martes, 4 de noviembre de 2008

Vandalismo imaginario

Como bien saben todos aquellos que han visitado este sitio desde hace tiempo (y que por lo visto son cada vez menos. Si los aburro me dicen eh. Claro, seguro que ya encontraron a otros lugares para visitar, total, a mi que me parta un rayo. Quemimporta. Ya van a volver con el equino exhausto. Pero guarda que capaz que cuando vuelvan ya no esté mas eh… Después no me busquen…), yo soy una persona, digamos, sencillamente maravillosa.
Un impactante derroche de atractivo, sumado a una catarata sin fin de virtudes, cuya humildad es solo comparable a su talento inigualable.
Sin embargo, como todos, también tengo mis cositas.
Ciertos defectillos que simplemente vienen a demostrar que debajo de este aspecto de semi Dios de aura refulgente, yace un ser humano. Uno excepcional, es verdad, pero un ser humano al fin.
Y cuando hablo de defectillos, no me estoy refiriendo a aquellos ardientes y ampliamente expresados deseos de ajusticiar con mis propias manos a algún imbécil que insiste en llenarme peligrosamente las pelotas con sus actitudes de soretito pedante y ventajero, ni a las ganas de incendiarle su costosísima y exhibicionista 4X4, ni a las intenciones que tengo de ver si puedo obtener una contundente y reveladora fotografía con mi celular de ciertas situaciones sugerentes mantenidas con la patética secretaria para después mandar a hacer afiches y pegarlos en todas las paredes de la cuadra. No, no, no. Nada de eso. Además, sentir eso no es un defecto. Es simplemente tener deseos de hacer justicia.
A lo que me refiero es a que suelo tener algunas, podríamos llamarlas, fantasías de maldad, pero que me resultan inevitablemente divertidas.
Son cosas que se me vienen a la cabeza de repente, en determinadas situaciones o ante determinados escenarios (generalmente la vía pública), que si bien a los afectados quizás no les resulten del todo graciosas (mas bien no creo que les resulten nada graciosas), tampoco es que les causarían perjuicios irremediables o graves daños.
Por supuesto que estas acciones jocosamente vandálicas nunca trascendieron (Ni trascenderán. Bueno, no sé. Por ahí un día se me salta la chaveta) el ámbito de lo imaginario, pero el solo hecho de fantasear con realizarlas o, quizás, ver a otra persona hacerlo me causa mucha gracia.
Por ejemplo, el fin de semana pasado estaba caminando por la peatonal (no aclaro cual peatonal porque es sabido donde vivo. Aunque claro, como ya no les importo mas, se deben haber olvidado. Y bueno, así son. Dejen, dejen … No importa…) y, como me sucede cada vez que ando por ahí, lo primero con lo que uno se topa es con esos hippies roñosos (bueno, "artesanos" … pero igual son roñosos), que muy orondos extienden sus enormes trapos en la vía pública para disponer sobre ellos toda clase de chucherías, algunas de ellas, decididamente espantosas.
Pues bien, no puedo evitar, cada vez que los veo, fantasear con pasar corriendo por encima de esos trapos; pero no corriendo normal, sino medio como arrastrando un poco las patas, cosa de patear la mayor cantidad de chucherías posibles.
Completaría el cuadro, además, agitando los brazos y emitiendo algunos sonidos inentendibles tipo "¡¡Aaarrrrgggghhuuuubbbdduuububububuuduu!!" y después me iría corriendo (ahora si normalmente), antes de que los "artesanos" me empiecen a atacar arrojándome bolas de piojos y liendres.
En otra oportunidad, no hace mucho y también en la misma peatonal, se habían instalado unas seis o siete mesas con tableros de ajedrez, en las cuales, a manera de exhibición, se mantenían partidas simultáneas entre algunos voluntarios (algunos muy jóvenes) y un tipo que supongo sería un maestro del juego porque jugaba solo contra todos, e iba de una punta a la otra de la fila de mesas moviendo las piezas en los distintos tableros, siempre con una mano apoyada en la pera y con cara de pensar mucho.
En este caso imaginé que hubiera podido proceder de dos maneras: una sería sencillamente colocarme discretamente como a unos dos metros de uno de los extremos de la fila de mesitas, del mismo lado del que juega el tipo solo, ya que, debido a que el chabón está permanentemente desplazándose, allí no hay sillas.
Cuando las partidas estén lo suficientemente avanzadas, y esperando el momento oportuno, me lanzaría corriendo a toda velocidad y, extendiendo mi brazo, lo pasaría rasante sobre todos los tableros tirándole todas las piezas al carajo a todos mientras me río a carcajadas.
Por supuesto que una vez realizado el acto debería seguir corriendo hasta perderme en la distancia, mas que nada para evitar terminar con un alfil o una torre incrustada en el orto como represalia de los indignados jugadores.
La otra cosa que podría hacer requeriría algo mas de "acting" y consistiría en hacerme pasar por uno de los voluntarios que desafían al maestro ajedrecista.
Me sentaría muy serio en una de las mesas y comenzaría a ejecutar la partida con algunos movimientos muy básicos (me sé como cuatro).
Con el correr del tiempo, luego de hacer como que pienso mas o menos durante una hora sin hacer nada para poner nervioso al tipo, empezaría a mover mis piezas de cualquier manera, le escondería alguna de sus piezas, le cambiaría todo de lugar, o cambiaría una de mis piezas por algún muñequito (tipo un Playmobil o algo así) que llevaría escondido, pero todo siempre manteniendo la mayor seriedad posible y con cara de que la tengo re clara.
En el momento en el que el tipo se desconcertara y me dijera algo, le gritaría re sacado "¡¡Aguante el Ludo Matic!!" y me levantaría de golpe tomando la mesa por un extremo y tirándola a la mierda, desparramándole todo en la cara.
Después saldría corriendo con los brazos levantados como en los dibujitos y gritando "¡¡Huuujujujuuuuu!! ¡¡Huuuujujujujujuuuuuu!!".
También hay algunas maldades que son mas sencillas y accesibles pero no por eso menos divertidas, como por ejemplo pincharle el globo a un niño, tocarle el culo a una estatua viviente, estamparle el helado en la cara a alguien (esto se logra acercándose sigilosamente por detrás a la persona que está tomando el helado y, aguardando el momento en el que lo acerca a su boca, se le toma por sorpresa la mano con la que sostiene el helado y se la dirige rápidamente hacia el rostro), o darle una patada en el culo a alguna gorda a la que se le ocurra atarse los cordones subiendo una pierna al zócalo de una vidriera y dejando su gigantesco culo apuntando a la gente (eso lo vi el sábado pasado. Sinceramente no sé como me contuve).
Y bueno, así.
De estas cosas se me ocurren un montón y, como dije antes, el solo imaginarlas me divierte.
La cuestión es que cuando comento esto en mi círculo íntimo, suelen decirme que tengo problemas, que por que no me hago ver por un psiquiatra, que si me estoy automedicando o, directamente, que soy una porquería de persona.
Yo creo que no es para tanto.
De hecho seguramente estas ideas son mas normales de lo que se piensa y a mas de uno, de presenciarlas, le causarían, aunque sea, algo de gracia.
De hecho incluso habrá alguno por ahí que hasta se haya animado a mandarse alguna.
Lo que pasa es que por lo general nadie confiesa este tipo de cosas por miedo a quedar como un desadaptado social, un loquito peligroso o un boludazo de competición, pero que los hay los hay.
Estoy seguro.
Es mas. Alguno de ustedes (de los dos o tres que quedan) que están leyendo esto, mientras se imaginaban las escenas se reían ¿No? .. ¿Ah no? .. Bueno, pero tampoco es que se indignaron como señoritas supongo. Lo único que falta.
Vamos, quiero que confiesen.
Cuentenlé al mundo sus mas oscuros deseos de hacer el mal. Desahógense y siéntanse parte del lado oscuro por un momento.
Despójense de sus máscaras de individuos socialmente correctos. Hagan uso de su honestidad mas pura y díganme si nunca, nunca, se les ocurrió hacer algo así o si, al menos, no les resultaría divertido hacerlo.

Vamos, no sean botones.

Sino voy a quedar mal yo solo caramba.



Aclaración: Quiero dejar bien en claro que me divertiría hacer esas cosas o ver que se las hacen a alguien, pero de ninguna manera esto significa que si me las hacen a mi lo vaya a tomar con humor. Mas bien todo lo contrario.
Yo soy capaz de matar si me joden en un mal día, así que ojito, en especial con lo del helado.

18 comentarios:

Anónimo dijo...

Debo decir que me reí con la última opción del ajedrez.
También he pensado cosas por el estilo pero no recuerdo puntualmente ninguna.
Saludos

J dijo...

bastante maleficas, y divertidas pero no graciosas; definitivamente me agrada el mal, y si podemos imaginarnos un millón de cosas más; pero la verdad es que soy bastante empatica, entonces no lo pondría en práctica ni me reiría en una situación real. De todos modos me dedico a portarme mal a mi modo

Anónimo dijo...

Yo soy un tipo muy correcto. Es mas, una vez que un tipo (perdon, un DOCTOR) exaltadamente me dijo "pero como vamos a hacerlo asi, estamos todos locos!" yo le conteste correctisimamente "Pero dotor, QUE DUDA CABE". Me hubiera gustado decirle "pero porque no te vas a la reconchuda putisima madre que te pario?".

Uy.
Ehhh... Se puede decir "que te pario" en este blog?

Anónimo dijo...

Jajajajaja, lo del anonimo anterior estuvo bueno.

Regenegadouuuuuuuu, estoy de acuerdo en todo, es mas, hasta hice los sonidos en voz alta, incluso la risa que saco desde el dibujito animado Dexter. Pero me dio un poco de lastima lo de la gorda... probre gorda, no tiene la culpa de ser asi, o de no llegar a sus zapatos. No le parece? A menos que sea la gorda de mi vecina... esa si lo merece.

Los demas, se puede llevar a cabo, avise y "atacamos"

No recuerdo maldades dignas de contar

Renegado dijo...

Sr. D: Bueno, haga un esfuerzo. Cuente una. Sino quedo como un sociópata yo solo.

Jazmín: Bueno, ya empezamos a hacerme quedar como el culo. Que linda la nena. Y claro, se llama Jazmín. No debe ser tan mala.

Anónimo: Pero eso no es una maldad. Es una contestación inesperada. Para hacerla graciosa debería haberse subido a la mesa de un salto y haber gritado "¡¡Siiiiiii ¿Que no te das cuenta? ¡¡¡Estamo locooooooooo estamo!!!" y después haber salido corriendo mientras se arranca mechones de pelo con las manos.
Y en este blog se puede decir cualquier cosa. Dele tranquilo.

Insegna: Bueno, bueno... Si quiere dejo el blog en manos del Sr. Anónimo ya que es tan gracioso.(Hoy estoy sensible).
Y le da lástima la gorda porque no vió lo tentador que estaba ese enorme culo para darle un voleo y salir corriendo. No se haga el bueno.
La risa no la saqué de Dexter. De hecho jamás miro esos dibujos porque los detesto. Me imaginé algo mas tirando a lo que hace el Pato Lucas cuando se enloquece (creo que era el Pato Lucas, pero no estoy seguro).

Zoqueta dijo...

"En el momento en el que el tipo se desconcertara y me dijera algo, le gritaría re sacado "¡¡Aguante el Ludo Matic!!" y me levantaría de golpe tomando la mesa por un extremo y tirándola a la mierda, desparramándole todo en la cara."
Algo asi como la defensa siciliana de Mafalda? Jajajaja
Yo también me imagino cosas asi, de hecho mientras leía te imaginé haciendo todo eso con cara de sacado demente y me reí un rato XD

Respecto a la gente que nos olvida, me uno. Creo que 4 años escribiendo y la gente se me aburrió un poco...ejeje. Igual siga escribiendo, que a los que leemos nos gusta señor!


PD: "Busqueda Implacable" a pesar de su nombre archi conocido (Todas las peliculas esas de acción tienen nombres como "enemigo al acecho", "perfecto asesino", "vandalismo fatal") está MUY buena. No sé si se lo dije ya, a mi el alzheimer me ataca de joven. Se la recomiendo

Bugman dijo...

Y siempre fantaseo con subirme al mostrador de la caja del supermercado, patear todos los productos que haya encima y después saltar al de la caja de al lado y así, todo mientras canto "I singing in the raiiiin".
También me gustaría hablarle bajito al cajero del banco para que tenga que acercar la cara al agujero del vidrio y una vez a tiro hacerle un piquete de ojos.

Renegado dijo...

Zoqueta: Si, algo así. Pero no porque estuviera perdiendo sino simplemente por verle la cara al tipo y a los demás participantes.
Gracias por confesar que sos de imaginar cosas así. Estaba seguro que vos no me ibas a fallar. Siempre dije que si nos conociéramos podríamos ser amigos.

Y viste como es la gente de ingrata. Que se le va a hacer.

No, no me lo habías dicho. Gracias por la recomendación, pero creo que a esta altura quedará para el DVD.
En carpeta está la de James Bond que creo que se estrena esta semana.

Bugman: JAAA! ¡¡¡SIIII!!! ¡A eso me refiero! Esas son muy buenas y además divertidas. Muchas gracias. Ud. también podría ser mi amigo.

El Profe dijo...

Desde que leí tus memorables artículos sobre los viejos que retrasan nuestro viaje en colectivo, no puedo dejar de fantasear con "ayudarles" a subir o bajar más rápido ¡con una patada en el orto! Sí, sí, ya sé que yo también —con suerte— seré viejo pero ojalá que no esté todo tembloroso o que por lo menos no tenga necesidad de viajar en horarios inconvenientes. ¿Para cuando la implementación de "El viejero"? ¡Ah! y para que sea "gracioso" al momento de "ayudarlos" ¿podría gritar "¡Goool! Maradooo... Maradooo..!"? Saludos.

Renegado dijo...

Profe: Bueno, pero esa es una fantasía bastante poco original, y no estoy seguro de que cumpla con el requisito de no provocar daños irremediables o graves a la víctima. Además no creo que le cause mucha gracia a los testigos (vió como es la gente de "correcta" cuando está en público) y seguro que se la agarran mal con Ud..
Igual gracias por el aporte porque por lo menos queda demostrado que hay gente mas mala que yo.

El Profe dijo...

Cierto. La maldad se ha vulgarizado tanto que ya no existe originalidad propiamente dicha, talvez sólo "pintoresquismo" y tampoco había reparado en la condición de no provocar daños "irreparables" —¡ojo que los viejos ya vienen "descompuestos" de por sí, no me parece que una "ayudita" deba llevar toda la culpa— y quién sabe, aunque no falte el "correcto de turno" seguro que también estará el fanático del futbol y del nuevo DT que aplaudirá y acompañará el grito y el coro. Un honor compartir maldad contigo.

Vale dijo...

(Uy! Se me perdió el comentario... Bueno, vamos de nuevo.)
Lamentablemente creo que no me animaría a semejante hazaña, eso es solo para valientes. Me hizo acordar a la película Los idiotas, pero mucho más divertido.
Lo confieso, soy una de los dos o tres que se rieron en voz alta!

Anónimo dijo...

buenisimo lo de los trapos, y también la de los ajedrecistas. Sería sublime estar ahi para verlo.Pero a mí se me ocurren cosas bastante más violentas,y no tan divertidas, que no llego a concretar sólo porque pienso en las consecuencias.

Mariel

Claude dijo...

El que no causa esos estragos imaginarios es un muerto.

Renegado dijo...

Profe: Justamente el hecho de que los viejos ya vengan medios chotos de por si, los eximiría de ser víctimas de alguno de estos actos.
Sin embargo, eso no quita que uno pueda divertirse con las cosas que les pasan solo por ser viejos, como hacer boludeces o caerse en la calle.

Vale: De todas formas yo no estoy diciendo que haya que hacerlo. Digo que es divertido imaginarlo. Bueno, que tanto, hacerlo alguna vez debe estar bueno también.

Mariel: Vamos, vamos. Cuente. No se reprima. Haga catarsis. Depués en todo caso le buscamos la vuelta para hacerlo gracioso.

Claude: No se si muerto, pero que es un aburrido seguro.
Además la gente demasiado correcta me da desconfianza. Seguro que algo oculta.

Anónimo dijo...

Generalmente todas las que se me ocurren están relacionadas con el tránsito. La más recurrente es cuando manejo o cuando voy de acompañante, no importa, y veo a los colectiveros y/o taxistas y/o conductores de 4x4 tirarme sus vehículos encima. Mi fantasía máxima es bajarme con una cadena bien heavy y partirles parabrisas y todos los vidrios posibles. Como le dije, nada gracioso,ni femenino y bien violento.

Mariel

Anónimo dijo...

Ir por la calle y darle una palmada muy coqueta en el traste a una mujer (soy mujer)

Anónimo dijo...

Recordé unas, en la entrada de las galerías Pacifico, suele haber estatuas vivientes muy producidas, siempre que pasaba pensaba lo bueno que seria arrojarles un balde de agua en la cabeza desde la ventana superior de la galería.
También suelo pensar una "común", cuando veo pasar un moto con mucho estruendo lo divertido que seria arrojarle algo al paso para que patine por toda la acera.

Saludos