesia, ni xilocaína, ni nada, lo cual resulta doloroso a niveles inexplicables.
El tipo le pide que se detenga, pero Dunstan se embala y empieza a descubrir su gusto por el sadismo.
Luego de ponerle las herraduras así en seco, toma una pinza de depilar y, uno a uno, comienza a extirparle los pelos de la nariz.
El tipo le suplica que lo deje, pero Dunstan, con los ojos desorbitados, calienta cera, y se la coloca cubriéndole todo el pecho, para luego quitársela de un solo tirón logrando una depilación perfecta.
El tipo, llora, grita y suplica. Dunstan ríe, se chupa el dedo y se lo mete en la oreja mientras le dice "¿Te gusta ? ¿Eh? ¿Te gusta?".
El tipo, con sus últimas fuerzas, le ruega repetidamente a Dunstan que tenga misericordia. Finalmente éste accede, pero le impone una condición: Deberá jurar solemnemente no entrar nunca en una casa en la que hubiera una herradura colgada sobre la puerta.
El tipo accede sin poner objeciones y se va rengueando.
Desde ese entonces, la herradura es considerada un poderoso talismán protector del hogar que impide la entrada del mal, como así también de los vendedores de Tuperware, los de Avón, de los mormones que vienen a leerte la Biblia a la hora de la siesta, y de los vendedores de escobillones y de rifas de los bomberos.

Bien, con esto damos por concluida la clase de hoy. Espero que haya sido de su agrado, y si no lo fue, a llorar al campito; si llegaron hasta acá quiere decir que se leyeron todo y ya no se puede volver atrás, lo cual me causa mucha gracia. Ja Ja.
Espero que, al menos, la información aquí vertida sea de utilidad para enfrentar los difíciles y oscuros momentos que nos depara el futuro, y que sea utilizada con responsabilidad.
Si queda algún tema en particular sobre el que necesiten que los ilustre, hagan sus pedidos a través de los medios habilitados.
Aquellos que me resulten mas o menos interesantes serán desarrollados, y los que no, seguramente no.

Bueno, me encantaría que se me ocurriera algo interesante como para redondear y rematar esto, pero lamentablemente no es así.
No se me ocurre nada y encima me duele la cabeza.

Y bue ….

Quevacer …

Ya terminó … Se pueden retirar en orden …

martes, 6 de marzo de 2007

Crítica de cine: ROCKY BALBOA

En primer lugar debo aclarar que esta no será una crítica del todo imparcial y objetiva, ya que he sido seguidor de Stallone desde hace mucho tiempo ( y por seguidor me refiero a que vi todas sus películas, no a que lo ando siguiendo ¿se entiende no?).
Si, no es buen actor. ¿Y? Antonio Banderas me parece por lejos muchísimo peor y nadie dice nada.
Si, sus películas son predecibles. ¿Y? Yo voy al cine a pasr un buen rato, no a filosofar sobre el destino de la humanidad o la crisis de la política mundial.
Si, a todo lo que digan. Igual me importa tres carajos.
Rocky es, sin duda, uno de mis personajes favoritos de siempre, y una de las películas que mas disfruté en mis años adolescentes (que no fueron hace mucho, apenas unos veinte).
Rocky Balboa compone el capítulo final de esta historia.
En esta oportunidad se ve a un Rocky ya veterano (obviamente … Silvester con 60 pirulos encima está bastante baqueteado ya), retirado de los combates, viudo, y regenteando un restaurante de su propiedad llamado "Adrianne’s" en homenaje a su insulsa y difunta esposa.
Todavía soporta a su inservible cuñado Paulie, y mantiene una relación algo distante con su hijo, mientras vive inmerso en el dolor por la pérdida de Adrianne, y los recuerdos de las glorias pasadas.
Su vida es buena y tranquila, pero en su interior siente que algo le falta (No, no son clases de actuación … No sean malos).
Un buen día, en un canal de deportes, se realiza una simulación por computadora de un hipotético combate entre el campeón actual de los pesos pesados Mason "The Line" Dixon, y el Rocky campeón de hace treinta años, dando por resultado un contundente knock out a favor de éste último, avalado por la mayoría de los comentaristas y opinólogos expertos en boxeo como Julio Ernesto Vila y Osvaldo Príncipi.
Esto ocasiona, por un lado, que el actual campeón se lo tome para el culo, ya que de por sí debe lidiar con la poca credibilidad y aceptación que tiene entre la gente que considera que no le ganó a nadie; por otro, que a un par de mánagers buitres se les ilumine la lamparita para hacer millones; y por otro, que al viejo Rocco le entren ganas de subirse al ring una vez mas después de la siesta.
Con todas las condiciones dadas, se pacta una pelea de exhibición entre ambos contendientes.
Obviamente el negro campeón y su entorno se burlan del añoso ex-campeón y le dicen cosas como "Ehh viejo choto, te viá rompé’ todo te viá" o "¿Está al día con el Pami nono?" o "Toco el aire a vos no te toco" mientras le pasan las manos cerca de la cara entre risas y burlas, a lo que Rocky responde "Bgu gu mgu bugugu bru gugugu" (no se le entiende mucho a Stallone cuando habla).
Finalmente, la emotiva pelea se lleva a cabo en Las Vegas, y por puntos y en decisión dividida resulta vencedor …. No, no lo voy a decir.
Hasta ahí la línea argumental.
La película en sí, es mas que nada para fanáticos y seguidores de la historia.
Está llena de flashbacks a las anteriores, y referencias, y recuerdos, y … y..., y en realidad la primer parte es un poco lenta y algo densa. Pasa bastante poco.
Después, desde el momento en que se pacta la pelea hasta el desenlace, todo pasa muy rápido. Demasiado para mi gusto.
La clásica escena del entrenamiento de Rocky es corta, como hecha solo por no dejar de hacerla, porque siempre fue una parte clave de las demás películas. Ni vale la pena ponerse a discutir acerca de si es posible, o real, o cosas por el estilo. No tiene sentido.
La pelea no tiene ni la dinámica, ni la velocidad, ni la adrenalina de las otras entregas, pero si la emotividad; en especial en un momento en particular cuando, a punto de perder por knock out, Rocky recuerda las palabras que le dijo a su hijo y vuelve a ponerse de pie.
No me averguenza decir que ese momento me llegó, y un poco me emocioné (es que soy muy sensible). Hasta se me llenaron los ojos de lágrimas. (Aunque eso puede haber sido también porque estaba comiendo un caramelo y me mordí la lengua, no sé…).
Las actuaciones, bueno, que se puede decir.
Stallone ES Rocky. Siempre lo fue y siempre lo será, mas allá de si a eso se le considera actuación o no. Para mi, volver a ver al "Garañón Italiano" otra vez en la pantalla después de tantos años fue muy groso.
En el papel del insoportable Poulie continúa Burt Young tan convincente como siempre para un papel tan poco querible.
Como el hijo de Rocky está Milo Ventimiglia, un flaco que ha actuado en cosas como "The Gilmore Girls" (somnífera serie hecha exclusivamente para mujeres y hombres muuuuy putos) y supongo que en una que otra película. La verdad, ni fu ni fa.
En el rol del campeón actual se encuentra Antonio Tarver, un morocho con cara de malo que aprentemente es boxeador de enserio.
Por último tenemos a Geralidine Hughes en el papel de Marie, una vieja conocida de Rocky que viene a aportar el toque femenino que dejó vacante Adrianne cuando estiró la pata.
Correctas actuaciones del perro en su rol de "perro feo", y de las viejas tortugas Cuff y Link que vuelven a la gran pantalla luego de muchos años, con su innata naturalidad ante las cámaras.
La dirección estuvo a cargo también de Stallone, al igual que el guión.
También creo que hizo algo de luces, pintó algunas escenografías, se encargó del catering, tiró cables, diseñó y cosió algunos de los vestuarios, colaboró con el maquillaje, operó los micrófonos, paseó al perro, le dio lechuga a las tortugas, hizo de extra, manejó las cámaras y en un minuto de descanso se tejió un pullover.
Como nota final, me pareció excelente la compaginación de la gente en las escalinatas de Philadelphia jugando a ser Rocky, mientras pasan los títulos. Creo que es algo que yo también haría si tuviera la oportunidad (jugar a ser Rocky en las escaleras, no pasar títulos).



Calificación: 3 Renegados (Muy buena si se es fanático de la saga. Es un final mucho mas digno, honorable y adecuado para la historia que hace olvidar rápidamente al fiasco que fue la Rocky V. Es una película para ver mas que nada por la mística y la historia que tiene detrás. Guste o no Rocky es un clásico del cine).

Recomendación: Si es seguidor de la historia de Rocky obviamente no debe dejar de verla. Si no es seguidor, pero sabe mas o menos por donde viene la mano, vaya, que no va a salir decepcionado. Si no es seguidor y no le gustan las películas de boxeo, no vaya.
Si es seguidor y no tiene plata para la entrada, no vaya. Igual no iba a poder entrar.

Observación: Si cuando suenan los acordes de la clásica musica de Bill Conti en la sala, no se le pone la piel de pollo, hágase ver porque me parece que Ud. está muerto.

Advertencia: A los pendejos molestos esos que estaban tres filas detrás de mí haciendo ruido, hablando, riéndose y tirando pochoclos, sepan que la próxima vez no van a tener tanta suerte malditos energúmenos miserables embobecidos por tanta manuela. Personalmente los voy a sacar a voleos en el orto por pelotudos, y a ver si ahí son tan vivos y siguen hinchando las pelotas la puta madre que los remil parió.

Volver ...

Y si. Se terminó. Ya pasó. Las dos semanas de no venir a trabajar, ya duermen el eterno sueño del ayer, y la reputa que lo reparió (nótese como mezclo poesía con ordinariez en la misma frase sin que se me mueva una pestaña).
Es increíble lo rápido que se pasa el tiempo justamente cuando uno desea fervientemente que no pase nunca.
El fin de las vacaciones es como la diarrea, para cuando empezás a pensar en eso, ya lo tenés encima y es tarde.
Ya estoy acá de nuevo, para beneplácito de todos ustedes, queridos leyentes (no aplaudan por favor, tómenlo con calma ... bueno, bueno… ya está, me van a hacer emocionar) y para malestar mío.
Alguno se estará preguntando, quizás, como es que empiezo a trabajar hoy que es Martes, y no ayer que fue Lunes y que sería lo mas lógico. Bien, mi respuesta es que eso es asunto mío. ¿Yo me meto en sus cosas? No. ¿Yo los ando interrogando? No. Entonces a ver si seguimos adelante y dejamos de lado la indagatoria.
Volver a este lugar es para mi comparable a comer batata, es decir, algo que me repugna inmediatamente, por lo cual, como imaginarán, no estoy del mejor humor.
Como no hay mucho para contar de mis vacaciones, no voy a contar nada. Si esperaban jugosas anécdotas, atrapantes aventuras y comentarios increíbles vayan y lean el blog de alguien que tenga una vida como la gente y vacaciones como Dios manda. Acá se van a aburrir como ostras.
Yo pasé mis días repartiendo mi tiempo entre estar echado en el sofá medio dormido, aburrirme mirando televisión (cuando medio me despertaba en el sofá), y aburrirme jugando con la computadora (cuando me acalambraba de estar tirado en el sofá). Y eso en los días buenos. Los malos, mejor ni mencionarlos.

En fin, así son las cosas.

Lo importante es que he vuelto, y mi carisma y mi talento siguen tan ausentes como siempre.

Vamos a ver que pasa…