jueves, 24 de septiembre de 2009

Estoy

Hasta acá de trabajo. Hasta acá. Tapado de trabajo. Sepultado en una avalancha de papeles. Sumergido en un océano de labores. Perdido en un infinito abismo de tareas que drenan mi energía hasta niveles que apenas son compatibles con la vida.

"¿Y si esta tan ocupado como es que está escribiendo esto? ¿Eh?" seguramente se estará preguntando alguno levantando una cejita y con cara de perspicaz.
"Bueno, lo que pasa es que se me dio la regalada gana de parar un poco y ponerme a escribir algo para distenderme", le respondería yo ya medio caliente y pensando que para pensar así debés ser un flor de botonazo chupamedias del jefe y que no te descuidés porque cuando menos te lo esperes te vas a tomar un café con tanto laxante que vas a quedar en coma.

Es que desde que se me ocurrió el maravilloso plan de hacerme el empleado colaborador, responsable y siempre dispuesto a ponerle el lomo a la Institución y ofrecerme para sacar ese laburo atrasado del que les hablé la última vez, no tengo tiempo prácticamente de nada.
¿Y saben que es lo mas gracioso de todo? Que no me sirvió para nada. JAAAAJAJAJAAJA ¡¡Si!! ¡En serio! ¿No es re gracioso? Jajajajaja ¡¡No pego una!! Jajajaja ¡¡Que graciosa es mi vida!! Ajajajaja Que lindo que lindo soy tan feliz Jajjajaja soy tan feliz que los mataría a todos Jajajajajaja

No, de verdad. Mi plan fue un rotundo y completo fracaso.
Porque yo como estratega soy genial, pero como ejecutor soy patético.

Resumidamente la cosa fue mas o menos así:
Luego de un par de semanas de laburar a full sacando pilas de cosas y demostrando que la cosa es completamente distinta cuando del trabajo se encarga alguien capaz, eficiente, rápido, ordenado y de un atractivo físico avasallante (o sea, yo), algo me dijo que era el momento de ir a los “pisos superiores” para hablar con el jefe máximo de la Institución, realizar mi muy justificado reclamo y poner finalmente en marcha mi maquiavélico plan de venganza contra ese asqueroso gargajo humano que tengo por jefe.
Sin embargo, cuando levanté el teléfono para solicitar la audiencia y este señor ante mi frase “Disculpe Sr Jefe Máximo. Habla R. Necesitaría hablar con Ud. un momento ¿Puede ser?” me respondió “¿¿Quién??” dando a entender que no tenía ni la mas reputísima idea de quien cuernos era yo, algo me dijo (otro algo, no el mismo de antes) que quizás, tal vez, era posible que me hubiera apresurado un poco.
Pero igual ya era tarde.
La audiencia estaba concertada y ahora no podía decirle “No, no, dejá. Ahora no quiero. Mejor mas adelante” porque capaz que quedaba medio mal y poco serio.
Por eso, tan solo cinco minutos después, ya estaba yo frente a frente con el Supremo Kaio Sama de la Institución poniéndolo al tanto de todo lo que consideraba que estaba mal, mientras él firmaba cosas y cada tanto levantaba la vista para mirarme como si le estuviera hablado en esperanto.
Creo que en un momento hasta se quedó mirándome fijo como no recordando ni quien era yo ni que carajo estaba haciendo en su oficina, a pesar de que hacía quince minutos de que le estaba hablando.
Finalmente, terminado el encuentro, lo único que obtuve por respuesta de su parte fue un muy poco convincente “Bueno, dejámelo ver” dicho entre dientes y con cara de “No tengo ni la mas remota idea de que me estuviste hablando pero no me preocupa en lo mas mínimo porque de todas maneras me importa tres carajos. Si vas a esperar que te solucione algo ponete cómodo pibe”.

Y por eso, todo sigue igual o quizás un poco peor.

Ahora tengo una pila de trabajo aburrido que hacer y, encima, lo hago sabiendo que no me va a brindar ningún beneficio.
No se quien me mandó a meterme en esto.

Pero lo peor de todo, lo que mas me molesta, es que, encima, no pude concretar mi plan de venganza contra el energúmeno pedante este.
Pero no voy a dejar que se quede así.
Yo no quería llegar a estos extremos, pero no me dejan mas opción.
Lo siento, pero solo me queda recurrir al Plan B: Prenderle fuego la camioneta.

Aunque pensándolo bien no se, porque con mi suerte y lo mamerto que soy no me extrañaría que sepan que fui yo cuando me vean salir corriendo del estacionamiento con la cabellera en llamas.

Bueno ... En fin …

Vuelvo a mis labores ...

Pero antes voy a ver si encuentro en Internet algunas instrucciones para fabricar un lanzallamas o algo así con elementos de oficina. O una granada. No se …

Ahí nos vemos…

Que no se corte eh ...

6 comentarios:

Winter dijo...

Al jefe máximo jamás le interesa otra cosa que tener el cash suficiente. No importa el cómo ni el quién. Importa el cuánto!
Tomate un yogur.
Un saludo

La Ruiva dijo...

Pero!
Con intentar no perdiste nada (o perdiste el trabajo, no se sabe aún). Yo rescato que defendiste lo tuyo.

Muy fea la actitud del jefe máximo, debería tener presente a todos sus empleados. Mirá, yo soy recepcionista, o sea el último orejón del tarro, pero el jefe máximo de acá sabe quien soy y hasta me regaló un perfume para el dia de la secretaria...

Tal vez lo que te falta es un poco de escote.

Renegado dijo...

Winter: En este caso no es cuestión de plata, sino de derechos laborales vulnerados, pero bueno, se ve que eso tampoco importa.
Me voy a comprar el yogur ... Y un pebete de jamón y queso como para bajarlo (Es que estoy angustiado y me da hambre).
Dos saludos.

Rubia: Su inocencia me enternece.
Mire, los "jefes" usualmente tienen mucho mas presentes a las empleadas que a los empleados.
Y no es por mal pensado pero, además, si regalan cosas no lo hacen de copados que son. Y menos si la señorita en cuestión está "atendible". No se si me explico (Por si no queda claro, guarda porque seguro que se la quiere pirulear).
Sin ir mas lejos, acá una chica que era recepcionista (de limitadísimas capacidades intelectuales), hoy en día ocupa un alto cargo directivo.
Y todo empezó con un ramo de flores.
Yo que Ud. estaría atenta.

La Ruiva dijo...

Ah! Yo podría ocupar un cargo directivo!

;)

Insegna dijo...

Rene: Que bajon si La rubia termina siendo su jefa de aca a unos años...

Viejex dijo...

Bajon? tener una jefa que dice tener un buen escote un bajon? Cada vez entiendo menos a la gente.

Rubia, le estoy enviando mi CV.