viernes, 2 de febrero de 2007

Viajes y viejas (Primera parte)

Si alguien leyó esto podría llegar a pensar que yo tengo alguna animosidad hacia las señoras mayores y su utilización del transporte público de pasajeros.
Bien, ese alguien no podría estar mas en lo cierto. Se ve que es alguien muy perceptivo que debería dedicarse a ser analista en algún programa de actualidad, o directamente trabajar de psicólogo.
Sí,... Las señoras mayores, que de ahora en mas llamaré viejas porque es mas corto, en el colectivo me MO LES TAN.
No todas eh, algunas son tranquilas y no joden para nada, aunque generalmete esas usan otro medio de transporte, uno que se llama pompa funebre (¿me fui al carajo? ¿muy negro? Si me zarpo mucho avisen eh).
Bien, solo para que no generar la errónea idea de que soy un loquito de la guerra psicópata y desalmado que quiere salir a liquidar viejas por la calle, voy a explayarme en las razones, causas y motivos que generan en mi ese impulso salvaje y apenas controlable de querer arrojar a las abuelitas por la ventanilla del colectivo al grito de "Te hubieras tomado un remís maldito fosil".

(Nota: Este tema, además de políticamente y socialmente incorrecto, es largo de abordar, y como los artistas nos debemos a nuestro público, y como en mas de una ocasión me han referido con sutiles indirectas que mis escritos son muy largos (mi público es gente muy exigente y ocupada), voy a dividir este informe en secciones, para ir publicándolo de a cachos.
Con esto conseguiré: primero, poder extenderme en el punto en cuestión evitando las quejas; segundo, evitar que se duerman durante la lectura y/o que sean despedidos de sus empleos al ser descubiertos leyendo boludeces en horario laboral y que después me pasen factura a mi y tenga que pasarles una mensualidad; y tercero, poder robar unos cuantos posts con el mismo tema con lo que me evito tomarme el trabajo de pensar en uno nuevo.
Negocio redondo.
Aviso que es muy probable que en algun momento utilice nuevamente esta metodología debido fundamentalmente a que NO SÉ RESUMIR LO QUE PIENSO.
Perdonenmé, no sé, no me sale. Todos tenemos nuestras limitaciones. Nadie es perfecto. Recuerden que lo hago por ustedes. Se acptan presentes de agradecimiento. Y sino dinero en efectivo. En fin…).


Tema de Hoy: La subida, ingreso, o "subí de una puta vez!!!!!"

Yo entiendo que son mayores, que tienen poca fuerza, que les duelen los huesos, que ya no sirven para nada y todas esas cosas que les pasan a los viejos, pero hay que entender también, que gran parte de la gente que viaja en colectivo va a trabajar y tiene un horario que cumplir, y que de no hacerlo se arriesga a ser despedido incluso sin derecho a indemnización.
Bueno, a las viejas eso no le importa en lo mas mínimo. Les chupa un rulero.
Tardan una eternidad en subirse. Son mas o menos, a groso modo, quince minutos por escalón.
De por si se debe tolerar que a los señores colectiveros les succiona un testículo cumplir responsablemente con los horarios, como para encima tener que soportar que cada dos cuadras suba una vieja rompepelotas que tarda un día y medio en subir.
A todo esto hay que agregar que, seguramente, no viene ya, como lo haría cualquier primate con un cerebro mínimamente evolucionado, con las monedas preparadas. No señor. La venerable anciana espera a estar frente a la máquina para, recién ahí, empezar a buscar el minúsculo monederito que se encuentra dentro de su cartera que lleva, a su vez, dentro de una gran bolsa llena de porquerías. Veinte minutos más hasta que lo encuentra.
¿Pensaría la señora que la iban a llevar gratis? ¿No sabe que debía abonar un boleto y que para ello debía poner monedas dentro de una máquina? Si lo sabía ¿por qué demonios no sube ya con las monedas a la mano? ¿eh?
Por supuesto, es mas que probable que la veterana no tenga ni idea, además, de donde bajar (porque las viejas tienen la mala costumbre de ir a lugares que no saben donde quedan, o de los que se olvidan a la mitad del viaje), así que le preguntará cinco o seis veces al muy poco tolerante chofer por que calle pasa, cuanto tarda, donde la deja, si le puede avisar para bajar, si traga o escupe, y un montón de pelotudeces mas que le insumen mas o menos otros quince eternos minutos.
Una vez concluido el interrogatorio, y siempre que el chofer no haya procedido a suicidarse o a asesinarla, se dispondrá ahora si a abonar el correspondiente boleto. Esto, indefectiblemente, lo hará con moneditas de 10 centavos que irá colocando pacientemente una a una en la ranura, haciéndose acreedora a la colección mundial de insultos mentales clásicos otorgada por el comité de pasajeros que aún se encuentran en los escalones y puerta abierta del vehículo, el cual, obviamente, ya está en marcha hace diez minutos.
Como no podría ser de otra manera, alguna de esas minúsculas moneditas se escapará de sus suaves, blancas, arrugadas y terriblemente torpes manos, para ir a parar al lugar mas recóndito e inaccesible del colectivo, lo cual generará en la anciana la imperiosa e irresistible necesidad de molestar absolutamente a todo el pasaje para que la ayuden a encontrarla porque sino "no llega" para el boleto.
Lo que consigue, finalmente, es que alguna alma bondadosa, gentilmente le pague lo que le falta, no por bueno, sino porque ya tiene las pelotas llenas de esperar a que la viejita termine de subir de una puta vez, y es preferible perder unos centavos a pasar años en la cárcel por homicidio calificado con dolo eventual y alevosía.
Una vez concluidas las molestias de esa primera etapa de su misión, la insoportable anciana comenzará sin demora con las de la segunda: conseguir que algún gil le ceda el asiento.

continuará … (si ahora querían seguir leyendo,... a llorar al campito).

4 comentarios:

Calio dijo...

Sr Renegado, concuerdo con sus postulados y he de irme a llorar al campito porque me quedé con ganas. Lo que también llega a molestarme mucho de las "señoras mayores" (que cuentan con toda mi comprensión, claro) es esa costumbre de salir con los ruleros puestos, agarrados con una red y/o un pañuelo que no evitan la desgracia estética que eso conlleva. Cómo van a salir asi? que no tienen espejo? ahi se nota el poco respeto que tienen por los demas...

saludos y estaré esperando

Calio dijo...

Aaah! y muchas gracias por el link!!! me veo bonita ahi... jejejeje

Anónimo dijo...

Estos seres, además de lentos al subir y pagar el boleto, te apoyan la zapan en el hombro (previo caminar lastimoso, arrastrando uno o los dos pies, dependiendo de la vieja) para que le des el asiento, obligándote así a mirar por la ventanilla cual alienado. Besos!

Señorita Cosmo dijo...

Es curioso lo de los monederos. Antes de tu comentario nunca me había llamado la atención que esa gente consuma esa clase de monederitos pequeños... ¿A qué clase de sádico se le ocurre fabricarlos???
Algunas de esas personas también usan zapatitos con taquitos bajitos y finitos generalmente color "beige" y con moñito. Fijate que seguramente se los ponen a propósito para tener menos equilibrio.
Es obvio que les gusta estar así por lo que más que una campaña de "colectivización para viejos" yo propongo que directamente se les prohiba subir a los medios de transporte en horas pico.
Ellos podrían viajar por ejemplo entre las 10 y las 12, entre las 14 y las 15 y después de las 20 hs hasta las 5 de la mañana.
Es un horario amplio y justo.