martes, 7 de agosto de 2007

Educación infantil

Tiempo estimado de lectura: No se. Depende de que tan rápido pueda leer.

Bueno, al fin, y gracias a todos los dioses de todos los cielos, se terminaron las benditas vacaciones de invierno, y con ellas el despótico reinado de esas pequeñas, molestas, y ruidosas cosas llamadas niños.
Finalmente se puede volver a pisar libremente la calle, ir al cine a ver películas como la gente en su idioma original, sentarse a tomar algo en algún sitio tranquilo, o simplemente existir, sin verse rodeado automáticamente por una horda de salvajes criaturas chillonas de menos de un metro de altura que empujan, corren, gritan, tiran cosas, ensucian, y ponen a prueba segundo a segundo los tensos límites de la poca paciencia de la que uno apenas dispone.
Yo no sé quien inventó esto de las vacaciones de invierno, pero creo que definitivamente es algo que debería haber sido abolido ya desde hace tiempo (por ejemplo desde el momento mismo en que yo ya no tuve edad para disfrutarlas).
Además, no sé si será solo una idea mía (que soy medio asqueroso), pero me da la sensación de que las cosas ya no son como antes.
¿Cómo es eso de que ahora porque los niños están de vacaciones hay que tenerlos entretenidos y agasajados durante las 24 horas, de cada día, durante las dos semanas? ¿A quien cuernos se le ocurrió semejante cosa?
Yo recuerdo que cuando era chico (no hace tanto tampoco, teniendo en cuenta que todavía soy casi un mozalbete), la gracia de las vacaciones de invierno era simplemente que no había que ir a la escuela, que se podía dormir hasta tarde en las mañanas de frío y, básicamente, que se contaba con el inagotable placer de estar al pedo en la casa todo el día mirando dibujos animados durante dos semanas.
De tanto en tanto, uno se divertía, además, yendo a andar en bicicleta a la plaza, jugando a la pelota con otros pibes, o por ahí, si pintaba la oportunidad y como gran salida de excepción, se podía ir al cine y después a comer una pizza afuera; pero no había mucho mas que eso.
Las vacaciones de invierno, como concepto, no eran mucho mas que eso.
Solo en aquellas ocasiones en que los padres deseaban imperiosamente deshacerse de uno, que andaba como bola sin manija por la casa, se imponía tal vez el irse a pasar unos días a la casa de alguna tía o abuela que viviera mas o menos lejos (Yo recuerdo que una vez fui a la casa de una tía que vivía en La Plata. Sí, ya se. No fue un gran viaje. En realidad es bastante patético, pero bueno…).
La cuestión es que a nadie se le ocurría entonces, esto de ponerse enteramente a disposición de un pequeño tiranuelo lleno de mocos durante dos semanas, gastando fortunas en pelotudeces de temporada y múltiples espectáculos infantiles, solo para mantener al horrible niño ocupado y que no se aburra.
Pareciera ser que el niño en cuestión tuviera vacaciones a mitad de año porque su vida es tan estresante y sus responsabilidades tan agobiantes, que necesita imperiosamente desenchufarse de todo y divertirse urgentemente, ante el peligro de colapsar víctima de un infarto de miocardio producto de su frenético ritmo de vida.
En mi época, yo salía de vacaciones, y si se me ocurría hacer alguna clase de reclamo acerca de que estaba aburrido, solo recibía como respuesta un muy firme "Andate a jugar afuera y no me rompas las pelotas. Vos estás de vacaciones, yo no" por parte de mi madre.
Y, la verdad, tenía toda la razón.
Yo, como niño cuya vida es un constante regalo, en donde todo viene de arriba, no debería andar exigiendo nada, sino por el contrario, debería aprovechar ese inmerecido tiempo libre en ayudar en la casa o, al menos, en molestar lo menos posible.
Por supuesto en mi caso, que de nacimiento soy muy poco propenso a la realización de cualquier clase de actividad voluntaria, solo me limitaba a llevar a cabo la última opción.
Pero ahora no es así. Ahora es todo distinto y muy moderno.
Ahora resulta que los pendejos no piden, EXIGEN, que se los lleve de aquí para allá, que se les compre cosas, y que se los atienda y entretenga continuamente, porque sino los señores se ofenden, se enojan y hacen quilombo.
Y los padres (estos blandengues modernos de ahora) acceden cual mayordomos a cada estúpido caprichito del terrible infante.
¿Qué es lo que pasa? ¿Los hombres de la casa ya no usan cinto? ¿Las madres ya no tienen la chancleta castigadora? ¿Los sauces se quedaron sin varas? ¿Desde cuando los niños mandan en el mundo?
La respuesta es simple: Lo que pasa es que hace falta disciplina.
Desde hace unos años ya que la educación de los críos viene mordiendo la banquina.
Los borregos de ahora vienen muy vivarachos ya desde la cuna (yo siempre desconfié de los bebés) y si no se les pone un freno a tiempo, se te desbocan y después no los paras mas.
Haciendo otra comparación con aquella época cuando las cosas estaban en su lugar, (y corríjanme si me equivoco los de mi generac ... digo ... los de las generaciones anteriores) siendo uno un niño, cualquier mayor era figura de autoridad.
O sea, cualquier viejo medio mal encarado te mandaba a callar en la calle, y uno obedecía incluso hasta con algo de temor reverencial.
¿Por qué? Porque, siendo niños, sabíamos perfectamente que el que manda es el grande, y no nosotros.
Y así, el mundo funcionaba según el orden natural de las cosas.
Pero ahora no.
Ahora, gracias a los padres semi ausentes, a los nuevos métodos de crianza new age, a los choreos de ciertos "licenciados", psicopedagogos, y otras yerbas ladris por el estilo, los límites se han ablandado, se han vuelto demasiado difusos, y hemos llegado a un punto en el que cualquier soretito emancipado te grita, o te contesta mal, o te insulta, o simplemente te desobedece incluso con una amplia risa dibujada en su cacheteable rostro, en clara muestra de mofa y falta de respeto.
Los pendejos de ahora, la gran mayoría, no saben respetar, son malcriados y caprichosos.
Y sus padres, unos boludos sin carácter.
Y no; no soy un viejo choto de boina y poncho marrón que anda por las plazas amenazando niños mientras agita su bastón al grito de "Mocosos insolentes" entre toses y carrasperas, como mas de uno debe estar pensando en este momento.
Simplemente soy alguien que realmente cree que no es correcto que toda una generación de personas se críen y crezcan pensando que el mundo está hecho para complacerlos gratuitamente, y que sus padres, tutores, encargados, maestros, y/o mayores son nada mas que personas cuya única función en la vida es la de proveerlos de aquello que necesitan o desean y nada mas.
Si desde niños no se les enseña a tener respeto ni por sus propios padres, ¿Que se puede esperar que sientan por el resto de la humanidad cuando crezcan y deban insertarse como miembros de una sociedad?.
Lamentablemente, parece ser que la familia como institución, está cada vez mas debilitada y sus valores, en los lugares equivocados.
Hoy muchas veces un padre se preocupa mas en intentar que su hijo aprenda rápido de todo, se capacite, y se inserte en el mundo laboral lo antes posible a fin de lograr éxitos económicos y una posición de privilegio en la escala social, antes que enseñarle a ser una buena persona.
Y así anda el mundo. Y así nos va a ir.
Y con esta profunda frase, que no se que cuernos tiene que ver con lo que venía diciendo, definitivamente acabo de irme al re carajo.
Pero bueno, todo esto venía a que los bepis vienen demasiado desorejados y hay que ponerles límites.
Si señores: LI MI TES.
Y como aparentemente los padres de hoy vienen medio mariconcitos, y mucho no les da, estoy pensando en poner una pequeña empresa para brindar este tan necesario Servicio de Educación de Niños Malcriados, antes de que sea demasiado tarde y el mundo se nos vaya de las manos (o antes de que alguien me choree la idea).
O sea, si Ud. como padre es un pelafustán de corazón blando y poco carácter, primero debe saber que es una vergüenza para la raza humana, y luego podrá contratarnos para llevar a cabo esa tarea que Ud., infeliz, no tiene las agallas de realizar, consistente en enseñarle a su retoño lo que es el respeto a sus mayores.
La empresa cuenta con un plantel de profesionales altamente capacitado compuesto por mi, mi cinto, y una alpargata de soga, vieja, pero muy resistente.
Hago visitas a domicilio y todo.
Precios módicos.
Y como promoción de lanzamiento, si el pibe es de esos muy muy maleducados y berrincheros, se lo educo gratis, solo por placer.

Las líneas están abiertas.

En cuanto consiga una operadora publico el número. (No pensarán que voy a atender yo el teléfono, que soy el profesional tratante. Yo estoy para otras cosas. Por favor).

Satisfacción garantizada o cobra Ud. también (A ver si todavía que no es capaz de educar a su propio hijo, encima se viene a hacer el guapo).

13 comentarios:

Claude dijo...

Renegado, Ud. no contempla el caso serio de padres que tienen más de un crío... Me ofrezco para ser su colaborador ad honorem. Tengo un perro mediano chico pero bien mordedor, una colección de palos de escoba y, lo más importante, un magiclick del año del pedo que se enchufa en la pared y funciona como una picana eléctrica.

Bugman dijo...

Me anoto. Soy experto en coscorrones, arranque de patillas y retorcimiento de bracitos. Tengo 17 tonos diferentes para decir NO, incluyendo uno musical con la melodía de la 5ta sinfonía de Beethoven.
Mis sobrinos, cuando me piden algo lo hacen con un temor reverencial y pidiendo disculpas.
Uno de ellos, hoy todo un salame de 17 años, todavía se acuerda de que cuando tenía 10 lo revoleé agarrándolo de un talón porque me escupió. (Su madre también se acuerda, y no se me acerca a menos de tres metros, y eso que es mi hermana).

Histérica dijo...

Jajajajaja. Ud si que es un tipo admirable. tengo un hermano de 4 años, tiene 4 hermanas mayores (incluyendome) y mis viejos son como abuelos. Imaginate, un gritito y tiene todo un circo alrededor. Necesitaria sus servicios. Ah y tengo una chancleta de mi madre, algo vieja peeero debe servir, si la necesita está a su disposición.
jajajajaajja

Saludos =)

@PaloMedrano dijo...

clap, clap, clap, clap, clap, clap, clap, clap, clap, clap,
clap, clap, clap, clap, clap, clap, clap, clap, clap, clap,
clap, clap, clap, clap, clap, clap, clap, clap, clap, clap,
clap, clap, clap, clap, clap, clap, clap, clap, clap, clap,
clap, clap, clap, clap, clap, clap, clap, clap, clap, clap,
clap, clap, clap, clap, clap, clap, clap, clap, clap, clap

Renegado dijo...

Claude Contin: No es así. Está todo contemplado. Soy ambidiestro y manejo tan eficientemente el cinto con la derecha como la alpargata con la izquierda simultáneamente.
De todas formas lo anoto (Eso si, lo del magiclick lo dejamos porque no quiero tener que soportar después el discurso progre que tan de moda está ahora).
Saludos.

Bugman: Felicidades. Su currículum es impresionante. Queda anotado. Gente como Ud. es lo que se necesita.
Saludos.

Histerikaa: Ahhh, 4 añitos. Está punto caramelo para comenzar a ser disciplinado.
Y gracias por el ofrecimiento, pero no se preocupe que dispongo de todos los elementos que necesito
para cumplir mi tarea.
Besos.

Juan de los Palotes M.: Gracias, gracias. Ya puede tomar asiento.
Saludos.

Calio dijo...

My master, tres cositas:

1-Cuando uno es chico cualquier distancia de más de cinco cuadras es un señor "viaje", con aventuras, digno de contar a la vuelta al colegio.

2-Mi abuela no tenía sauce, tenia otro arbolito del que sacaba las varillas que hacía castigar hermosamente en nuestras pantorrillas. Mi vieja era más moderna y me daba con una ojota de plástico azul, recuerdo muy vívidamente un número 36 en mis nalgas.

3- Si quiere le hago de secretaria o me ofrezco para sostener a los pendejos.

4- (si, van a ser cuatro) Cuando uno quiere callar a un pendejo ahora, los padres te miran como si lo hubieses querido violar! Son unos pobres esclavos que van a terminar en un geriátrico!!

Ud... ud es bueno, doctor!
Se me lo va a ir para arriba caramba! ;-)

besos

Renegado dijo...

Calíope: Coincido plenamente con el punto 4. Encima de que son unos inútiles incapaces de educar a un niño, los padres se ofenden cuando uno intenta imponer esa autoridad de la que ellos carecen (por ejemplo cayéndole a castañazos al mocoso). Es increíble.
Y por supuesto queda anotada para el puesto de secretaria.
Para sostener a los niños no, porque disfruto mucho del placer de la cacería, y me gusta verlos tratar de huir con el terror dibujado en sus mniradas ante cada revoleo de mi cinto.
Besos.

Anónimo dijo...

Muy bueno Renegado, había escrito un comentario más largo pero se me colgó internet y lo perdí... mi memoria es débil así que la ocurrencia ya se fue.

Siguiendo su pedido de demostración de inteligencia y buen gusto lo adjunto a El Pasquín.

Saludos

giselisima dijo...

JAJAJAJA!!Esta seguro de la tarea a emprender?Mire que Bin Laden al lado de mi hija es un poroto.Y no es por que una sea una madre blanda, solo que la piba me salio terrorista de una.
Es una yegua manipuladora y solo tiene 3 a;itos

Stella dijo...

Cuando yo era pendejita, mi vieja me llevaba una sola vez a pasear durante las vacaciones. Ibamos con otra mamá y su hija, a Gath&Chavez, q era tipo un shoping en el centro de BsAs. Las dos mamás se sentaban a ver un desfile de modelos y a tomar el te, y mi amiguita y yo nos entreteníamos subiendo y bajando las escaleras mecánicas, q en esa época, eran una novedad! Si nos portabamos bien y no jodíamos mucho, nos compraban una coca!!
Ahora safo de ser esclava remisera de mis hijos, solo porque tengo muchos y no me da el tiempo ni la guita, pero estoy absolutamente de acuerdo con Ud.
Los imberbes están dominando el mundo, en cualquier momento lo tenemos a Barney de presidente! Te quiero yoooo, y tu a miiii......socorroooooo!!!

Renegado dijo...

El Pasquín: Muchas gracias. Esperemos que no se arrepienta.
Saludos.

Giselísima: ¿3 añitos? Déjemela una tarde y se la devuelvo hecha un granaderito.
Saludos.

Stella: Es que antes todo era mas simple, y eso lo hacía mas lindo. Uno se conformaba con poco, y no por eso era menos feliz.
Y con Barney de Presidente, por ahí estarían los Teletubbies ocupando ministerios y los Power Rangers en las Fuerzas Armadas.
Sería un país en joda (o sea, no muy distinto al de ahora).
Saludos.

Marina dijo...

Bueno, esteeeee, confieso que dudé antes de comentar. Soy madre de dos varones de 9 y 3 años. La respuesta de tu madre "Andá a jugar y dejate de romper las pelotas", es una de mis preferidas. Pero claro, los mocosos me dominan. Con decirte que me conozco de pe a pa la historia de Los Caballeros del Zoodíaco, que vi 3990 veces la película de Winnie Pooh, que aprendí la ley del off side, que soporto estoicamente 100% Lucha todos los domingos, que tengo unos brazos que cagate de risa de Charles Atlas por hamacar a mis crios, que estoy haciendo de nuevo cuarto grado (corto, pego y pinto como la mejor), que tengo la espalda doblada de llevarlo al menor "a caballito" cada vez que se cansa de caminar, creo que te pinto el panorama.
Eso si, sacando los gritos de neurótica que tengo que dar para que el mayor se bañe, aún me dan bastante pelota. Claro, en un par de años, cuando entre en la pubertad, seguro recurro a tus servicios. Espero que no hayas cambiado el número.

Anónimo dijo...

El número de comentarios te da la idea que eso de la disciplina muy popular no es. Esto porque se educa mejor con el ejemplo y nadie , en estos nuestros tiempos de tolerancia y permisividad, nadie quiere empezar por casa, esto es por uno mismo. Por otra aprte coincido que los promotores de la pavada, son los "psicolocos" que para no morirse de hambre y no estar dando la hora "fogonean" las más inverosímiles teorías.