No. No me morí, por si eso estaban pensando. Ya pueden guardar las flores y las tarjetas de condolencia (y cierta gente que yo sé, se puede meter la botella de champagne para el festejo donde les quepa).
Sigo aquí, en la plácida comodidad de mi hogar, atravesando los últimos días de convalecencia de esta varicela atroz que atentó salvajemente contra mi existencia.
En realidad, y para ser honesto, ya estoy bien, pero como que le tomé mucho el gustito a estar al gas, por lo que haciendo uso de mis múltiples encantos y mi irresistible sex appeal, conseguí que una doctora me extendiera un certificadito por una semana mas, a fin de justificar mi no concurrencia al yugo laboral (Y esto lo cuento aquí confiando plenamente en su discreción. No me manden al frente o me veré obligado a ir a buscarlos uno por uno para matarlos hasta que mueran).
El caso es que, pese a lo avanzado de mi recuperación, aún persisten ciertas molestas secuelas que no dejan de incomodarme sobremanera, como por ejemplo unas repentinas picazones que me toman distraído (algo raro en mi) provocando que me rasque violentamente sin pensarlo demasiado y, como buen animalito que soy, me arranque sendos pedazos de mi humanidad de manera dolorosa e intempestiva, gracias a lo cual algunos sectores de mi cuerpo ya parecen un hermoso pedazo de queso gruyere.
A todo esto, y por la misma causa, aún no puedo ni afeitarme ni cortarme el pelo, por lo que mi actual aspecto tranquilamente podría conseguirme un papel protagónico en la próxima temporada de “LOST” (si me dan a elegir quiero que mi personaje curta con Evangeline Lilly todo el día. Gracias. Si me lo consiguen lo hago gratis).
Ambos, por supuesto, son motivos mas que suficientes para que considere no conveniente volver al trabajo (además, claro, de que detesto profundamente ese lugar, a la mayoría de la gente que allí me rodea, viajar en colectivo todos los días y levantarme temprano para andar a las corridas).
El caso es que, como habrán podido notar, no estuve especialmente productivo durante este breve período de licencia (y si no lo notaron significa que no son lectores habituales así que mucho derecho a quejarse no tienen), pero como ya he mencionado antes, el hecho de estar en mi casa es un factor determinante a la hora de sentarme frente a la pantalla e intentar escribir algo mas o menos decente.
O sea, no puedo hacer todo junto.
Entre que me rasco, grito por el dolor, me seco la sangre, me pongo la curita, me tiro a descansar por el esfuerzo (y la pérdida de sangre), y eso, el tiempo no me alcanza.
La cuestión es que, aparentemente, esta pequeña ausencia ha puesto algo nerviosos a ciertos lectores insensibles, que lejos de compadecerse de mi situación, no han dudado en enviarme ciertos mensajes de tono amenazante, intimándome a que retome de inmediato mi labor o me atenga a las consecuencias (lo que dijeron exactamente fue “sangrientas y extremadamente dolorosas consecuencias”).
Primero me lo tomé a broma y pensé “Ay. Pero que locos lindos que son”, pero cuando encontré mi casilla de mail repleta con fotos de tono decididamente macabro con mensajes como “Esto no será nada comparado con lo que te va a pasar, infeliz” o “Yo que vos escribo mientras aún tenga manos”, ahí ya la sonrisa se me fue transformando en un gesto de preocupación primero, para luego lentamente ir convirtiéndose directamente en una mueca de pánico, por lo que, como uno nunca sabe que clase de loquito peligroso hay del otro lado, concluí que sería una buena decisión ponerme a hacer algo de una buena vez.
El problema radica en que estando acá, digamos que mi vida muy muy interesante no es, así que mucho material como para escribir no tengo (a no ser que quieran que les cuente lo que soñé cuando me dormí en el sofá o de que se trata el libro que intento terminar de leer).
De lo que si podría hablar, aunque a algunos no les guste demasiado, es de televisión, ya que es lo único tan pedorro que siempre te da algo como para criticar, y es de lo que mas he hecho durante estos días.
La macana es que hubo mucho material, y escribir algo sobre cada cosa que pasó haría de este un blog únicamente de espectáculos, cosa que, ya he dicho, no voy a hacer.
También, además, de haberlo hecho debería haber sido en el momento, ya que escribir ahora por ejemplo, sobre el cumpleaños de Sandro, como que ya no tendría gracia.
Aunque pensándolo mejor, el blog es mío y yo puedo escribir sobre lo que se me canta cuando se me canta, especialmente si se me canta en un momento en donde no se me ocurre nada mejor que hacer y estoy presionado por amenazas, como podría ser … ahora.
Es sorprendente ver cada año (Si, si … voy a hablar sobre el cumpleaños de Sandro. No era una joda), la cantidad de viejas al pedo y sin el mas mínimo sentido del ridículo que se agolpan en las puertas de la casa de ese pobre hombre que a duras penas aún respira, y que debe salir a saludarlas aún a riesgo de quedar tieso (en el peor de los sentidos), lo cual de suceder provocaría ahí mismo una ola de desmayos, infartos y ataques de histeria masivos que seguramente harían las delicias de nuestros medios periodísticos.
Siempre me pareció bastante patético el espectáculo brindado por esas docenas de señoras de mas de cincuenta años, ridículamente ataviadas con vinchas, envueltas en banderas cual colegialas de Feliz Domingo, agitando carteles y flameando sus desagradables bombachones al viento, mientras gritan que si lo agarran le van a hacer no se que cantidad de cosas horrendas.
No puedo dejar de pensar en la cantidad de platos sin lavar, camas sin hacer, y pisos sin barrer que han de haber quedado en innumerables casas, gracias a que las denominadas “Nenas” (por favor, un poco de cordura…) estuvieron perdiendo el tiempo ahí todo el santo día.
Lo peor de todo, es que, encima, esas mismas señoras cincuentonas parecen estar absolutamente convencidas de que ese lugar es una especie de túnel del tiempo en donde mágicamente pueden volver a tener veinte años y recuperar el apetecible aspecto de su juventud, por lo que se atreven a gritar entre desencajadas caracjadas de exitación enmarcadas por unos pocos dientes, las mas desubicadas frases de doble sentido, como si eso fuera a resultarle sensual o atractivo a alguien.
Realmente es un espectáculo muy triste de ver.
Aunque, claro, mucho mas triste debe ser para Sandro, ya que año tras año deber enfrentarse a la cruel realidad del paso del tiempo, viendo como su público, aquel que alguna vez estuvo compuesto por centenares de alocadas jovencitas de firmes pechos y redondeadas caderas que se zarandeaban al ritmo de su música, hoy se muestra como una jauría de veteranas menopáusicas en celo, chillonas, mal teñidas y hambrientas de cariño que todavía sueñan con una desenfrenada noche de pasión con su maltrecho ídolo.
En fin, podría seguir hablando de esto, o podría hablar de otros temas de candente actualidad, como por ejemplo que en Gran Hermano tuvieron sexo porque ya no saben que cuernos hacer para que alguien se entusiasme con ese bodrio prearmado; o tal vez podría hacer referencia al clandestino video en el que Wanda Nara aparece lustrando magistralmente una garompa con la lengua con admirable devoción; o quizás debería reflexionar acerca de la trágica depresión que aqueja a la beluga … perdón… quise decir a Silvia Süller por haber sido sentenciada (o nominada, no se cual es cual) por lo que desea sentarse a orillas del mar empastillada para quedarse dormida y que se la lleve la marea (deberá esperar que venga un tsunami, porque de otra manera dudo que el agua la mueva); pero la verdad es que ya me resulta prácticamente imposible concentrarme.
En serio, no puedo.
Ni siquiera puedo quedarme quieto sentado por un tiempo mas o menos prolongado como para elaborar un párrafo completo.
Y no es que tenga mucho que hacer eh. Es que soy un hinchapelotas nomás. Y tengo hambre. Y medio me acalambro.
Con decir que esto lo empecé a escribir anteayer a la mañana, y todavía acá ando, sin saber como redondearlo.
Bueno, por todo esto creo que por ahora ya estaría bien.
Demasiado que estando convaleciente me tomo la molestia de escribir algo (Y conste que no fue por temor a las amenazas … Bueno, un poco si …. Nunca se sabe).
Sigo aquí, en la plácida comodidad de mi hogar, atravesando los últimos días de convalecencia de esta varicela atroz que atentó salvajemente contra mi existencia.
En realidad, y para ser honesto, ya estoy bien, pero como que le tomé mucho el gustito a estar al gas, por lo que haciendo uso de mis múltiples encantos y mi irresistible sex appeal, conseguí que una doctora me extendiera un certificadito por una semana mas, a fin de justificar mi no concurrencia al yugo laboral (Y esto lo cuento aquí confiando plenamente en su discreción. No me manden al frente o me veré obligado a ir a buscarlos uno por uno para matarlos hasta que mueran).
El caso es que, pese a lo avanzado de mi recuperación, aún persisten ciertas molestas secuelas que no dejan de incomodarme sobremanera, como por ejemplo unas repentinas picazones que me toman distraído (algo raro en mi) provocando que me rasque violentamente sin pensarlo demasiado y, como buen animalito que soy, me arranque sendos pedazos de mi humanidad de manera dolorosa e intempestiva, gracias a lo cual algunos sectores de mi cuerpo ya parecen un hermoso pedazo de queso gruyere.
A todo esto, y por la misma causa, aún no puedo ni afeitarme ni cortarme el pelo, por lo que mi actual aspecto tranquilamente podría conseguirme un papel protagónico en la próxima temporada de “LOST” (si me dan a elegir quiero que mi personaje curta con Evangeline Lilly todo el día. Gracias. Si me lo consiguen lo hago gratis).
Ambos, por supuesto, son motivos mas que suficientes para que considere no conveniente volver al trabajo (además, claro, de que detesto profundamente ese lugar, a la mayoría de la gente que allí me rodea, viajar en colectivo todos los días y levantarme temprano para andar a las corridas).
El caso es que, como habrán podido notar, no estuve especialmente productivo durante este breve período de licencia (y si no lo notaron significa que no son lectores habituales así que mucho derecho a quejarse no tienen), pero como ya he mencionado antes, el hecho de estar en mi casa es un factor determinante a la hora de sentarme frente a la pantalla e intentar escribir algo mas o menos decente.
O sea, no puedo hacer todo junto.
Entre que me rasco, grito por el dolor, me seco la sangre, me pongo la curita, me tiro a descansar por el esfuerzo (y la pérdida de sangre), y eso, el tiempo no me alcanza.
La cuestión es que, aparentemente, esta pequeña ausencia ha puesto algo nerviosos a ciertos lectores insensibles, que lejos de compadecerse de mi situación, no han dudado en enviarme ciertos mensajes de tono amenazante, intimándome a que retome de inmediato mi labor o me atenga a las consecuencias (lo que dijeron exactamente fue “sangrientas y extremadamente dolorosas consecuencias”).
Primero me lo tomé a broma y pensé “Ay. Pero que locos lindos que son”, pero cuando encontré mi casilla de mail repleta con fotos de tono decididamente macabro con mensajes como “Esto no será nada comparado con lo que te va a pasar, infeliz” o “Yo que vos escribo mientras aún tenga manos”, ahí ya la sonrisa se me fue transformando en un gesto de preocupación primero, para luego lentamente ir convirtiéndose directamente en una mueca de pánico, por lo que, como uno nunca sabe que clase de loquito peligroso hay del otro lado, concluí que sería una buena decisión ponerme a hacer algo de una buena vez.
El problema radica en que estando acá, digamos que mi vida muy muy interesante no es, así que mucho material como para escribir no tengo (a no ser que quieran que les cuente lo que soñé cuando me dormí en el sofá o de que se trata el libro que intento terminar de leer).
De lo que si podría hablar, aunque a algunos no les guste demasiado, es de televisión, ya que es lo único tan pedorro que siempre te da algo como para criticar, y es de lo que mas he hecho durante estos días.
La macana es que hubo mucho material, y escribir algo sobre cada cosa que pasó haría de este un blog únicamente de espectáculos, cosa que, ya he dicho, no voy a hacer.
También, además, de haberlo hecho debería haber sido en el momento, ya que escribir ahora por ejemplo, sobre el cumpleaños de Sandro, como que ya no tendría gracia.
Aunque pensándolo mejor, el blog es mío y yo puedo escribir sobre lo que se me canta cuando se me canta, especialmente si se me canta en un momento en donde no se me ocurre nada mejor que hacer y estoy presionado por amenazas, como podría ser … ahora.
Es sorprendente ver cada año (Si, si … voy a hablar sobre el cumpleaños de Sandro. No era una joda), la cantidad de viejas al pedo y sin el mas mínimo sentido del ridículo que se agolpan en las puertas de la casa de ese pobre hombre que a duras penas aún respira, y que debe salir a saludarlas aún a riesgo de quedar tieso (en el peor de los sentidos), lo cual de suceder provocaría ahí mismo una ola de desmayos, infartos y ataques de histeria masivos que seguramente harían las delicias de nuestros medios periodísticos.
Siempre me pareció bastante patético el espectáculo brindado por esas docenas de señoras de mas de cincuenta años, ridículamente ataviadas con vinchas, envueltas en banderas cual colegialas de Feliz Domingo, agitando carteles y flameando sus desagradables bombachones al viento, mientras gritan que si lo agarran le van a hacer no se que cantidad de cosas horrendas.
No puedo dejar de pensar en la cantidad de platos sin lavar, camas sin hacer, y pisos sin barrer que han de haber quedado en innumerables casas, gracias a que las denominadas “Nenas” (por favor, un poco de cordura…) estuvieron perdiendo el tiempo ahí todo el santo día.
Lo peor de todo, es que, encima, esas mismas señoras cincuentonas parecen estar absolutamente convencidas de que ese lugar es una especie de túnel del tiempo en donde mágicamente pueden volver a tener veinte años y recuperar el apetecible aspecto de su juventud, por lo que se atreven a gritar entre desencajadas caracjadas de exitación enmarcadas por unos pocos dientes, las mas desubicadas frases de doble sentido, como si eso fuera a resultarle sensual o atractivo a alguien.
Realmente es un espectáculo muy triste de ver.
Aunque, claro, mucho mas triste debe ser para Sandro, ya que año tras año deber enfrentarse a la cruel realidad del paso del tiempo, viendo como su público, aquel que alguna vez estuvo compuesto por centenares de alocadas jovencitas de firmes pechos y redondeadas caderas que se zarandeaban al ritmo de su música, hoy se muestra como una jauría de veteranas menopáusicas en celo, chillonas, mal teñidas y hambrientas de cariño que todavía sueñan con una desenfrenada noche de pasión con su maltrecho ídolo.
En fin, podría seguir hablando de esto, o podría hablar de otros temas de candente actualidad, como por ejemplo que en Gran Hermano tuvieron sexo porque ya no saben que cuernos hacer para que alguien se entusiasme con ese bodrio prearmado; o tal vez podría hacer referencia al clandestino video en el que Wanda Nara aparece lustrando magistralmente una garompa con la lengua con admirable devoción; o quizás debería reflexionar acerca de la trágica depresión que aqueja a la beluga … perdón… quise decir a Silvia Süller por haber sido sentenciada (o nominada, no se cual es cual) por lo que desea sentarse a orillas del mar empastillada para quedarse dormida y que se la lleve la marea (deberá esperar que venga un tsunami, porque de otra manera dudo que el agua la mueva); pero la verdad es que ya me resulta prácticamente imposible concentrarme.
En serio, no puedo.
Ni siquiera puedo quedarme quieto sentado por un tiempo mas o menos prolongado como para elaborar un párrafo completo.
Y no es que tenga mucho que hacer eh. Es que soy un hinchapelotas nomás. Y tengo hambre. Y medio me acalambro.
Con decir que esto lo empecé a escribir anteayer a la mañana, y todavía acá ando, sin saber como redondearlo.
Bueno, por todo esto creo que por ahora ya estaría bien.
Demasiado que estando convaleciente me tomo la molestia de escribir algo (Y conste que no fue por temor a las amenazas … Bueno, un poco si …. Nunca se sabe).
En fin…
¿Están esperando un remate ingenioso e hilarante?
No hay. Se los debo. En su lugar les dejo un chistecito gráfico que encontré por ahí y que además tiene una enseñanza de vida (Porque en este lugar no solo se entretiene, también se aprende).
¿Están esperando un remate ingenioso e hilarante?
No hay. Se los debo. En su lugar les dejo un chistecito gráfico que encontré por ahí y que además tiene una enseñanza de vida (Porque en este lugar no solo se entretiene, también se aprende).
Bueno che. Peor es nada.
15 comentarios:
Al fin ya era hora...que bueno que este vivo!!!!
Me mató el chistecito del final, y me alegro mucho q se esté recuperando... :D
Lo de q vaya a participar en Lost lo dudo mucho pero de todas maneras espero q consiga varios días más para estar al gas como UD dice...
No le hizo mal andar viendo tanta tele? capaz q eso le esté siendo contraproducente, no lo penso?
Le mando un beso :)
Caranchos. Ahora qué hago con la biografía que le escribí y con el panegírico y con la lápida y con el desfile y con los cuatro días de duelo nacional que había conseguido gracias a mi amigo el buffetero del Congreso.
Encima le doy un premio y ni siquiera lo menciona. Humilde, humilde como los grandes. Siga así, siga rascándose (literalmente) que va fenómeno.
El acertado y descarnado análisis me hace pensar que no debe haber peor cosa que envejecer indignamente...cierto que muchos factores confabulan para que los últimos días de los viejos sean extremadamente duros..pero que uno mismo se meta a hacer el ridículo y a exhibirse grotescamente como "las nenas" ¡merece muerte por apaleamiento! esto sería más piadoso y provechoso para ellas y para nosotros. La imagen de un tsunami bregando para cargar con la Suller, es simplemente formidable.
Giselísima: Gracias. Yo también mas o menos me alegro de estar vivo.
Besos.
Faby: Gracias. Pero el currito de los días ya se me termina hoy, lamentablemente.
Y no me hizo mal la tele. Me aburrió un poco que no hubiera cosas interesante para ver, pero nada mas.
Besos.
Bugman: Guárdelo. Guarde todo porque uno nunca sabe (y con mi suerte menos).
Y lo del premio (el cual agradezco nuevamente) será mencionado como corresponde en cuanto seleccione mis candidatos para recibirlo.
Saludos.
Profe: No se si muerte por apaleamiento, pero me conformaría con que las respectivas familias de esas señoras las hicieran entrar en razón explicándoles que ya no están para hacer esas cosas porque quedan terriblemente ridículas y gagá.
Saludos.
Señor, supongo que lo de la varicela no será una excusa para poder decir que se esta rascando a cuatro manos o si?? de cualquier forma disfrútelo. Y si sigue analizando las (penosas) realidades como lo hace, bienvenidas sean las amenazas (?!)
Que recupere pronto sus trozos de piel y besos
Calíope: No, no .. Es todo de verdad. Tanto, que el rascarme por la insoportable picazón me impidió disfrutar del rascarme para disfrutar de este breve tiempo de ocio.
La vida es muy injusta.
Besos.
Cuanta verdad hay en tu análisis del cumpleaños de Sandro, nunca lo había pensado de esa manera, ni de ninguna otra, pero hay mucha verdad, y no hablaste de los imitadores que también son parte de ese bochorno y acompañan a las señoras en la guardia hasta que sale a saludar.
Me voy conforme con el material de este blog, y seguramente volveré.
jaajajajajaa me encantó la descripcion de las nenas de Sandro!!!
Y siga escribiendo nomás, un bloguero se debe a su público, haya ronchas o no!! ;)
Saludos y que se mejore pronto
Renegado, a menos que le hayan salido ronchas en las yemas de los dedos lo exhorto -en el buen sentido de la palabra exhorto- a seguir escribiendo.
Una cosa es leer un post largo, ¡pero otra muy distinta es leerlo una y otra vez a falta de material fresco!
Has: Gracias. Me alegra haberlo conformado. Vuelva cuando guste.
Saludos.
Stella: Por supuesto que si. Por eso ya estoy nuevamente aqui dispuesto a retomar mis labores.
Y ya no tengo ronchas. En su lugar hay unos simpáticos hoyitos.
Besos.
Bugman: Bueno, bueno. No se me altere. Ya va.
Esto tampoco es soplar y hacer botellas, caramba.
Saludos.
Yo no soy Thebug, hombre, se equivocò de bicho.
Bugman: Mil perdones. No se como pude confundirme así (bueno, si sé..es que los nombres se parecen; sobre todo en la parte de "Bug").
Sin embargo ese involuntario desliz no hace mas que demostrar que aún no estoy al 100% y que deben tenerme paciencia.
(También demostraría que soy medio nabo y bastante distraído, pero bueno, lo otro queda mejor).
Nuevamente mis sinceras disculpas.
Saludos.
Hola!
Llegué a tu Blog a través de Faby.
Debo confesar que entre tantas cosas que tienes, la que más llamó mi atención fue la publicidad política. Pensé que la candidatura de Cristina era prácticamente apoyada de forma unámime; ya veo que no. En Venezuela eso es lo que se hace ver. Bueh... con la libertad de información que tenemos los venezolanos, tampoco esperaba más.
Saludos,
Janecita.-
Janecita: Ante todo bienvenida.
En cuanto a lo de la publicidad política, si te dio la sensación de que la candidatura de la esposa del Presidente es ampliamente apoyada por la mayoría de la población es porque aqui tampoco la libertad de información es total, desde que llegó este gobierno de hipócritas. Sabido es que compran encuestas, periodistas, y opiniones con el fin de hacer creer que ellos son la mejor opción cuando, en realidad, no son mas que una banda de ineptos, ladrones y corruptos.
Afortunadamente los blogs son una fuente de opiniones independientes y en ellos podemos, algunos, expresarnos libremente y dar a conocer la verdad de la realidd política que estamos viviendo.
Y no me extraña que en Venezuela se pretenda lo mismo, ya que el payaso de Chavez es socio y secuaz de nuestra pareja de payasos gobernantes.
Ojalá esto cambie pronto, estos delincuentes vayan presos y nuestros países sean todo lo grandes y libres que se merecen ser.
Dependerá de nosotros.
Besos.
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