jueves, 26 de junio de 2008

Crítica de cine: EL INCREÍBLE HULK

Probablemente, Hulk sea un personaje al que se conoce mucho mas por aquella famosa serie de televisión de fines de los 70’s protagonizada por Bill Bixby y Lou Ferrigno (principalmente la gente de mi generación), que por haber leído el cómic.
Por esto, quizás, haya sido que cuando se estrenó su primera película, allá por el año 2003 y dirigida por Ang Lee, el público quedó dividido entre aquellos pocos que quedaron conformes por haber visto un producto que resultó una correcta adaptación de la historia original, y aquellos tantos que quedaron decepcionados y casi enojados por encontrarse con una película que muy poco tenía que ver con aquellos recuerdos de la infancia.
Pues bien, casi me atrevería a asegurar que con esta última película del gigante verde, todos (o al menos la gran mayoría. Siempre va a haber algún quisquilloso hinchapelotas) van a quedar conformes y felices, ya que en una, a mi juicio, muy acertada decisión, en esta oportunidad han decidido darle a la historia y a los personajes un claro reinicio o, como mínimo, una generosa y merecida refrescada.
Obviamente, las circunstancias que llevaron al Dr. Bruce Banner a terminar convertido en Hulk no se han modificado en esencia (supongo que no hace falta que lo explique, pero por si hay algún marciano leyendo le resumo: durante un experimento el Dr. Banner recibe una sobredosis accidental de rayos Gamma que altera su estructura genética ocasionando que cuando se altera se convierta en un poderoso e irracional gigante verde) pero si, durante los títulos de apertura, se muestra la nueva secuencia de los hechos (que nada tienen que ver con lo que pasó en la anterior) como para dejar bien en claro desde el principio que esta película no tiene la intención de ser considerada como una continuación de la primera.
Desde ahí en adelante, esta nueva entrega de Hulk consigue capturar el espíritu de la serie, sin apartarse por ello de las características clásicas del cómic original, con lo cual se logra redondear un producto destinado a captar la atención de todos los públicos, sentando, además, los que será seguramente la base de una nueva saga de superhéroes (cosa que no podría hacerme mas feliz).
La historia nos muestra hoy a un Bruce Banner que vive de incógnito, alejado de todo, en un humilde rancho de una favela de Río de Janeiro, y que subsiste trabajando como personal de mantenimiento en una fábrica embotelladora de jugo de Guaraná (les juro que es cierto. Esto no lo inventé yo).
Allí, además de ganarse unos manguitos que le permiten vivir casi como un croto, puede mantenerse oculto y, a pesar de las limitaciones del lugar, proseguir también con su incansable investigación en búsqueda de un antídoto que le permita revertir el proceso que alteró sus genes y librarlo para siempre de eso que él considera una maldición, y que le saca canas verdes (JoJoJoJo ¡¡Que chistazo!! Soy un torbellino de ocurrencias).
Por fortuna, ya no está solo en esta tarea, sino que cuenta con la ayuda anónima de un científico en EEUU con quien se contacta por medio de un chat, y que le asegura esta cerca de poder volverlo a la normalidad.
Mientras tanto, lo único que ha logrado hacer Banner para mantener su existencia sin incidentes, es ejercitarse en técnicas de relajación y autocontrol, con las que evita alterarse o enfurecerse, transformarse y terminar rompiendo todo (Mas que nada porque con ese laburo de morondanga gana una miseria y no le alcanzaría para pagar todos los daños).
A pesar de ello, el ejército continúa tenazmente en su búsqueda, liderados por el general Thaddeus Ross (el padre de su ex novia Betty, o sea, su ex-suegro), quien lo considera únicamente como un proyecto militar fugado, y que está obsesionado con capturarlo para explotar el poder Gamma latente en él y convertirlo en un arma.
Además el General no lo quiere porque el flaco le pistoleó a la hija, porque como científico gana una miseria, y porque un día fue a la casa, le abrió la heladera y le tomó una cerveza sin permiso.
Luego de meses de pinchaduras de líneaas telefónicas, de hackeo de mails y de soborno de vecinas chusmas, fue por un incidente fortuito que el ejército descubre el escondite de Banner y de inmediato se dirige a buscarlo.
Para llevar a cabo esta peligrosa misión, y conociendo el poder que encierra Banner, Ross hace traer de Rusia al ex-agente de la KGB Emil Blonsky, miembro de una fuerza de elite, soldado ejemplar y guerrero incansable (es un enano sin cogote que si lo ves nos das dos pesos, pero parece que es mas peligroso que Rambo pasado de paco) y lo pone al mando de un escuadrón especial.
Al encontrarse con Banner se arma un flor de cachengue, el cual termina obviamente con Banner medio acorralado repitiendo su famosa frase "Eu noi sou eu cuandu me noju ¿Capisce?" (No hablaba muy bien el portugués el muchacho), enojándose porque no le dan bola y se le cagan de risa, y desencadenando la primera y esperada aparición de Hulk.
Por supuesto, a partir de esto la misión fracasa estrepitosamente (sino sería una película corta y sin gracia), el escuadrón de elite queda reducido a un montón de tipos todos machucados, y Hulk se escapa haciendo pasito de murga (en realidad sambando, porque estaba en Brasil), pero, mas allá de eso, lo mas importante que deja este encuentro es una enfermiza obsesión en el capitán Blonski por saber todo acerca de esa misteriosa criatura y unas ansias incontenibles de obtener ese poder para si mismo.
En tanto, aceptando que sus intentos por permanecer alejado de los incidentes no podrían prosperar por mucho tiempo, Banner decide volver a EEUU, para conocer al científico que lo había estado ayudando, y ver si de una vez y para siempre consigue librarse de esa fuerza incontrolable que duerme dentro de él.
La película en si, tiene un desarrollo bastante mas dinámico y llevadero que la primera ya que, a diferencia de aquella, se enfoca mas en la lucha de Banner por deshacerse de su furioso Alter Ego que en sus conflictos psicológicos y familiares.
Tiene muy buenas escenas de acción, con un despliegue de efectos especiales muy realistas que se completan con efectos de sonido realmente espectaculares (la escena de la batalla del campus con el ejército es fantástica).
En cuanto al diseño del personaje de Hulk, desde la fisonomía hasta la calidad de los efectos, creo que esta versión es claramente superior a la otra.
En la primer película la criatura era una enorme masa verde, a veces poco definida, de movimientos algo toscos, y con la cara de "Locomotora" Castro; mientras que aquí se han basado definitivamente en la caracterización original de los cómics, se nota un trabajo muy cuidado en los detalles de la musculatura corporal, se oscureció la tonalidad de la piel, se definieron mejor las formas y las texturas al igual que el realismo y la dinámica de los movimientos, y la cara, por suerte, es la cara de Hulk.
El papel de Bruce Banner estuvo a cargo de Edward Norton, quien, si bien no lo contará entre sus mejores trabajos, logra llevarlo adelante sin fallas, otorgándole profundidad a la dicotomía del aspecto frágil del hombre, en contraste con el poderío de la criatura.
Lo acompañan la herrrrrrrrmosísima Liv Tyler como Betty Ross, Tim Roth como Emil Blonsky, William Hurt como el General Thaddeus Ross y Blake Nelson como Samuel Blake.
Por supuesto que también hay que mencionar que hacen sus pequeños cameos Stan Lee (que cada vez le va tomando mas el gusto) y Lou Ferrigno. Además se muestra una escena en un televisor donde aparece Bill Bixby como homenaje (No hizo el cameo por el pequeño detalle de que se murió y no daba para ponerlo).
La película fue dirigida por Louis Leterrier quien ha dirigido con anterioridad cosas como "El Transportador 2", y que con este trabajo se anota otro poroto.

Calificación: 4 Renegados verdes y furiosos (Muy buena. Una película muy entretenida que logra mantener la esencia del personaje, con una buena dosis de acción, buenas actuaciones, y espectaculares efectos especiales. Un renovado inicio para un personaje que lo estaba necesitando).

Recomendaciones: Si a Ud. le gustó la primera, vaya. Esta le tiene que gustar mas.
Si a Ud. no le gustó la primera, vaya igual, que esta seguro que lo convence.
Si a Ud. le gustan las películas basadas en cómics, vaya y preste atención la última escena antes de los títulos. Se va a poner tan feliz como yo.
Si a Ud. no le gustan los cómics, ya le dije que no lo quiero ver mas por acá porque es una persona horrible y amarga. Váyase o le largo a los perros.

Libro de quejas: Esta película, que estuve esperando por mucho tiempo, tuve que verla EN CASTELLANO porque las dos cadenas de cines piojosas (Showcase y Hoyts) de la ciudad de Quilmes no tuvieron la delicadeza y la consideración de poner NI UNA función en idioma original y subtitulada.
Esto significa que no solo se me arruinó bastante el disfrute de la película, sino que me vi obligado a verla en una sala llena de NIÑOS que no dejaban de hacer ruidos molestos, de moverse, de prender sus celulares, de arrojar pochoclos, y demás.
Por ello, a ustedes, señores responsables de las cadenas mencionadas, les digo con todo respeto que se pueden ir a la reputísima madre que los recontra mil parió y que si me llegan a hacer esto con Batman, les prendo fuego todo.
Están avisados.

martes, 24 de junio de 2008

Crítica de cine: EL FIN DE LOS TIEMPOS

A partir de aquella casi revolucionaria película que fue "Sexto Sentido", gracias a la cual se hizo conocido en todo el mundo, cuando uno se apresta a ver un trabajo de M. Night Shyamalan, no lo hace esperando encontrarse con un desarrollo argumental clásico, sino que se dispone a dejarse llevar por las distintas sensaciones y ambientes que le propondrá el film, aguardando el momento del sorprendente giro argumental que devela las incógnitas, le otorga sentido a los acontecimientos, y que matiza todo, además, con un cierto trasfondo espiritual como intento de moraleja final, haciendo que uno ponga cara de pavote sorprendido y exclame "¡Aahhhh mirá vos!".
Al menos, así era la cosa en las primeras películas ("Sexto Sentido", "El Protegido", un poco menos en "Señales" y bastante menos en "La Aldea").
En la que vino después ("La dama del agua"), medio que el hindú derrapó un poco y llevó adelante una película que rozaba el cuento de hadas, casi monótona en su desarrollo, y en la que solo dejó translucir, apenas, un intento de lograr ese sello característico que había sabido darle a sus trabajos anteriores.
Con esta última producción, "El fin de los tiempos" ("The Happening" en inglés), se nota la intención de recuperar algo de aquella mística perdida, mostrando una película mas cruda, con buenos momentos de suspenso y escenas que son, como mínimo, perturbadoras (No se si a todos les pasará, pero ver gente que conscientemente se hace daño a mi me pone incómodo).
Sin embargo esto no resulta suficiente mérito como para salvar un guión quizás demasiado poco elaborado, medio tirado de los pelos, y que sufre la ausencia de esa "insinuación" que hace que uno se angustie y espere ansioso el desenlace.
La historia comienza una mañana cualquiera, de un día cualquiera, en el Central Park, con la gente haciendo eso que hace la gente una mañana cualquiera de un día cualquiera en el Central Park.
De repente y sin motivo aparente, todos se quedan quietos y con cara de nada, como jugando a la estatua.
Segundos después, algunos comienzan a caminar para atrás (menos un imitador callejero de Michael Jackson que empieza a caminar para adelante) y luego, de a poco, increíblemente se empiezan a suicidar hasta morir de las mas diversas y vistosas maneras.
Una mina se clava un palito en el cogote, un policía se pega un tiro, una señora se come un cacho de sandía con un vaso de vino tinto, llueven obreros desde los edificios en construcción, un tipo se corta con papel a propósito, un piquetero toca una pala, y así.
Obviamente la noticia trasciende por todos los medios (especialmente en Crónica que se hace un festín) y empieza a cundir el pánico entre la población, especialmente cuando se comienza a conjeturar que todo aquello podría ser causado por un ataque terrorista con toxinas químicas (porque los yanquis son así. Ante cualquier cosa rara que les pasa, ya piensan que es alguien que los ataca).
Para escapar de esta caótica e inexplicable situación, el profesor de ciencias Elliot Moore decide que lo mejor es agarrar a su esposa Alma (con la que andaba medio peleado porque parece que la la muy turrita desvergonzada le estaba ocultando que se había hecho la viva y había salido con un chabón así a escondidas), y junto con su mejor amigo Julian y su hijita Jess, irse lo mas lejos que puedan.
La cosa es que se suben todos a un tren que, después de un tiempo de viaje y en mitad de la nada, se queda sin gasoil y los deja a pata (y sin devolución del dinero del pasaje ni nada. Como acá).
Ahí se empiezan a poner medio nerviosos, pero como se dan cuenta de que los ataques se dan en las grandes ciudades y ellos quedaron varados en un pueblito de morondanga, confían en que estarán a salvo y así, alegremente, se van a comer algo a un café de por ahí.
En eso estaban, ellos y todos los pasajeros del tren, cuando el dueño del local pone un noticiero donde se anuncia que el fenómeno de "Los loquitos suicidas" (Se lo llamó así. No son muy serios los yanquis para poner nombres) se está extendiendo rápidamente a otras ciudades.
¡Para que! Se arma un quilombo de la gran siete.
Todo el mundo sale corriendo despavorido, gritando y subiéndose las enaguas, y para peor, sin pagar un peso de las consumiciones.
Se suben amontonados en todos los autos que encuentran y salen rajando.
Los únicos lerdos que se quedan a gamba son el profesor, la sinvergüenza de la esposa, el mejor amigo y su hijita.
Justo en ese momento de zozobra, la mujer de Julian (oportuna como toda mujer) lo llama para decirle que está en otra ciudad y que mejor que salga ya mismo a buscarla porque sino ya va a ver cuando lo encuentre.
Como buen pollerudo, Julian decide separarse del grupo para ir a buscar a la mujer, pero no sin antes dejarle a su hijita como peludo de regalo a Elliot y a su esposa, que se la tienen que fumar durante el resto de la película.
A partir de ahí, todo se convertirá en una desesperada carrera de estos sobrevivientes que, además de intentar recomponer su relación y lidiar con el paquete que les dejó el amigo, deberán hacer todo lo posible por tratar de escapar del misterioso y mortal fenómeno, mientras intentan develar los motivos que lo podrían estar causando.
Lamentablemente, y contrariamente a lo que podría esperarse, en esta película no existe ese giro sorpresivo y sobrenatural de la trama que aclara las cosas en un segundo casi al final sino que, por el contrario, ya mas o menos a la mitad de la cinta se va descubriendo el misterio, lo cual le quita mucho suspenso y fuerza a lo que queda por verse.
Si bien la película cuenta con algunos momentos intensos y bien logrados, presenta también un desarrollo algo irregular, casi lento en algunos tramos, lo cual, sumado al hecho de que en esta ocasión se optó por mostrar en lugar de sugerir, no consigue provocar esa sensación de angustia o impaciencia deseables para una película de este tipo.
El guión es liviano, simple y sin vueltas; y nada aporta a unas actuaciones desganadas que casi en ningún momento consiguieron transmitir demasiado (en especial la nenita, que es de madera balsa).
El elenco estuvo integrado por Mark Wahlberg en el papel de Elliot Moore, Zooey Deschanel como Alma, John Leguizamo como Julian y Betty Buckley como la colifa de la Sra. Jones.
Cabe destacarse también la actuación de la planta que interpreta a una planta de plástico en la escena con Mark Walhberg. Realmente conmovedora.
Como ya dije, esta es otra de las creaciones para coleccionistas de M. Night Shyamalan, quien aparentemente en estos últimos tiempos está fumando de la buena.

Calificación: 2 Renegados y medio (Regular. Una película de suspenso medido, perturbadora por momentos, basada en un argumento entre original e inverosímil, pero que no consigue llegar a interesar ni a sorprender como solía hacerlo este director).

Recomendaciones: Si a Ud. le gustó Sexto Sentido y pretende ver algo así, no vaya. No tiene nada que ver.
Si Ud. es medio paranoico y se cree cualquier cosa, no vaya. Le puede hacer mal.
Si Ud. suele ser de esos loquitos que le hablan a las plantas, vaya y siéntase tranquilo pensando que quizás en una situación como la que presenta la película, podrían nombrarlo embajador.
Si Ud. es M. Night Shyamalan … Negro, te estás pasando de mambo con al faso. De onda. Largá un toque. O convidá …

viernes, 20 de junio de 2008

Ejem ... Ay no se si lo merezco ... Bueno, si, la verdad que si...

Demostrando una vez mas que no en vano hace ya cuatro largos años que se dedica a esto de los blogs, y que es ese tiempo ha adquirido sólidos conocimientos del tema y un exquisito gusto, hace unos días la Señorita Zoqueta, con admirable generosidad, ha tenido la gentileza de galardonar este sitio con el "Premio al esfuerzo personal" que aquí exhibo con inocultable orgullo:

Recibo esta distinción desbordado de agradecimiento, embargado por una profunda emoción, y aclarando por las dudas (porque siempre hay gente mal pensada que ve que aparece seguido por aquí y ya se imagina cosas raras) que entre la Señorita Zoqueta y yo no existe ninguna clase de relación personal, sentimental y mucho menos secreta y/o prohibida, y que me participa de cadenas y me da premios de buena onda que tiene nomás.
Amén de todo ello, es para quien escribe (que vengo a ser yo) un verdadero honor recibir un reconocimiento a mi esfuerzo, dado que es algo que muy pocas veces en mi vida me ha sucedido a pesar de que, y dicho esto con la mayor de las humildades, me merezco holgadamente por ser así tan abnegado, laborioso, responsable, sacrificado e incansable como soy (y no sigo porque mi enorme modestia me lo impide, pero para resumir digamos simplemente que soy una maravilla de ser humano).
Dicho esto, como ya sabrán, en este mundo del reconocimiento virtual cada galardón viene sujeto a ciertas consignas que uno debe cumplir (nada es gratis en ningún lado), y en este caso, las mismas son las siguientes:

1)- Guardar el premio con el enlace a quien te lo concedió. (Bueno...)
2)- Publicar estas reglas. (Bueno, si, no hay drama...)
3)- Compartir seis cosas o valores importantes y seis que no lo son. (Y bue … Si hay que hacerlo …)
4)- Elegir a seis personas más. (Esteeeemmm, yo creo que cumplir tres de cuatro no está tan mal ¿no? Así que esto lo dejo para otro momento. Yo igual lo agendo y en cuanto tenga un tiempito lo hago ¿Si? Dale. Quedamos así. Yo te llamo..)

Bueno, comencemos. A ver… Seis cosas o valores importantes:

1º) La libertad

La considero un valor fundamental en todos los aspectos. En lo personal creo que es una de las cosas mas valiosas que uno puede tener. Mientras no interfiera o limite las libertades de otros, la propia libertad debe ser absoluta. Uno debe (o debería) ser libre de hacer, decir y pensar lo que realmente siente, lo que le brinde paz y felicidad, y no permitir jamás que alguien le niegue ese derecho.
Lamentablemente, este mundo pedorro en el que vivimos, directa o indirectamente, social y culturalmente, tiende a jugar en contra de esto o, al menos, intenta acotarlo con sus juicios y prejuicios, pero de todas formas creo que es algo que uno debe conservar y defender siempre y en todo momento.
La libertad es de esas cosas increíblemente valiosas que uno tiene, y que no valora verdaderamente hasta que la pierde.

2º) La lealtad

Para muchos quizás no sea un valor tan importante pero para mi lo es. El problema es que hoy en día tal vez se confunde un poco (por ahí mas de lo que se debería) la lealtad con la obsecuencia, y esto generalmente hace que la cosa se termine desvirtuando demasiado, por lo cual me parece de suma importancia saber reconocer la diferencia.

3º) La honestidad

Por ahí no es algo que esté muy de moda (en especial en este país) pero es algo que tengo como genéticamente incorporado y que para mi tiene mucho valor. Siempre trato de manejarme, en todos los aspectos de mi vida, por derecha, y supongo que es justamente por eso que probablemente nunca llegue a ser millonario, ni poderoso, ni nada, pero por lo menos puedo dormir tranquilo y mirar a la gente a los ojos.

4º) El amor

Puede sonar cursi pero no importa. Pocas cosas son tan importantes como sentirse amado o saber que uno tiene la fortuna de haber encontrado a quien amar. Creo que el verdadero amor es una fuerza increíblemente poderosa que todos tenemos al alcance de nuestras manos, pero que no todos sabemos o estamos dispuestos a utilizar (Me puse sentimental ¿Y que? Aunque no lo parezca soy un ser humano también).

5º) Los principios

No es que sea yo alguien moralista, defensor de las buenas costumbres ni nada por el estilo, pero creo que si se tuvo la fortuna de crecer en una familia o entorno que supo inculcar sólidos principios en lo que respecta al manejo de los temas importantes de la vida, eso debe valorarse y respetarse. Y no me refiero ni a la religión, ni a comer con la boca cerrada, ni al evitar expeler gases con ruido en público y festejarlo; sino mas que nada a la forma de relacionarse con los demás, y con el mundo en general.
Tiene mucho que ver, supongo, con el tema de la lealtad, ya que vivir con principios y mantenerse fiel a ellos es una buena forma de definirse como persona dentro de una sociedad en la que, por desgracia, estas cosas cada vez se valoran menos.

6º) El honor

Puede que suene antiguo, pero soy de los que piensan que el honor es importante.
No llego al extremo de ser un samurai, que si meto la pata en algo voy corriendo a abrirme el estómago con una daga, pero intento manejarme de manera honorable en aquellas circunstancias y, sobre todo, con aquellas personas que lo ameritan.

Ahora bien; seis cosas que no considero importantes:

1º) La necesidad de reconocimiento ajeno

¿Es importante la mirada de los otros? No. Absolutamente no. En lo personal no le di a nadie el poder para juzgarme, así que lo que puedan pensar o decir de mi persona me resbala. No entiendo a esa gente que vive a través de los ojos de los demás y tan pendiente del "que dirán" que terminan siendo cualquier cosa menos los que en realidad son. Si algo aprendí en mis años de vida, es que por mas que uno se esfuerce en intentar conformar a la mayor cantidad de gente posible, de todas maneras, siempre habrá alguien que querrá ensuciarte por algún motivo o incluso gratuitamente. Partiendo de esa base, solo me interesa la opinión sincera de las personas a quienes respeto, o admiro o quiero, y nada mas. Hasta ahí llego. Tooodos los demás pueden hablar y opinar todo lo que quieran (total, todavía el aire es gratis) pero no crean que su mirada me va a modificar en gran cosa.

2º) La gente ventajera y deshonesta

Me parece directamente despreciable. La gente capaz de las bajezas mas grandes con tal de conseguir atajos, o de lograr algún tipo de ganancia haciendo el menor esfuerzo posible, me causa un profundo rechazo. Como personas, para mi, no valen nada. Pueden llegar a ser millonarios y exitosos, pero si lo que lograron lo hicieron merced a maniobras sucias, chupadas de medias (u otras cosas en caso de ser mujer) o cagando a otra gente, para mi son unos miserables fracasados carentes de todo mérito.

3º) El discurso hipócrita

Es algo que no soporto, por lo cual lo mas sano me parece ignorarlo.
La gente que se llena la boca con argumentos en los que ni siquiera cree o que no es capaz de poner en práctica, me resulta terriblemente despreciable.
Alguien que no es capaz de adoptar una idea, un principio o una opinión propia, y que, en lugar de eso, va por la vida viendo para que lado sopla el viento para acomodarse y quedar bien o "políticamente correcto", me parece una persona vacía, cobarde y pusilánime. Un verdadero "Don Nadie".

4º) Discutir con una persona ignorante

Definitivamente no me importa. Es una gran pérdida de tiempo.
Y por ignorante no me refiero a una persona inculta o que tal vez no tuvo la posibilidad de estudiar, sino a esos ignorantes de alma que van por la vida proclamando sus argumentos con aires de ser los dueños de la verdad mas absoluta, y que ante una opinión contraria en lugar de proponer un debate sano, optan por el discurso cerrado, necio, agresivo y reiterativo hasta el hartazgo.
Como dije al principio, ponerse a discutir con alguien así es malgastar algo tan valioso como el propio tiempo y no vale la pena.

5º) La desesperación por lo material

Si bien a todos nos gusta el confort y tener la posibilidad de progresar y lograr cosas que nos mejoren la vida o simplemente nos hagan felices, creo que el desvivirse por eso es algo, casi diría, estúpido.
Uno pasa la mayor parte de su vida trabajando quizás de cosas que para nada son de su agrado, rodeado de gente que tal vez no soporta, y haciéndose malasangre a montones, solamente para poder en algún momento conseguir "algo" que, al fin y al cabo, no le va a brindar mas que algunos momentos de satisfacción pasajera.
Mientras tanto la vida le pasa por el costado en silencio, y para cuando se da cuenta, perdió mucho mas de lo que ganó, porque un objeto puede ser reemplazado por otro, pero cada momento de la vida es único e irrepetible, y lo que pasa, no vuelve.
Las cosas materiales que quizás hoy consideramos importantes y valiosas, instantáneamente pierden todo su valor cuando perdemos solo una de aquellas cosas esenciales que verdaderamente importan.

6º) La moda

Y para ponerle un toque frívolo a toda esta cuestión, si, la moda me importa un pepino.
De hecho me parece algo hasta medio ridículo esto de que se le dé importancia a algo tan trivial.
La gente interesada por conocer "lo último" y que sale corriendo a tratar de conseguirlo me resulta patética. Es como si tuvieran una necesidad incontenible de ser uno mas del montón, de no destacar y de pertenecer a una gran masa de idiotas que se copian unos a otros.
Definitivamente me parece una actitud de gente hueca.


Y con este simpático pensamiento que seguramente me ha hecho ganar un montón de amigos nuevos, damos por concluida esta sencilla pero emotiva ceremonia.
Antes de despedirme quiero agradecer una vez mas a la Srta. Zoqueta por haberme distinguido, como así también agradezco a todos los presentes y al público en general por sus aplausos (porque supongo que estarán aplaudiendo ¿no? A ver si se piensan que vienen a comerse los sanguchitos nomás).

Bueno, ya terminó. Pueden ir saliendo.

Yo me retiro a hacer lugar en mi vitrina, para colocar este nuevo trofeo y a enrostrárselo a alguno que no lo tenga.

Que tengan todos ustedes un muy buen día, y un excelente fin de semana.

miércoles, 18 de junio de 2008

Crítica de cine: LAS CRONICAS DE NARNIA: EL PRÍNCIPE CASPIAN

Como ya muchos sabrán (y si no saben los ilumino), estas películas están basadas en una saga de siete libros (que les nombraría si tuviera ganas, pero no; no tengo) escrita por un tal C. S. Lewis allá por 1950, inspirado (y seguramente muerto de la envidia) por la fantástica obra que su gran amigo J. R. R. Tolkien (¿Por qué esta gente no tiene nombre?), terminaba de escribir en aquel entonces y que se conoció mundialmente como “El Señor de los Anillos”.
El primer libro, de nombre tan bonito y pegadizo como lo fue “Las Crónicas de Narnia: el León , la Bruja y el Ropero” (o armario, o placard, depende lo finos que sean para hablar), vió su adaptación a la pantalla grande en el año 2005, dando como resultado una película chata, casi monótona, sustentada casi exclusivamente en la exagerada variedad y riqueza visual de los personajes de ese mundo fantástico, pero sin demasiada sustancia.
Todo esto, además, coronado con los muy pobres desempeños de los cuatro jóvenes actores escogidos para dar vida a los cuatro protagonistas, terminó redondeando un producto que no logró colmar ni por asomo las grandes expectativas que había generado.
La historia narra las aventuras de cuatro hermanos que en la Inglaterra de la Segunda Guerra Mundial terminan viviendo en la mansión de un misterioso profesor, en la cual de casualidad descubren un ropero que resulta ser el portal de entrada a Narnia, un mágico y fabuloso mundo habitado por toda clase de criaturas fantásticas, condenado a un invierno de cien años causado por una malvada Bruja Blanca.
Según una antigua profecía, serán estos cuatro niños, junto con el gran león Aslan, los encargados de romper el hechizo y derrotar al mal, cosa que logran luego de una gran batalla (Supongo que ya todos vieron esta película y no estoy arruinando nada. Si no es así, lo siento, ya es tarde).
Derrotada la tiranía de la Bruja, los hermanos se convierten en los nuevos Reyes y Reinas de Narnia y dan comienzo a un reinado de muchos años de paz y felicidad hasta que en su vejez, mágicamente (y digo mágicamente para no decir que no me acuerdo como pasó) vuelven a Inglaterra y a ser niños otra vez.
“Las Crónicas de Narnia: El Príncipe Caspian” es la continuación, cinematográficamente hablando, de aquella historia.
Ha transcurrido solamente un año desde el regreso de los cuatro hermanos. Siguen en Inglaterra, van al colegio, y se esfuerzan por llevar una vida normal, pero sin poder evitar sumirse en las añoranzas del reino de Narnia y deseando fervientemente que llegue el momento en el que se vuelvan a ser llamados.
Mientras tanto, en Narnia ya han pasado 1300 años y todo es un quilombo.
La Edad de Oro terminó, Narnia fue invadida y conquistada por los Telmarinos (son hombres comunes pero nacidos en Telmar, por eso se llaman así), y todos los bicharracos narnianos que quedaron tienen que vivir exiliados y ocultos en el bosque (Al final no se los puede dejar solos 1300 años que te pierden todo esos bichos).
El reino, ante la inesperada y misteriosa muerte del Rey Caspian palito equis, es gobernado con dureza por un consejo de Telmarinos hasta el momento de la asunción del legítimo heredero al trono: el Príncipe Caspian equis que todavía está medio verde.
Sin embargo quien lidera ese consejo es el malvado y ambicioso Miraz, tío del príncipe, quien secretamente aspira a quedarse con el trono, el Reino y las retenciones a la soja, todo para él solo.
Pero su plan no termina ahí sino que, además, le hizo un pibe a la mujer (con mucha puntería porque le salió varón como quería), para asegurarse que cuando a él le llegue la hora de estirar la gamba, la corona le quede al crío y se perpetúe su estirpe en el poder.
Claro que para que todo ello sea posible lo primero que debe hacer es asesinar al balinazo del Príncipe Caspian, por lo que, la noche misma del nacimiento de su retoño, ordena a sus soldados que vayan y lo llenen de plomo (bueno, de flechas … Se entiende ¿No? Quiere decir que lo maten).
Caspian apenas logra escapar gracias a la ayuda de su viejo profesor, un hombre sabio que desobedeciendo las órdenes de Miraz, había estado instruyendo secretamente al joven acerca de la historia y los secretos del Reino de Narnia.
Antes de que huya del Reino, el profesor además le entrega al Príncipe un cuerno supuestamente mágico, el cual deberá usar únicamente en un caso de extrema emergencia. También le da la lista de compras del super, y le dice si por favor no le hace la gauchada de pagarle el celular de pasada en algún Pago Fácil que sino le cortan el servicio.
Caspian huye entonces, perseguido por una cuadrilla de soldados.
Logra perderlos en medio del bosque, pero el muy pascual se choca una rama, se cae del caballo y se queda a pata.
Ahí nomás del agujero de un tronco ve que le salen al encuentro dos enanos muy fuleros medio mal encarados revoleando sus pequeñas espaditas con aires belicosos, pero al ver al joven tan limpio y cuidadito dejan la violencia de lado y le empiezan a guiñar el ojo y a tirarle besos (la soledad en el bosque es terrible).
El príncipe, temiendo seriamente por la virginidad de su retaguardia, considera que eso es una emergencia digna y sopla un poco el cuerno antes de que uno de los enanos lo duerma de un castañazo.
En ese mismo momento, en Inglaterra, los cuatro hermanos que estaban aburridos esperando el subte en la estación, comienzan a sentir que algo les toca el culo y de inmediato reconocen en ese toque el llamado de la magia.
La estación comienza a desaparecer y en un instante se encuentran nuevamente en su querido reino de Narnia.
Retozan felices como cuatro boludos por haber vuelto pero, sin embargo, no pueden evitar notar que algo allí ha cambiado, y mucho.
Los árboles ya no se mueven, su palacio es ahora un montón de ruinas, los animales ya no son inteligentes, y un dólar ya no cuesta un peso.
Luego de una serie de circunstancias, terminan encontrándose con un enano que les cuenta como vino la mano desde que ellos desaparecieron del Reino. Les habla de la invasión, del exilio, de los Telmarinos, de la desaparición de Aslan, de la quema de campos, de la erupción del volcán Chaitén, de los cortes de ruta, y de cómo el gobierno pretende exterminar para siempre a los narnianos.
Es entonces cuando los cuarto jóvenes Reyes entienden que su misión, y por lo que han sido llamados nuevamente, es la de devolver al reino de Narnia la paz, la magia y la felicidad perdidas, y que para ello deberán unir sus fuerzas con el joven príncipe Caspian, encontrar a Aslan y, juntos, liderar al ejército de criaturas en batalla contra los Telmarinos para intentar devolver el trono a su legítimo heredero.
La película si bien no es tan mala como la primera, tampoco es algo descollante.
Se nota en este caso un trasfondo algo mas oscuro, quizás mas maduro, pero en todo momento prevalece esa línea excesivamente fantasiosa e infantil que la acerca mas a un cuento de hadas que a una fantasía heroica.
Si bien no llega a aburrir, por momentos el desarrollo se vuelve algo lento, con situaciones que se notan forzadas y diálogos poco desarrollados.
Las escenas de acción no presentan nada que no se haya visto con anterioridad y, en especial, las de lucha cuerpo a cuerpo con espadas se vieron lentas y faltas de emotividad, con coreografías poco elaboradas y faltas de realismo (convengamos que es una película apta para todo público por lo que no es de esperarse una violencia demasiado explícita).
Como lo mas rescatable de esta producción pueden mencionarse los magníficos escenarios naturales, y el cuidado en la variedad y caracterización de las distintas criaturas mitológicas o fantásticas, que a pesar de ser creaciones digitales, no desentonan en el conjunto.
En cuanto a las actuaciones, bueno, los personajes principales (los cuatro hermanos) vuelven a quedar en manos de los mismos cuatro playmobiles de la primera.
Sinceramente no se como estos chicos llegaron a ser seleccionados para ser protagonistas. No me quiero imaginar lo que habrán sido los que no quedaron del casting. Supongo que serían chimpancés.
Ninguno es un talento, pero especialmente la pibita que hace de Lucy, la menor de las chicas, es horrible. Su cara de pepona tiene una sola expresión, y la usa para todo.
Ellos son William Moseley (Peter), Skandar Keynes (Edmund), Anna Popplewell (Susan) y Georgie Henley (Lucy, la pepona inexpresiva).
Completan el reparto Ben Barnes como Caspian, Sergio Castellitto como Miraz, Peter Dinklage como Trumpkin, Pierfrancesco Favino como Lord Glozelle, y unos cuantos mas que si quieren conocer deberán esperar a los títulos finales porque no tengo mas ganas de nombrar (además no creo que interesen demasiado).
La película fue dirigida por Andrew Adamson que es el mismo que dirigió la primer Narnia y todas las de Shrek, y se ve que es un tipo al que le cabe mucho esto de la cosa digital y muy muy serio no debe ser.

Calificación: 2 Renegados y medio (Regular. Un fallido intento de película épica que no pasa de ser un entretenimiento casi para chicos, con buenos efectos, lindos paisajes, mediocres actuaciones y mucha fantasía).

Recomendaciones: Si a Ud. le gusta la cosa fantasiosa y llena de bichos raros y simpaticones, vaya. De eso se trata y nada mas.
Si Ud. espera encontrarse con algo similar al “Señor de los Anillos” no vaya porque va a salir del cine re caliente.
Si Ud. está muy drogado, vaya. Por ahí le encuentra sentido y le gusta.
Si Ud. está en una estación de subte en Argentina y siente que algo le toca el culo, no se ilusione con el llamado de la magia. Corra, porque lo están por robar y violar.

viernes, 6 de junio de 2008

¡No! ¡Así no!

Como todo el mundo sabe (y por "mundo" me refiero a esas 5 ó 6 personas con problemitas que son habituales lectores de este sitio), soy un ser humano sumamente comprensivo, encantador, generoso, y exageradamente bien parecido que, mas allá de su carácter algo especial que hace que odie a todo el mundo, nunca ha demostrado tener actitudes así de ortiva, y mucho menos de egoísta en lo que concierne al modesto contenido de este espacio.
Dicho de otra manera y para que quede claro (para vos especialmente, así después no te hacés el que no entendiste), no me molesta que se utilicen ciertas cosas que pueden encontrar en este lugar, sean gráficas o textuales, siempre y cuando se tenga la delicadeza y la buena educación de citar la fuente o, al menos, pedir permiso o consultarme al respecto (de hecho hay gente que lo hace y está todo bien con ellos. Nunca una atención o un cheque, pero todo bien).
Pero hete aquí que, por esas grandes casualidades de la vida, hace poco descubrí que hay gente por ahí que se pasa de piola y a la que, aparentemente, esto de la buena educación directamente le importa un bledo (por no decir que le chupa un huevo para no ser ordinario) y como quien no quiere la cosa, viene, pispea a ver que le puede ser útil y así, sin mas trámite, se lo lleva para su propio blog.
O sea, quizás no llegan al límite de copiar y pegar (lo cual directamente sería de una bajeza suprema y merecería alguna forma de castigo físico y acciones legales), sino que toman un idea y/o concepto (ponele, no se, por ejemplo, uno de los dibujitos de la columna lateral o, que se yo, un post), lo modifican mas o menos y así, convencidos de que eso es suficiente para hacerlo suyo, lo utilizan con una desfachatez absoluta y sin ponerse colorados.
Y encima, todavía capaz que se las dan de originales, de graciosos, o de distintos (Si, estoy hablando de vos).
De todas formas, y mas allá de este sentimiento de indignación y furia asesina que me embarga, no quiero que este texto se interprete como una forma de advertencia, ni de amenaza, ni como un aviso de que si no dejás de copiarme voy a averiguar donde vivís y te voy a matar mientras dormís o a secuestrar a tu mascota para convertirla en alfombrita. No, no, no; nada que ver. Por favor, yo sería incapaz.
Simplemente es para que te enteres (Si, si... A vos te hablo… No mires para atrás con cara de pelotudo. Sabés bien que sos vos) que ya te descubrí, que me di cuenta, y que a partir de ahora te voy a estar vigilando.
Por ahora, y solamente porque la magnanimidad es otra de mis múltiples virtudes, te concedo el beneficio de la duda y te voy a mantener en el anonimato, así tenés la oportunidad de cambiar tu actitud antes de que mi legión de seguidores (esos 5 ó 6 que mencioné al principio) te descubran y hagan de tu pobre existencia un infierno viviente (porque por mas que no sean muchos, mis lectores son gente peligrosa).
Ahora bien, en caso de que sigas pensando que sos el mas vivo de la cuadra e insistas con mantenerte en esa postura de semi-plagio descarado y evidente, es mi deber informarte que provocarás mi ira y que las consecuencias de ello pueden ser horriblemente sangrientas y devastadoras.
Bueno, digamos que pueden ser bastante espantosas.
Está bien, digamos que la vas a pasar muy muy mal.
Bueno, en realidad capaz que me caliento y te mando un mail con frases hirientes y fotos de cadáveres.
Bueno ¿Me creerías si te digo que te voy a llenar el blog con comentarios agresivos?

Bueno. No importa. De cualquier manera, estás avisado.

Te estoy viendo.