Necesito un Dramamine...

Si, de verdad. Me siento mal. Creo que voy a vomitar.

Como todos sabrán (al menos los que vivan en este mamarracho de país que supimos conseguir), desde el 1º de este mes y hasta el 7 (creo, no estoy del todo seguro. Los hombres de verdad no prestamos atención a esas cosas), se "celebra" esa paparruchada inventada por los fabricantes de golosinas, y festejada y aprovechada por toda clase de perdedores de diversa especie que de no contar con esta patética excusa serían incapaces de generar un mínimo contacto físico, junto con adolescentes onanistas y señoritas flojas de tanga, llamada "Semana de la dulzura", y cuya gracia consiste en que uno regala una golosina y a cambio recibe un beso (una forma barata de iniciación a la prostitución digamos).
Bueno, mas allá de la existencia de esta grasada publicitaria, no es eso lo que me provoca este malestar gastrointestinal, las náuseas, cefaleas, urticaria, mareos, hipotensión y eventualmente la muerte, sino el hecho de que hace minutos pasó la señora del café con una caja de Bon-o-Bones bajo el brazo, repartiéndolos por los escritorios al tiempo que aclaraba: "De parte del jefe de persona’, por la semana de la dulzura".
O sea … A ver si se entiende …
Esa lacra pedante e insoportable que se la pasa hablando pestes de todo el mundo por atrás, que sueña con el momento en que alguien le sugiera que hay que cagar a algún empleado, que se cree por encima de todos los demás porque gana mucho y tiene una 4X4; esa porquería de persona, hoy viene y se las da de "compañero dulce y generoso" regalando golosinas.
¡Que falso hijo de un campo de putas transgénicas! Lo que es capaz de hacer para hacerse notar
Y encima después se las da de banana ganador. Por favor que poca dignidad.
Ahí, con eso nomás, ya me dio dolor de estómago y ganas de ahorcarme con el cable del mouse.
Pero, claro todavía faltaba la mejor parte.
Como era de esperarse, la primera que saltó de su escritorio y fue hasta su oficina corriendo, dando esos ridículos pasitos cortitos y haciendo ruido con los tacos, fue el servil piojo resucitado de su "secretaria" (ya les hablé de ella ¿La recuerdan? La que lo saluda diciendo "Holiiiiis" y se manda mensajitos con él cuando sale de vacaciones), que toda emocionada le dijo "¡Ay! Gracias por los bombones" mientras le daba un sonoro beso adornado con muchas risitas.

Y de ahí en mas no me acuerdo como siguió todo porque me desvanecí de la indignación y del asco.

Ahora que recuperé un poco la conciencia, quedo a la espera de ver que tan grande va a ser el desfile de forros que vengan a agradecer el "gesto" de este miserable hipócrita.
Como mi escritorio está justo enfrente de la puerta de su oficina, salvo los que agradezcan por teléfono, los voy a ver a todos.
Por las dudas, y en caso de que alguna otra señorita vea en esto (como el gusano seguramente espera) una oportunidad de acercamiento mas "personal" para ver si hace carrera o liga algún favor, voy a confeccionar un lindo cartelito para enseñarle cuando termine de "agradecer".
Algo prolijito, conciso, que con letras bien legibles resuma su nueva categoría dentro de la empresa: PUTA.

Ma’ que dulzura ni dulzura…

Estoy con pocas pulgas. Menos mal que es viernes …